Cada vez menos mujeres deciden tener hijos. Esta realidad social que se observa cada vez que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica los datos sobre natalidad y que este año han bajado a mínimos históricos, ha sido constatada por un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y una doctoranda brasileña sobre la percepción acerca de la maternidad y la paternidad entre los universitarios alicantinos.

De hecho, teniendo en cuenta que la media de edad de los 400 encuestados -chicos y chicas- es de 21 años, todo indica que la caída en picado de la natalidad va a continuar. La búsqueda de la estabilidad laboral y de los recursos económicos suficientes para mantener a los hijos y la falta de conciliación laboralestán detrás de la decisión de retrasar la maternidad, algo que influye de manera decisiva en el número de hijos que se van a tener, o directamente de descartarla.

La mentalidad y la forma de vida han cambiado y eso explica que Alicante haya registrado la tasa de natalidad más baja de la historia. En 2018, el último que ha sacado el INE, nacieron en la provincia 14.161 niños, mientras que el número de personas fallecidas ascendió a 16.270. Es la segunda vez consecutiva que se da el fenómeno de más muertes que nacimientos en Alicante. La caída en el número de nacimientos es además mayor en la provincia que en el conjunto de España, 5,8% frente a 5%, en 2018.

En las sesiones de elaboración de discurso realizadas por grupos de universitarios provenientes de todas las facultades de la UA, los investigadores José Ramón Martínez-Riera, Alba Navalón y María da Gloria Martins se toparon con que una parte de las universitarias afirmaban abiertamente que no querían ser madres ni en ese momento ni en el futuro, algo impensable hace unas décadas. Y en general la mayoría, quisieran ser madres o no, rechazaba las etiquetas sociales que conlleva esta decisión e ideas como que no se puede llevar una vida plena si no se tienen hijos, explica Martínez-Riera. Es más, entre las que rechazaban la idea de ser madres la mayoría apostaba por vivir en pareja. Esta situación refleja un claro cambio social en opinión de los expertos.

Además, el empoderamiento femenino de las nuevas generaciones de universitarios provoca que la mayoría de las jóvenes tuviera asimilado que la decisión o no de tener hijos les corresponde a ellas.

Sólo tres de los participantes eran padres o madres mientras cursaban sus estudios, mientras la inmensa mayoría tenía muy claro que no deseaba tener niños en su etapa universitaria. Además, una gran parte destacaba la falta de apoyos institucionales para quienes son padres mientras estudian, como el hecho de que no haya un servicio de guardería en la Universidad. Y también echaron en falta una mayor información acerca de la maternidad y la paternidad en el campus.

La fuente principal de información en materia de maternidad y paternidad es la propia familia en cerca del 90% de los casos, seguidas de los medios de comunicación, las redes sociales y sitios de internet. Asimismo, una amplia mayoría está de acuerdo con la importancia de una educación en salud para poder desarrollar su papel como progenitores.

La principal preocupación a la hora de tomar la decisión de ser padres es el tema económico. Tanto el salario como la estabilidad laboral, que la mayoría a esa edad espera haber logrado en la treintena pero que en muchos casos la realidad alarga a la cuarentena, les hace retrasar la idea de ser padres y madres. «Tienen claro que hasta que no tengan una estabilidad laboral y de sueldo no quieren dar el paso de ser madres o padres», indica Martínez-Riera.

En cifras, los factores económicos fueron citados como los que más preocupaban a los encuestados en un 92%, el desarrollo personal o profesional en un 66% y la falta de información en un 27%.

Además, llamó la atención de Martínez-Riera el hecho de que se repitiera en las sesiones grupales la firme intención de, llegado el momento, ser ellos quienes críen a sus hijos en contraposición a su vivencia personal. Gran parte de los alumnos de esta generación ha vivido en carne propia que el trabajo de sus padres les impidiera pasar tiempo con ellos y se han criado con sus abuelos. A los investigadores les resultó llamativo que destacaran esta circunstancia para elaborar el discurso de la forma en que los jóvenes querían ser padres y madres.

Toda esta información corresponde a la primera parte del estudio, en el que también participan otros cuatro investigadores. La segunda parte se está llevando a cabo ahora en la Universidad Franca de Brasil donde se están replicando las encuestas y las sesiones grupales de formación de discurso. El objetivo es poder comparar los resultados de ambas para ver si existen diferencias significativas entre la percepción de la maternidad y la paternidad de los estudiantes de Sao Paulo y los de Alicante.

Alba Navalón: «La sociedad va normalizando que haya mujeres que no quieran tener hijos»

Enfermera y socióloga.

Profesora UA. Alba Navalón ha participado en el estudio sobre la percepción de la maternidad y la paternidad entre los universitarios alicantinos y cree que los resultados son el fiel reflejo de los cambios sociales que han modificado las prioridades.

P La natalidad baja año tras año y ya se ha llegado a la tasa más baja desde que hay registros.

