Los vecinos de la Vega Baja tuvieron ayer una oportunidad única de contemplar el principal medio de transporte humano desde tiempos remotos hasta bien entrado el siglo XX. Una caravana de carros, carretas y otros tipos de carruajes recorrieron campos y pueblos de la Vega Baja recuperando una estampa que muchos conocieron en su niñez y que otros quisieron ayer enseñar a sus hijos o nietos, para que las tradiciones y los usos de la comarca no se olviden. Unos por rememorar las tradiciones, otros por su cariño hacia los animales o su devoción por el mundo equino. Finalmente fueron unas cincuenta personas "a bordo" de más de una veintena de carros, y algunas más a lomos de caballos o yeguas.

Durante todo el trayecto, que se inició a primera hora de la mañana (en torno a las 8 horas) en Beniel, se fueron incorporando nuevos carruajes. Entre ellos destacaban los de "reatas" que están tirados por una fila de caballos y que se utilizaban antiguamente para transportar las cargas más pesadas, pero también se vieron "sardineras" o "tartanas", y la joya del desfile, un carro con unos doscientos años de historia mantenido por un vecino de Catral después de muchas generaciones.

A las 15.30 horas la caravana se detuvo a la altura de Benejúzar para que descansaran los casi cien caballos, burros y yeguas participantes, así como para permitir que los jinetes y conductores de los carruajes compartieran la comida. A las 18.30 horas ya estaban cruzando Formentera del Segura en dirección a Rojales. Todo el trayecto discurrió por el corredor verde del río Segura, tanto por su margen derecha como izquierda, espacios recientemente rehabilitados.

A última hora de la tarde alcanzaron Guardamar del Segura, hasta llegar a la orilla del mar. Tal y como manifestó Daniel Gómez, el presidente de EQUUS (asociación de amigos del ganado equino de la provincia de Alicante) durmieron anoche en la pinada, algunos al cielo raso, otros con tiendas de campaña. Hoy, sobre las 9 horas, desharán el camino andado.