Es una de las joyas históricas de Orihuela, pero es propiedad de otros desde que fue robado al Ayuntamiento en torno a 1907 o 1908. Quizás ahí se encuentra el atractivo de este códice titulado "Libre dels Repartiments Dels terres entre vehins De La molt Noble y Leal e insigne Ciutat De Oriola Fets per Los ssereníssims Reys de Arago cuant la conquista. Era de 1310. Castella primer"; quizás el interés que están teniendo decenas de oriolanos cada día por ir a verlo en su estancia temporal en la ciudad esté en que lo sienten como suyo pero no pueden verlo sin viajar a Cataluña.

Hay otras piezas de similar valía en la exposición "Historia y leyenda en el origen de la Orihuela foral", que alberga la Sala Museo San Juan de Dios hasta el 25 de julio, pero el conocido "Llibre de Repartiments" es el que más miradas recibe. Está escrito sobre pergamino y con letra gótica prehumanística en 1310, "medio en catalán medio en castellano antiguo, porque hasta el siglo XVIII en Orihuela se hablaba valenciano", explican los guías de la exposición.

Fue sustraído del Ayuntamiento a principios del siglo XX, y se le perdió la pista hasta que la Biblioteca de Cataluña lo compró a un librero catalán por una cifra que se desconoce. Pese a las negociaciones encaminadas a recuperarlo para Orihuela (representantes de la corporación protagonizaron una visita para ello que no ha dado frutos), ahora se ha podido traer para tres meses, de forma gratuita y atendiendo a unas medidas de seguridad excepcionales desde que se sacó de su vitrina en Barcelona hasta que se acomodó en la que lo protege ahora.

Allí está cuidado "como si fuese un niño pequeño", explica mirándolo la técnico superior de Patrimonio Cultural, Mari Carmen Sánchez, comisaria de la exposición junto al arqueólogo municipal, Emilio Diz. El personal de la sala comprueba constantemente la temperatura y la humedad, "si entra mucha gente a la exposición se baja la temperatura para mantenerlo a entre 21 y 22 grados centígrados; si vemos que baja la humedad se friega el suelo con abundante agua para mantener los 55 o 56 grados de humedad".

Un registro de propietarios

La historia de este libro es la historia de Orihuela. Son 87 páginas de registro en pergamino manuscrito en dos columnas, con letra del siglo XIV y anotaciones del XVII, que relatan línea a línea cada parcela de tierra y su propietario, un poblador de Orihuela. Su razón de ser la cuentan los paneles explicativos de la exposición: "Con el fracasó la Rebelión Mudéjar, en 1265 se produce la conquista efectiva de Orihuela por Jaime I. Hasta entonces, la comunidad islámica había contado con una amplia autonomía y con la propiedad de sus tierras. Es a partir de estos momentos cuando se produce el reparto y colonización de las tierras entre los conquistadores".

Orihuela se dividió en siete. Seis particiones están en el Llibre de Repartiments, la séptima data de 1329-1330 y está en el "Libro de Reparto de Tierras en el Campo de La Matanza", que también se encuentra en la exposición gracias a que fue hallado en el archivo municipal entre 3.000 volúmenes. Un poco más allá está el "Libro de Privilegios y Reales Mercedes concedidas a la Muy Noble y Muy Fiel y Muy Leal Ciudad de Orihuela", una recopilación de concesiones al municipio, escritas sobre todo en catalán pero también en castellano y en latín. A lo largo de 201 páginas conservadas (de las 214 que hubo) aparecen hitos como el nombramiento de "ciudad" en 1437 por parte de Alfonso V El Magnánimo. Su padre, Alfonso IV El Benigno, tuvo otro hijo, el infante Fernando de Aragón, señor de Orihuela en 1356, de cuyo palacio o alcazaba se conservan restos en el Museo de La Muralla. Fue, precisamente, el primero que llevó la Gloriosa Enseña del Oriol en su asedio a Jumilla, cuenta Sánchez.

También se pueden ver fieles reproducciones del Pájaro (de plata pura bañada en oro de 22 kilates, con más de 500 horas de trabajo) y de la bandera (hecha en 2006 en Sevilla), de la que se explica cada símbolo bordado, como las armas de la ciudad, las "alcachorfes" como signo de la zona geográfica o las Santas Justa y Rufina. San Juan de Dios reúne los símbolos históricos que mejor explican qué es, y fue, Orihuela.