Queda menos de un año para que los ciudadanos sean llamados a votar en las elecciones municipales y en Orihuela los cuatro partidos con representación en la Corporación están ya en campaña electoral, de bronca en bronca unos con otros. La tensión y las ganas de postularse ante los ciudadanos hicieron ayer que un pleno ordinario con doce puntos de debate (un orden del día dentro de lo normal) se alargara más de seis horas, desde las 10.30 hasta las 17 horas, sin que nadie dejase de apurar los segundos de micrófono que les permite el Reglamento Orgánico Municipal (ROM).

Seis horas de peleas e insultos de un lado al otro del salón, interrupciones a viva voz, turnos de palabra "por alusiones", desafíos de denuncias y retos del tipo "queréllese y cuando el Ayuntamiento le gane, lo donamos a la ONG que usted quiera", disputas que sorprendentemente acaban en votaciones unánimes... Pero iba por delante que aunque votaran lo mismo, unos y otros "no son iguales". Al final los acuerdos de la jornada se reducen a impulsar un plan director que proteja y recupere el castillo "de los Moros" y que el Ayuntamiento inicie los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la Cruz de La Muela, para así intentar defenderla del proceso judicial que ha iniciado la "Asociación Preeminencia del Derecho" (para retirarla, como símbolo religioso, de un monte público).

Manuel Gallud (LV) fue el único que votó en contra y remató sus argumentos diciendo que "nos preocupa la confluencia de voluntades políticas" en torno a un hecho irrelevante para la vida municipal, mientras hay otras prioridades en materia de Patrimonio que no se atienden con urgencia. Calificó la moción de "populista, demagógica y electoralista".

Adjetivos de esos se oyeron constantemente. Y descalificaciones también. Que si "Josefina I de España" a Pepa Ferrando (PP); que si ésta se refería a Ana Mas (PSOE) como si fuese "el demonio emplumado" (en expresión de Manuel Culiáñez -LV-) o si "parece Paco Martínez Soria en la película "Erre que erre"" por repetirse en sus peticiones; que si atribuirle a Antonio Rodríguez Barberá "artimañas de una Agustina de Aragón, que va de manifestación en manifestación" (esta expresión, de Antonia Moreno -PSOE-)... Y así un largo etcétera hasta el más irónico "excelencia" de Pedro Mancebo a la alcaldesa, Mónica Lorente, cada vez que le concedía la palabra (ese es el tratamiento que les corresponde a los concejales desde que Orihuela es Gran Ciudad).

Orden alfabético

Faltaban dos minutos para las 16 horas y periodistas y políticos comenzaban a ver la luz al final del pleno. El secretario -que si algo demostró fue paciencia- nombraba de uno en uno a los ediles para que emitieran su voto, cuando Gallud encendió su micrófono: "Se está haciendo mal, el ROM dice que las votaciones nominales son por orden alfabético". Así que la alcaldesa ordenó un receso de dos minutos para poner a los miembros del pleno en orden, y volver a votar. A las 16.20 horas aún estaban por delante los ruegos y las preguntas (uno por cada dos concejales de la oposición). Como el PP no permite a la oposición saltarse estos preceptos del ROM, la oposición tampoco deja pasar la oportunidad de subrayar los defectos de forma, según explican.

En el descanso algunos se desperezaban, otros comentaban que tendrá valor quien vea el pleno íntegro por la televisión local, entre ellos bromeaban con que por el matiz de orden "nos vamos a comer diez minutos más tarde" o sacaban los móviles para avisar en casa de que aún no llegaban. Y es que sí, ha empezado la cuenta atrás para las elecciones.