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Un químico de la UA patenta un material para prótesis capaz de liberar fármacos

El nuevo material regenera el hueso, es biodegradable y evita los rechazos

El investigador de materiales José Miguel Molina muestra un ejemplo del nuevo material multifuncional en el laboratorio. Jose Navarro

Un nuevo material que sirve para regenerar el hueso tras un implante, es capaz de liberar fármacos y de evitar los rechazos que pueden surgir en el organismo y que además es biodegradable. El sueño de cualquier traumatólogo lo ha patentado el investigador de Química Inorgánica de la Universidad de Alicante (UA) José Miguel Molina.

De hecho, el servicio de Traumatología del Hospital La Fe de Valencia colabora con el profesor y ya han pedido un proyecto conjunto al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para desarrollarlo y poder utilizarlo.

El secreto es el paso más que Molina ha dado en los materiales llamados espumosos en química. Se denominan espumosos porque son porosos, pero en realidad son de metal o de plástico. Estos materiales llevan más de 50 años en circulación con diferentes propiedades, pero lo que ha ideado este investigador es la manera de utilizarlos como «material anfitrión» y colocar dentro «materiales huésped» diferentes. A estos últimos los cita como «Guestfoams» en su patente, pero coloquialmente los llama «sonajeros». Y los llama así porque introduce el material que quiera, desde carbono activo hasta partículas de hierro, y quedan sueltos e independientes dentro de una pequeña cavidad.

«Somos capaces de colocar los que queramos como queramos, es decir, colocar todos los huéspedes del mismo material o de materiales diferentes, del tamaño que queramos y en el lugar que nos interese, con lo que se convierte en un material multifuncional con propiedades diversas», explica Molina. «Además, podemos pasar al través líquidos o gases» y en función de los huéspedes se obtienen resultados diferentes.

Esta explicación es importante antes de volver a su aplicación médica. En los implantes óseos actuales los médicos cortan el hueso, extraen la parte afectada y la sustituyen normalmente por titanio. A veces este material genera rechazo por parte del organismo, y el tejido que crece alrededor se enquista. La tendencia es colocar un material espumado para que los osteocitos, células del tejido óseo, lo confundan con un tejido poroso como el propio hueso. Pero replicar la porosidad en titanio no funciona muy bien y se está probando con magnesio, que es bioabsorbible. El problema, señala Molina, es que al poner espuma de magnesio ésta se disuelve demasiado rápido y no da tiempo a que crezca el hueso. Además, cada hueso tiene una porosidad diferente. Con la patente de este investigador se podría replicar la porosidad de manera personalizada con una simple tomografía para después utilizar el magnesio como matriz y que éste se disuelva de una manera controlada. El huésped en este caso sería una carga de antibiótico que se vaya liberando con las indicaciones de los médicos para evitar las infecciones. Así, tanto los pacientes como el sistema de salud se ahorrarían multitud de intervenciones derivadas de la presencia de una bacteria tras el implante.

Al limpiar la parte enferma del hueso se generaría la cavidad donde introducir el material y antes de que éste se disolviera en el organismo a las células les daría tiempo a hacer crecer tejido óseo sano.

Más aplicaciones

Molina ha patentado el producto, el proceso y las principales aplicaciones de este material. Entre ellas, destaca que da muy buenos resultados para disipar el calor el electrónica al introducir aire frío y lograr adsorber -atraer y retener en su superficie moléculas o iones de otro cuerpo-el calor de forma más eficaz que los métodos convencionales. Y algo similar ocurre con el ruido.

En función de la combinación de materiales huéspedes ferromagnéticos también se puede adsorber la contaminación tanto del aire como del agua. Sirve para desarrollar filtros antibacterianos y para retener sustancias presentes en cualquier medio en cantidades muy bajas para después poder analizarlas.

Asimismo, tanto la industria petroquímica como una multinacional de la automoción ya se han interesado para utilizarlos para desarrollar catalizadores.

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