Con una carpeta de dibujos bajo el brazo y sin saber por dónde empezar, llegó a Madrid. Corría 1995 y recuerda que desde una cabina pública, con la ayuda del 1003, tanteó a las productoras de las que habían salido sus series infantiles favoritas y que más tarde alimentarían sus sueños de ilustrador. "Cada vez más directores piden un storyboard (guión gráfico) y un diseño de personajes para sus películas de acción real, con voces y música referenciales. Esto es algo muy habitual en la industria americana. Se trabaja con un guión gráfico, un conjunto de ilustraciones mostradas en secuencia para comprender la historia. Previsualizarla antes de filmarse aportando ideas al director que pueden modificar el relato original", relata Sáez.

BRB Internacional, factoría de series de referencia como La Vuelta al mundo de Willy Fog o David el Gnomo, sería su primera estación. Después llegaría el fichaje con Disney, donde trabajó en la realización de nuevas versiones de sus clásicos o en la promoción de Hércules, y la Cartoon Networt. Palabras mayores. Parada en la Escuela de Cine de Madrid con la enseñanza de diseño de personajes y aterrizaje en Ilion Studios, donde supervisa los "storyboard" de la productora además de trabajar en películas de acción real. Su último destino. De momento.

"Las pelis de animación triplican y quatriplican el presupuesto de las de imagen real. Son muy caras. Y el uso de la tecnología es carísimo, aunque muchos ingenieros informáticos no saben cómo se mueve un personaje real... Creatividad nula. Son técnica pura. La tecnología es muy importante, pero si la pones al servicio del talento. Pixar, por ejemplo, son los más grandes porque tienen detrás a Disney y ofrecen su experiencia de 80 años. Sus producciones se dirigen a un público universal. Son para todos. Han entendido que el público infantil no tiene dinero para ir a una sala de cine. Los papás pagan y también se tienen que divertir, por eso meten gags para adultos que los niños no captan. En eso DreamWorks es menos cuidadoso. Entrecomillas, más groseros. Y son la referencia en estos momentos", señala Sáez.

Spanish Movie

Muestra en su portátil cómo para una secuencia de Spanish Movie ha colocado al personaje que representa al asesino sin escrúpulos de "No es país para viejos" -interpretado en el original por Javier Bardem-, acompañado de una castiza bombona de butano en vez de la botella de oxígeno original y asegura que "el espectador se cansa de realismo si la historia no le llega. Lo que saben hacer los americanos son películas para el público. Esa industria que aquí no existe porque el director está acostumbrado a hacer su película. Allí no piensan en ganar un Goya, piensan en el público". Encuentra Francisco Sáez que la calidad de las producciones españolas es equiparable con el resto. Y para garantizarse un estreno mundial el mensaje debe ser también global y adaptarse, cómo no, al gusto norteamericano, que también es ahora el español.

El secreto del éxito, dice, lograr un estreno mundial a través de una alianza con una productora norteamericana -Planet 51, se estrena antes en Estados Unidos que en España, el 27 de noviembre-. "Hay que pensar una historia global. Rodar en inglés y contar con alguna estrella para el doblaje. Tiene que ser creíble para el público americano, para luego hacer el camino a la inversa y que lo veamos nosotros. Esta es la nueva ideología de la animación en España. Que cualquier producto pueda verse a nivel mundial para no tener pérdidas. Ilion ha conseguido vender hielo a los esquimales con Planet. La película (55 millones de presupuesto) va a salir con 3.800 copias en Estados Unidos", subraya.

Acaba de comenzar también la producción y dirección de su primera película, "Birds en in the corner", junto a Carlos Agulló, conocido por trabajar como montador para Alejandro Amenábar en "Mar Adentro". Un largometraje juvenil que se estrenará, espera, en todo el mundo a finales de 2011. "Queremos que la coja una multinacional gorda para que la distribuya a nivel mundial. Hemos trabajado con un guionista americano para que también firme la película".

Para Sáez está demostrado que el umbral de edad para series como las de "antes", Marco o Heidi ha bajado hasta los 4 o 5 años. Después ya no interesa. "Por eso exigen ahora que el guión sea lo más radical posible, y estéticamente que sea diferente. Estamos presionados no sólo por dibujar bien sino por beber de todas las fuentes para que lo que estás haciendo no sea parecido a lo que ya existe. Al final queremos ser transgresores en lo que contamos, porque los niños tienen ahora internet, tienen una mayor cultura visual. Nosotros teníamos que esperar de sábado a sábado para ver aquellos dibujos".

Reivindica un lugar para la animación en el olimpo de las artes. El trabajo creativo y de estética diferenciada de los animadores. Estilos y técnicas originales eclipsadas por su apoyo en la tecnología informática. Reivindica, en definitiva, al autor: "Si no fueran planos de tres segundos, algunas secuencias del Príncipe de Egipto estarían expuestas en los museos. Quienes dan color a esas secuencias son los grandes genios de la actualidad. Aunque pasan totalmente desapercibidos y no están reconocidos como los pintores de antes. Los catedráticos de arte desconocen por completo el mundo de la animación, y desconocen el trabajo necesario y el arte necesario para crear una peli de animación. Piensan que el ordenador lo genera todo. Pero el ordenador es sólo una herramienta. Antes hay que hacerlo todo. Por ese tipo de trabajo que hacemos, los directores de acción real nos reclaman".

Que disfruta Francisco Sáez en su pueblo se le nota. Camina por la calle con su portátil, prolongación de su misma personalidad. Con unas permanentes gafas de sol que alivian, paradojas, su fotofobia. Y en los cristales reflectantes de este antiguo fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones, todo talento para exportar, se ven pasar las imágenes como en el cine. "Mientras no concibamos que aquí haya que hacer industria, siempre vamos a estar quejándonos del cine español. Pero a la gente no se le pone una pistola en el cuello para ir a ver una peli. Va si le gusta. Y el boca a boca funciona".