El fiscal considera que la muerte de Miguel Lloret Candela, un profesor de Elda fallecido en 2003 tras ser atropellado en la pedanía de La Mata, en Torrevieja, constituye un delito de asesinato con alevosía y responsabiliza a su ex esposa, Dolores Sánchez Fernández y al hijo de ambos, Miguel Lloret Sánchez. El juzgado de Instrucción 2 de Torrevieja que lleva el proceso notificó ayer a los dos imputados estos hechos en una comparecencia en la que fueron informados de qué se les acusa y de que la causa continúa por la Ley del Jurado. A la grave acusación del fiscal sobre ambos imputados se suma la de la acusación particular, representada por el abogado Ángel Giménez. Ambas acusaciones están dispuestas a ir a juicio y éste sería ante un jurado popular. En cambio, el abogado defensor, José Pedro González, tras calificar ayer la comparecencia como un "trámite procesal lógico previsto en el Ley del Jurado", solicitó el sobreseimiento de las actuaciones y, subsidiariamente, la práctica de nuevas diligencias habida cuenta de que "no existe prueba de cargo directa alguna que relacione a los imputados con los hechos". El letrado argumentó que de las pruebas periciales practicadas "hasta el momento se desprende justo lo contrario"; es decir, que son inocentes.

Los hechos tuvieron lugar en La Mata la noche del 24 de enero de 2003. Según relató el fiscal ayer, el cuerpo de Miguel Lloret fue encontrado en pleno centro urbano de la Mata tras haber sido atropellado y arrollado por un vehículo que huyó y que, según asegura el acusador público, era propiedad de su ex esposa.

Discutiendo

Tanto Dolores Sánchez como su hijo fueron detenidos en marzo de 2006, tres años después, como los supuestos autores. Un día antes del crimen, según el fiscal, los dos imputados estuvieron hablando con el fallecido en un bar "posiblemente discutiendo" por la relación que éste mantenía con otra mujer.

Según la Fiscalía como consecuencia del atropello y de ser arrollado, en el vehículo propiedad de su ex esposa se halló una huella impresa en un trozo de tela procedente de la camisa del fallecido y "con morfología compatible con las derivadas del tubo del escape del vehículo", asegura.

El abogado de los imputados argumenta en su defensa que se descubrió en la camisa del fallecido un grupo de sangre no perteneciente a la víctima, lo que "determina la presencia de una tercera persona en los hechos" y que se tuvo que producir algún enfrentamiento físico entre el dueño de la sangre y la víctima.

Respecto al tubo de escape aseguró ayer el letrado en su comparencia que existe una prueba pericial obrante en autos, "mucho más concreta y concluyente" que determina que la carbonilla analizada y extraída del tubo de escape, "no tiene la misma composición que la encontrada y analizada en la camisa de la victima". Asevera también que las fibras detectadas en los bajos del vehículo no coinciden con las de la camisa del fallecido por lo que "estas pruebas determinan" que el vehículo de la ex esposa del fallecido "no pudo ser el utilizado en el supuesto atropello". Y destaca por último que el pelo rubio encontrado en una de las uñas de la víctima durante la autopsia "no coincide con los perfiles genéticos de ninguno de los imputados".