«Tengo el recuerdo vívido de la entrevista que me hizo Vicente Navarro de Luján, el actual rector, en uno de los salones del Huerto del Cura ofreciéndome incorporarme a un proyecto en ciernes. Me contrató como director. Sólo tenía 25 años. Entonces estaba trabajando en una empresa del grupo Dragados y Construcciones». Así describe Francisco Sánchez, Paco Sánchez, como le gusta que le llamen, su incorporación al nacimiento del CEU, hoy Universidad CEU Cardenal Herrera, en Elche, en el curso académico 1994-1995.

Para ese recorrido, Paco contrató a un equipo de trabajo joven y entusiasmado, del que hoy, un cuarto de siglo después, todavía siguen en activo José Francisco Pérez, jefe de Secretaría (y que protagoniza junto al novel director una de las imágenes más representativas de la historia de esta institución académica) y Elena Esteve, profesora de Estadística en la actualidad, pero que ha impartido docencia en diferentes ramas de la Dirección de Empresas.

Los tres forman parte de un proyecto que hace 25 años se inició «muy rápido y muy ilusionante. Éramos muy pocos y la sensación de familia joven estaba muy presente», rememora Sánchez. Una sensación similar a la que experimentó Elena Esteve, para quien «todo comenzó con una llamada telefónica, una cita en la cafetería de un hotel, y una conversación que auguraba el inicio de una relación. Nunca imaginé que esos inicios en una casa destartalada y sin lujos, me llevaran por un viaje de vida lleno de alegrías y también de algún sinsabor. Pronto la casa se pobló de risas, de mucha algarabía, llegaron los principales habitantes de la casa, y ellos fueron y son mi razón de vivir».

Durante esos años, la sensación que tenían los tres protagonistas era de que «tanto los que trabajábamos en la casa, como los alumnos, éramos pioneros. Todos hacíamos un poco de todo. Y esa ilusión nos ha traído hasta aquí», recalca el director del CEU. Coindice con ello el recuerdo de José Francisco, que en esa época, junto a Paco Sánchez, se encargaba de entrevistar a futuros alumnos y hacer las preinscripciones. Pero no sólo eso. «Hacíamos de todo, abrir y cerrar el centro, gestionar toda la apertura del centro (teléfonos, agua, luz,…) preinscripciones de alumnos, mantenimiento del edificio, contratación profesorado, atención a padres y alumnado. Todo a mano, con una máquina de escribir eléctrica que todavía conservamos».

«Los que comenzamos esta aventura tenemos un sentimiento CEU que nos inculcó nuestro director, Francisco Sánchez, y ratificado hace solo unos días por el Secretario General de nuestra Universidad CEU- Cardenal Herrera: que nuestro trabajo debe ir dirigido a mejorar la casa, trabajar todos para todos, para que esto redunde en nuestros alumnos que son lo más importante del CEU de Elche».

Alejandra Quereda, subcampeona olímpica, premio CEU Ángel Herrera a la mejor Alumni Junior

«No me lo esperaba. Me cogió por sorpresa ya de inicio, cuando desde el colegio me dijeron que me proponían para el premio. Y no me esperaba que fuera elegida, teniendo en cuenta que hay miles de antiguos alumnos en toda España, con expedientes y trayectorias increíbles y con un nivel altísimo», asegura Alejandra Quereda días después de recoger en Madrid el Premio CEU Ángel Herrera a la mejor Alumni Junior, concedido por la Fundación Universitaria San Pablo CEU. En esa ceremonia, en la que también se galardonó al periodista y presentador del Telediario de TVE, Carlos Franganillo, la subcampeona olímpica de Gimnasia Rítmica en Río 2016 reconoció la importancia de los valores CEU que le han valido para formarse «como persona y no sólo como deportista».

Quereda, que estudió en el CEU Jesús María desde los 3 años hasta 4º de la ESO, y que está a una asignatura de graduarse en Medicina, está vinculada al CEU y a la gimnasia rítmica desde su más tierna infancia. De casta le viene al galgo, ya que «mi madre fue campeona de España por conjuntos, y me inspiró, aunque no me obligó ni me condicionó, para que quisiera apuntarme a la actividad de extraescolares en el colegio en esa disciplina».

Un año después, su entrenadora en aquellas clases detectó el nivel de Alejandra y la incorporó al grupo de competición del colegio. Y desde ese momento, su vida cambió. Interna en la residencia Joaquín Blume, entrenando entre 7 y 8 horas diarias de lunes a sábado en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Madrid desde el año 2008, compaginándolo con los estudios universitarios. Medalla de plata en los JJOO de Rio de Janeiro 2016 y 4ª clasificada en la final olímpica de Londres 2012. 4 medallas en Campeonatos del Mundo, 3 medallas en Campeonatos de Europa y 33 medallas en pruebas de Copa del Mundo. Todo un palmarés que no le ha hecho perder la perspectiva. «Tengo que agradecer al Colegio CEU Jesús María que facilitara la práctica de este deporte y que su Club de Gimnasia Rítmica siga estando aquí. Si tengo que elegir los cinco mejores recuerdos de mi vida deportiva, sin duda, uno sería los momentos que he vivido con mis compañeras en este colegio, y con las entrenadoras. Ellas me formaron también, y eso es muy importante».

En la entrega del premio en el Casino de Madrid, Alejandra insistió en su idea de que «el deporte nos inculca desde pequeños valores que nos hace mantener los pies en la tierra. Por eso, a los niños y niñas que empiezan sólo puedo darles un consejo: que se esfuercen, luchen por sus sueños y se propongan objetivos que puedan conseguir por ellos mismos. Gracias a ese esfuerzo y a esa superación que he incorporado a mi día a día he llegado a conseguir mis sueños».