Comenzó siendo un plan piloto experimental a principios de los años 90 cuando el río Segura era la mayor cloaca de Europa. Ahora, 20 años después, la pantalla de recogida de residuos solidos flotantes colocada en el antiguo cauce del fluvial, en el término municipal de Guardamar, sigue cumpliendo su función y cada semana permite retirar entre 3.000 y 4.000 kilos de recipientes de plástico, animales muertos y restos de vegetación, entre otros, que llegan a través de los azarbes a la desembocadura del Segura tras atravesar toda la comarca de oeste a este. El artilugio que, como su nombre indica, es una pantalla flotante que enlaza las dos orillas del río funciona prácticamente de forma autónoma, ya que la propia corriente de las aguas transporta los residuos hasta la presa artificial.

Ésta, por su inclinación, dirige los objetos hasta un extremo donde se acumulan. Una vez allí y mediante una especie de rastrillo automático o bien con maquinaria pesada las basuras se extraen, se vierten a contenedores y de ahí se trasladan a los vertederos autorizados. El principal cometido de esta pantalla es evitar que millones de recipientes de plástico y todo tipo de residuos sólidos lleguen al mar y las corrientes marinas las distribuyan por las playas de Guardamar , Elche, Santa Pola, Torrevieja o Pilar de la Horadada, entre otras, con la incidencia medioambiental y de imagen negativa hacia el turismo que ello ocasionaría.

Más de 2.000 toneladas de residuos no han llegado al mar gracias a la pantalla desde que fue colocada. Ésta fue costeada por el antiguo Ministerio de Obras Publicas y Medio Ambiente (MOPTMA), en 1992, a través de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) cuyo presidente era entonces Juan José Parrilla y a petición del entonces alcalde de Guardamar, Manuel Aldeguer, ahora comisario de Aguas de la CHS.

Gasto

El gobierno central sufragó los primeros años los costes derivados del mantenimiento y de la retirada de las basuras. A mediados de los años 90 el gasto pasó a manos del Ayuntamiento de Guardamar cuyos responsables políticos, tanto del PP como del PSOE, exigieron de manera continua que los gastos generados por la pantalla fueran compartidos con los municipios de la comarca al generar sus vecinos los vertidos que llegaban a Guardamar través de diez azarbes de riego y, al mismo tiempo, pidieron campañas de concienciación.

Desde hace cuatro años y coincidiendo con la llegada de Manuel Aldeguer a la CHS, es este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino el que asume el coste de la limpieza.