Cerca de 5.000 hectáreas de cítricos del regadío tradicional del Bajo Segura han sido arrancados en los últimos años y en su lugar los agricultores han tenido que cultivar hortalizas, según explican desde el sindicato agrario la Unió. La causa no es otra que los bajos precios que alcanzan naranjas y limones y la mala calidad del agua de riego; principalmente, por su salinidad, lo que afecta sobremanera al arbolado, explica el sindicalista Daniel Martínez.

El fenómeno es especialmente curioso porque si desde principios de los años 80 y hasta bien entrados los 90 la tendencia agraria fue la sustitución de los cultivos de hortalizas por los cítricos ahora se esta produciendo un efecto contrario. Hace tres décadas más de la mitad de los 24.000 hectáreas de la huerta tradicional de la Vega Baja se dedicaban a naranjos y limoneros y en estos momentos el terreno citrícola se ha quedado en unas 8.000 hectáreas en la huerta; es decir, en un tercio. Martínez explicó que este cambio "no es bueno ni malo, se trata de una variación de los cultivos en base a circunstancias ambientales y económicas".

De todas formas, añadió, la calidad de agua y los precios de venta de los productos afectan por igual a cítricos como a hortalizas. "El precio de venta es el gran problema que tenemos, lo que lleva consigo la poca incorporación al campo de nuevos agricultores", explica.

Cuenca

El responsable comarcal de la Unió destacó que en los últimos cinco años las plantaciones de hortalizas han sufrido un repunte; principalmente, porque se ha contado con ciertas garantías para disponer agua de riego aunque nunca "en la calidad y cantidad necesaria" debido a la sequía que padece la cuenca del Segura. De hecho, la dotación hídrica ha disminuido en algunos años hasta el 50% desde los 140 hectómetros cúbicos por año hidrológico. La cifra ronda el 75%.

De cara a las cosechas de verano en la huerta, señaló Daniel Martínez, ahora se está procediendo a la plantación de sandías, ñoras, maíz y moniatos. A finales de julio y principios de agosto comenzarán las plantaciones de bróculis, coliflores, alcachofas y algunas variedades de patata. Al respecto indicó que desde hace unos cuatro años los terrenos dedicados a estas hortalizas han aumentado en la huerta a pesar de la escasez de agua y de que los precios continúan siendo el grave problema para la subsistencia del sector agrario de la provincia de Alicante.