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Mohr: «El nuevo supercomputador será un millón de veces más potente que uno normal»

Avanzó ayer las enormes posibilidades que ya se abren y que se multiplicarán en el campo de los materiales, farmacéutico y la Inteligencia Artificial

Mohr: «El nuevo supercomputador será un millón de veces más potente que uno normal»

Stephan Mohr es un investigador suizo que lleva cinco años trabajando en el Supercomputing Center de Barcelona. Ayer participó en las Jornadas Científicas del Instituto Universitario de Materiales de la Universidad de Alicante, al que acudieron decenas de expertos en química y física de la UA y otras universidades españolas.

P ¿En qué momento nos encontramos en la supercomputación?

R En Europa se está invirtiendo mucho dinero en supercomputación. De hecho, el año que viene tendremos en el Supercomputing Center de Barcelona el supercomputador más potente de Europa y uno de los más potentes del mundo. Supondrá un buen empujón para la investigación.Será un millón de veces más potente que un ordenador normal. Y veinte veces más potente que el que manejamos ahora en el centro. Cuesta 200 millones de euros.

P ¿Qué se podrá hacer con él?

R Es un ordenador muy potente, con una capacidad de cálculo muy rápida. Así podemos hacer simulaciones. Es decir, que en lugar de hacer experimentos en el laboratorio, se pueden simular en el ordenador. Esta tecnología tiene múltiples aplicaciones, por ejemplo, para predecir el clima a largo plazo y con mayor precisión. También potenciará la Inteligencia Artificial y el desarrollo de nuevos materiales.

P En cuanto a los materiales entonces supone un ahorro importante.

R Sí, es un proceso mucho más eficiente. La búsqueda de nuevos materiales es un proceso de prueba-error en un laboratorio. Tienes una idea de que un material posee ciertas propiedades, lo sintetizas, lo cual es un proceso complejo, y luego lo pruebas. Un 99,9% no da buen resultado y tienes que volver a empezar. Con la simulación trabajamos a nivel de los átomos del material e intentamos caracterizarlo en el ordenador. Así puede no dar buen resultado, pero no hay que ir al laboratorio y es un proceso mucho mas eficaz que ahorra tiempo y dinero. Con esta capacidad de cálculo podemos realizar a la vez cien ideas, cien cálculos en paralelo, para lo que necesitarías cien personas en un laboratorio. Y los supercomputadores pueden trabajar de noche y los fines de semana.

P Pero no desaparece el trabajo de laboratorio.

R No, pero podemos hacer un gran screening y a lo mejor de cien materiales candidatos, hacer un cálculo y saber qué cinco muestran buenas propiedades. Esos son los que van a probarse en el laboratorio. Así, se realizan los experimentos con los cinco materiales que de verdad pueden resultar interesantes. Esta posibilidad abre mucho campo en farmacia. De hecho, muchos fármacos de grandes laboratorios se diseñan ya en el ordenador.

P Y ahora llega a los materiales. ¿Se podrá entonces dar respuesta a uno de sus principales retos, el almacenamiento de energía para la movilidad sostenible?

R Claro, es una posible aplicación. Podría acelerar el proceso para almacenar la energía. La idea es la misma, podemos probar miles de materiales y encontrar alguno que nos dé las propiedades que buscamos. Las aplicaciones son muy numerosas, desde el coche eléctrico a placas solares, recubrimientos anticorrosión, lubricantes o nanoelectrónica. Incluso para la industria alimentaria. Ya tenemos un caso curioso de éxito. Una industria que quería sacar al mercado chocolate azul para niños. Era muy difícil encontrar un color azul que no fuera tóxico. Al final con simulación se consiguió haciendo un screening de miles de candidatos.

P Las simulaciones con el supercomputador actual ya están llegando a la industria y con el nuevo se multiplicará.

R Cada vez hablamos más con empresas porque para el Barcelona Supercomputing Center el objetivo es que la tecnología que desarrollamos llegue al mercado, a la sociedad. Acabamos de crear una spin off para comercializar las simulaciones para la industria química y los materiales.

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