El palacio episcopal y la catedral de Orihuela fueron los escenarios escogidos por el "Movimiento Familiar Cristiano" para celebrar sus cuarenta años dentro de la Diócesis Orihuela-Alicante. El obispo, Rafael Palmero, presidió los actos y la misa en la Catedral, después de la cual se volvió al Palacio para "compartir los alimentos aportados entre todos". Las familias cristianas englobadas en este organismo quisieron ayer "dar las gracias a Dios por los beneficios que el Movimiento Familiar Cristiano ha aportado a todas las familias y por permitir que siga cumpliendo su misión" al servicio de la Iglesia y ayudando "a los matrimonios y familias a vivir plenamente su sacramento".