R La economía es el punto clave y también que el tipo de sociedad ha cambiado. Ahora tenemos más en cuenta obtener nuestro placer personal y no bajar el ritmo de vida, que sabemos que bajará con un hijo. También pesa mucho la inestabilidad laboral y la falta de conciliación familiar. Hace unos años tener un hijo suponía mano de obra y en la actualidad supone un coste económico. La gente empezaba a trabajar joven y era mano de obra para la unidad familiar. Hoy al hablar de economía nos planteamos si podemos mantener a los hijos, una casa, una hipoteca y un hijo cuesta mucho dinero. Se ha ampliado el nivel de estudios y te incorporas más tarde al mercado laboral, por eso antes se tenían cuatro y cinco hijos y ahora dos.

P Según el estudio en el que ha colaborado cada vez más mujeres optan por no tener hijos, ¿es preocupante?

R Para la base de la sociedad es muy importante, hay que analizar los motivos que les llevan a tomar esa decisión. Hay quien no es padre o madre y no quiere serlo y otros que no lo son pero sí querrían en el futuro, pero falta la conciliación familiar, que no hay. Si los dos entran a trabajar a las siete de la mañana, ¿dónde dejan al niño si no tienen familia cerca? El hecho de no tener hijos hace que todo se derrumbe tal y como está organizada la sociedad española. Todo está pensado para que trabaje mucha gente y pueda seguir subsistiendo el sistema de pensiones y el sanitario, pero todo se está derrumbando. Una natalidad tan baja derrumba el resto de sistemas por los que se llevan años trabajando. La esperanza de vida es más amplia y todo se desmorona.

P Las mujeres han ido perdiendo el miedo a decir que no quieren tener hijos, algo que hace 30 años era impensable, y además van en aumento.

R Sí, han aumentado las mujeres que deciden no tener hijos. Aún así seguimos teniendo la distinción de mujer soltera, solterona, y hombre soltero, soltero de oro. Aunque va evolucionando y ya no es lo mismo, se ha normalizado el hecho de que una persona decida no casarse y no tener hijos. Pero es cierto que está más normalizado cuando lo dice un hombre, al final a las mujeres aún las sigue juzgando la sociedad por ello. Aún existe un poco de desequilibrio. Normalmente es una decisión de pareja. La mujer va creciendo en el ámbito laboral y muchas veces se ven obligadas a elegir entre seguir su carrera o ser madre. Tienen que sacrificar algo cuando el hombre no suele sacrificar nada. Al final son decisiones personales.

P También queda patente que la mujer ha asumido más su poder decisorio en la maternidad.

R Al final es una decisión de la mujer porque es la que se queda embarazada. Es verdad que cuando tienes pareja no deja de ser una decisión de la pareja y si no lo es al final se rompe. La mujer ahora tiene más peso porque antes se daba por hecho que te casabas para tener hijos, pero ahora hay tantos modelos de familia diferentes que no nos podemos centrar sólo en una familia de padre, madre e hijos. Los divorcios han aumentado y con ellos las familias reconstituidas y también van en aumento las monoparentales, las de las madres solteras.

P Pero el hecho de que la tendencia se dé entre universitarias que en el futuro pueden tener un buen trabajo llama la atención.

R Yo pienso que muchos de ellos tampoco se lo han planteado en serio. A lo mejor dentro de cinco años piensan de otra manera. Todo cambia. Aunque una parte ya lo tiene muy claro porque piensa en su carrera profesional y al final todos somos egoístas con nuestro tiempo y nuestros objetivos. No siempre es sólo un problema económico. Hay muchos factores involucrados en tomar esta decisión. Las prioridades de hace 50 años y las de ahora son completamente distintas. Muchas veces las de ahora son materiales más que afectivas, al final la sociedad es consumista.

P Cada vez es más frecuente ser madre soltera, aunque con la reproducción asistida no se suelen tener más de un hijo, máximo dos.

R Depende de los tratamientos, si es una inseminación artificial es igual que si fuera una eyaculación pero si es in vitro suelen implantar dos embriones, por eso en los últimos años hay más embarazos gemelares. Aunque ya no son sólo las madres solteras, también son de parejas que han retrasado tanto la maternidad que tienen que recurrir a las técnicas de reproducción asistida.

P ¿Qué se debería hacer para revertir la tendencia, más políticas económicas o de conciliación?

R Es básico, la conciliación familiar es un punto clave para los que quieren ser padres y no pueden, igual que la estabilidad laboral. Los sueldos se estancaron con la crisis pero el coste de vida es el mismo. Faltan políticas públicas en este sentido que faciliten la maternidad. Las desgravaciones fiscales ayudan, pero creo que es aún más importante la conciliación. La equiparación de los permisos de paternidad es una buena política, pero faltan más políticas en favor de la conciliación. A nadie le viene bien por horarios ir a recoger a los niños al colegio. Y muchos de los que quieren ser padres quieren disfrutar de sus hijos, criarlos y educarlos porque ellos se han criado con sus abuelos. Pero lo ven muy difícil.