D. Pamies

Pintor, dibujante, caricaturista , escritor, experto en el buen yantar... Su último trabajo es un mural urbano en Orihuela. El orden puede variar pero el creador es el mismo. Y el hombre también.

Cuenta que con ocho años su abuelo le regaló una caja de pinturas, y así se puso.

Así me puse. Me entusiasmó la pintura. Hace poco me regalaron el primer cuadro que me pagaron a los 14 o 15 años. Alguien de Orihuela me pidió que pintara la antigua ermita de Torrevieja porque quería verla en su casa de Orihuela. Se la pinté y me dio un billete de diez duros, cincuenta pesetas.

Como en tantos oriolanos su relación con Torrevieja es residencial. ¿Aprecia rivalidad entre ambos municipios por la capitalidad comarcal?

Todo eso está superado. Y si no, será por algún idiota que no lo tenga superado. Orihuela es Orihuela. Se ha quedado atrás de Torrevieja en desarrollo urbanístico, pero tiene el patrimonio artístico más rico de la Comunidad Valenciana. Empezando porque hay un Velázquez acojonante en la Catedral. En Valencia tienen un autorretrato y están orgullosísimos.

El mural que realizó en el Centro Cultural Virgen del Carmen de Torrevieja muestra por sí solo el profundo conocimiento de la historia cotidiana más reciente de esta ciudad. Gran parte de su obra destaca por ser más que contemporánea, actual. ¿No prepara algo para la Orihuela del Año Hernandiano?

Tenía un proyecto en ese sentido, pero no ha salido. Era una especie de gran libro con ilustraciones de Perito en Lunas, que es muy ilustrable porque es muy abstracto y te da la posibilidad de hacer una ilustración figurativa. Son 42 octavas reales, y yo quería hacer 42 cuadros para hacer una exposición y presentar un libro de gran formato con las reproducciones acompañadas de cada poema. Era un proyecto bonito porque podría haber sido un regalo para la gente importante que visitara Orihuela. El problema es el de siempre, que no hay un duro y ahora menos con la crisis. Pepa Ferrando (concejal de Cultura) me preguntó hace unos meses cómo iba lo del Perito en Lunas, y le dije "no, no, si eso no va"" No te digo que no lo haga, porque claro, Miguel Hernández no se acaba este año. El Año Hernandiano debe ser un punto de partida de conocimiento de su obra. Si encuentro patrocinador... Tengo las notas y la documentación, y he hecho bocetos. También tenía un proyecto musical con Juanjo Colomer que está despuntando en la industria cinematográfica americana y con la orquesta sinfónica de Madrid para estrenarla el día del nacimiento del poeta, pero tampoco se ha llevado a efecto, imagino que por los mismos problemas económicos.

Con tantas entrevistas como llevará ya a sus espaldas seguro que esperará con humor la pregunta del millón. ¿Se ve más como pintor, dibujante..? Porque definir a Ortuño es difícil, y tal vez sus caricaturas han eclipsado al resto de su obra.

En realidad es lo mismo. Arte plástico. Lo mio al principio era la pintura. Estuve haciendo arquitectura en Madrid. Me tiré seis años, no fue ni uno ni dos, y luego lo dejé. Me fui de ilustrador a la compañía más importante de publicidad que había en Madrid. La publicidad está íntimamente ligada a la prensa y conecté mucho con ese mundo. Manuel Martín Ferrand me pasó un catálogo de un caricaturista judío americano. Quería que yo adoptase su estilo. Me dijo: "Tú serías capaz". Me puse y de ahí, al informativo de la televisión. El prestigio me lo dio la caricatura a través de la televisión, pero a mí siempre me ha encantado la pintura y el tema velazqueño con el que seguiré porque es inagotable. Es mi tema de siempre.

Buena parte de sus exposiciones se basan en el tema velazqueño. ¿Es una de sus obsesiones?

No es una obsesión. He llegado a la conclusión de que Velázquez es un maestro. Sobre todo es un maestro de la composición. En él ves cómo se debe estructurar de verdad un cuadro. Sus cuadros son perfectos. Te pones a hacerlos, a estudiarlos y aprendes mucho. Después otras cosas las haces con mucha más soltura. En el año 80 hice mi primera exposición sobre Velázquez.

Se idealiza mucho la época predemocrática y de la transición asegurando incluso que había más libertad para crear, y se creaba más... ¿Lo percibe así uno de los actores de aquel movimiento sociocultural?

La cuestión de la libertad y la democracia es muy peliaguda (explica con algo de ironía tras la pregunta más bien "amplia" del entrevistador). Son palabras demasiado ampulosas. Democracia, sí, por supuesto, que nadie me vaya a entender mal. Pero gana las elecciones quien tenga más medios y más dinero. Ahora lo estamos viendo, por ejemplo, con lo de la financiación ilegal de los partidos. Lo peor de la dictadura del general es que se instaló en el poder gente muy zafia. Hubo un parón cultural de más de treinta años tras la República en la que se iniciaron movimientos de todo tipo. Eso lo atrasó todo, fue la principal rémora de aquel régimen. Y lo estamos sufriendo todavía. A pesar de todo el gran avance que hemos hecho. Cuando se dice que la crisis española es más profunda que en otros sitios es un poco eso... Yo no sé si existen belenes esteban en Alemania. A lo mejor sí. Pero no creo que sea tanto como aquí. Todo el mundo "enlusao" con este personaje que es la imagen de la ignorancia y la zafiedad. Y dices, qué coño es este país, pues claro que la crisis es especial, porque es un país especialmente ignorante.

MÁS DE DIEZ MIL TRABAJOS

Con una producción tan extensa como la suya ¿Se cansa uno de hacer pinturas, cuadros, caricaturas...?

No. En absoluto. Me cansaría de no hacerlas. El otro día estuve haciendo un cálculo, y así por encima, son unas diez mil caricaturas las que he realizado. Y cuadros al óleo... unos veinte al año... Del orden de 1.000, a un ritmo de 20 por 50 años. (Recuerda orgulloso una portada de Cambio 16 de octubre de 1972 que eludió la censura con una caricatura de Don Juan Carlos de Borbón y un «bocadillo» que decía «Europa Sí»).