Caras de sorpresa y curiosidad reflejadas en las constantes preguntas que los vecinos hacían a la pareja de policías que deambulaba por la zona vigilando las obras.

Fue el pasado 6 de junio cuando una parte del alero del campanario se desprendió ante la atónita mirada de los ciudadanos. Éstos estaban congregados en los alrededores de la iglesia para asistir a la procesión del Corpus Christi. La ocasión era muy especial porque, por primera vez, la reliquia de San Roque que Roma cedió al pueblo callosino salía en procesión por las calles del municipio.

Sobre las seis de la tarde parte de la cornisa del campanario se desprendió cayendo a la vía pública y al tejado de una de las naves de la iglesia, haciendo un agujero de un metro cuadrado y levantando una gran polvareda en las calles aledañas. Desde entonces, parte de la Plaza de España y la calle Francisco Pina han permanecido cortadas al tráfico de peatones y vehículos para garantizar la seguridad en la vía pública.

Tras la caída de escombros, el Ayuntamiento se puso en contacto con el arquitecto conservador de la Conselleria de Cultura, Santiago Varela, quien visitó la localidad el pasado martes y concluyó que había que instalar esta red de seguridad. "Todo apunta a que hoy concluirá la instalación de este mecanismo de protección y se abrirá el espacio acordonado", comentó ayer el concejal de Urbanismo, Francisco Rodríguez.

En este sentido, el párroco de la localidad, Joaquín Rodes, anunció que una vez quede instalada la red de contención, los feligreses ya no tendrán que entrar a la iglesia por la puerta de la Capilla de la Comunión, como hasta ahora, sino que podrán de nuevo entrar por la puerta de la fachada principal. "En la iglesia se han hecho numerosas reparaciones durante el siglo XIX y principios del XX que ahora hay que reparar con técnicas más modernas", apuntó el párroco.

Una pequeña grieta

Tanto Varela como el arquitecto técnico del Ayuntamiento, Jesús Marco, han coincidido en que la causa del derrumbe es que se ha hecho, "una pequeña grieta en la piedra caliza, por donde se ha filtrado el agua y que ha podrido la estructura de hierro", explicó Rodríguez. Así -continuó diciendo- la parte afectada ha sido consecuencia de un mal arreglo de la misma efectuada en 1945, cuando sólo se restauró una parte en vez de haberlo hecho en la totalidad del campanario. En la reparación de la cornisa de la iglesia, declarada monumento histórico-artístico nacional hace 30 años, intervendrán la Consellería de Cultura, el Obispado y el Ayuntamiento. "A partir de este momento, presionaremos para ver de dónde podemos conseguir una subvención para arreglarla", comentó el concejal. "Consideramos que hay que arreglar las cuatro esquinas de la cornisa del campanario en vez de una sola. Por seguridad la red que se está colocando cubrirá la totalidad de la torre", añadió.

La empresa que está instalando el mecanismo de protección es la Generala, la misma empresa que construirá la nueva biblioteca en la antigua casa del Hogar del Productor del municipio. El presupuesto de la instalación de la red de seguridad es de 4.500 euros, y se ha seleccionado ésta porque "se trata de una empresa especializada en el tema. En presupuesto, es más cara la mano de obra que lo que cuesta la red en sí misma. Por ahora todavía no se puede hablar ni de costes ni plazos de ejecución de la reparación", concluyó el edil.