Decían los vecinos que sí, que los bancos de antes eran muy modernos y muy bonitos, pero que era una tortura sentarse en ellos. Así lo admitió públicamente hace unos meses la alcaldesa, Mónica Lorente, y el viernes la comodidad le ganó la batalla al diseño. Se han instalado en el parque de la Ocarasa 30 nuevos bancos de los que invitan a ver pasar la tarde, y la primera edil tiene previsto llevar este modelo a otros puntos del municipio.