Como si de un premio de cine se tratara, la alcaldesa, Mónica Lorente, y el edil de Aseo Urbano, Manolo Abadía, presentaron ayer en Orihuela el galardón que acababan de traerse de Madrid, la "escoba de plata", ganada por tener uno de los municipios más limpios de España y después de tres auditorías de la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente a Orihuela, dijeron. Igual que en el atril de una gala de premios, la primera edil tenía pensado a quién le debía el éxito: "Lo quiero dedicar a todos los trabajadores que hacen posible que Orihuela haya mejorado tanto, que trabajan sin horario; ellos son quienes abren la persiana de la ciudad y limpian lo que todos ensuciamos". Y añadió: "esta escoba de plata significa mucho, es reconocer una apuesta decidida y valiente", dijo Lorente, refiriéndose a la polémica que envuelve al contrato de las basuras.

Pero, como en un certamen de belleza, no faltó quien apuntó al tongo. Manolo Gallud, edil de Los Verdes, no tardó en valorar el premio: "Me pregunto qué prestigio tiene el certamen si se le da a una ciudad con tan poco mérito como Orihuela, o qué prestigio tiene cuando se otorga en base a informes que hace el propio concejal de limpieza, que así es normal que salga todo maravilloso. Y me pregunto, ¿cuánto nos ha costado la concesión de este premio? Porque además del informe también habrán sido necesarias visitas, cenas, fiestas...".

"Somos tontos"

Con la escoba de plata, dijo Gallud, "lo que hace el PP es decirnos a los ciudadanos que somos tontos, que de qué nos quejamos". E hizo otra reflexión: "Cuando le dieron la escoba de plata a Rojales hacía un año que le había concedido las basuras a Ángel Fenoll, y cuando se la dieron a Callosa de Segura también. En Orihuela hace justo un año que hemos adjudicado las basuras... ¿a quién se las hemos dado?". Vamos, que la película "Las basuras de Orihuela" tiene el final abierto y promete segundas partes.