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La cubierta más ligera

Cuatro alumnos y dos profesores de Arquitectura crean una estructura de tela plástica reforzada con fibra de vidrio para cubrir el patio del edificio de la Escuela Politécnica

La nueva cubierta del patio de la Escuela Politécnica Superior ya está colocada y en funcionamiento. Pilar Cortés

Un espacio infrautilizado al que poder dar vida. Con esta premisa la Escuela Politécnica de la Universidad de Alicante (UA) lanzó un concurso para que fuera la facultad de Arquitectura la que ideara cómo cubrir el gran patio central del edificio de la Politécnica I, que hasta la fecha servía como lugar de paso para dirigirse a las diferentes dependencias. Un lugar que se evitaba en verano por el intenso calor y también en invierno por el frío, especialmente los días de lluvia.

Arquitectura asumió el reto. Dos profesores, el director de la titulación, Antonio Maciá, y Daniel Carratalá, y cuatro alumnos, David Gil, Ana Fernández, Rafael Zarza y Juan Antonio García empezaron a trabajar para pensar en la mejor solución para techar el espacio y aprovechar el interior. Todo ello por un precio inferior a los 45.000 euros.

Llegaron a la conclusión de que lo más indicado sería cubrir este espacio con «la estructura más fina posible», explica Maciá. Por ello, eligieron una tela plástica reforzada con fibra de vidrio totalmente impermeable que dejara pasar la luz. Con una estructura normal, y dado que había que cubrir doce metros, habrían necesitado un canto de acero de 30 centímetros. Sin embargo, utilizando esta tela como material sólo han necesitado 0,8 milímetros. «Lo más ligero que se puede hacer», asegura el arquitecto.

Los «agujeros» que se pueden observar en la cubierta, unos 50, no tienen un motivo meramente estético. «Cuando entran los rayos de sol quien esté dentro se puede hacer idea de en qué momento del día está por cómo se refleja la luz», añade Maciá. Y permiten ver el cielo desde el interior del edificio.

El hecho de que la cubierta sea curva y forme una figura geométrica de color blanco alimenta esa sensación de ligereza y «provoca una sensación agradable» a lo que contribuye el hecho de que las paredes interiores no tienen esquinas marcadas. «De esta forma se consigue una sensación de continuidad», señala.

Otro pequeño detalle técnico consiste en que las telas no tocan la pared «de manera que parece que esté flotando, como si toda la cubierta fuera una burbuja translúcida», apunta Maciá. Así además se consigue una ventilación natural que hace prescindible el aire acondicionado en verano.

Para las noches los arquitectos previeron colocar un refuerzo de luz artificial con tubos verticales también blancos. «Es una luz perimetral que parece que salga de debajo de la tela y ayuda a crear el ambiente de que la tela se encuentra suspendida en el aire», añade el director de Arquitectura.

La obra de la cubierta comenzó en septiembre y finalizó hace dos semanas, aunque aún queda algún pequeño detalle por ultimar.

Un lugar donde poder realizar trabajos de grupo e incluso impartir clases

El proyecto culminará en enero con el cambio del suelo y la colocación de nuevo mobiliario y vegetación

Una vez que la cubierta ya está instalada en el edificio de la Politécnica I el siguiente paso es aprovechar el nuevo espacio generado en el interior.

La idea es que tanto alumnos como profesores puedan disfrutar de un lugar donde poder reunirse, realizar trabajos de grupo, estudiar, celebrar actos de la Escuela Politécnica e incluso impartir algunas clases. Esta segunda fase culminará el próximo mes de enero.

Para entonces el equipo de arquitectos que ha diseñado la cubierta tiene previsto haber levantado el suelo para rellenarlo. Al estar hasta ahora al aire libre el pavimento estaba hueco para que pudiera filtrar el agua de lluvia. Pero ahora deben rellenarlo aunque el pavimento que quedará a la vista será como el actual, en tonos claros.

Una vez realizado este paso se colocará el mobiliario que consiste en varias mesas corridas con sus correspondientes tomas de electricidad para que se puedan conectar ordenadores. El banco que actualmente se encuentra en la zona del antiguo patio se quitará para ganar espacio y los arquitectos ya se han reunido con la oficina técnica que se encarga de los jardines en la Universidad de Alicante (UA) para decidir la vegetación que se colocará en maceteros.

El director de la Escuela Politécnica Superior, Andrés Montoyo, afirma que «la zona del patio que quedaba al aire libre estaba infrautilizada y por eso pensamos en cubrirla y dotarla de vida». «Queríamos reformarlo y readaptarlo y dónde mejor que en la propia escuela para realizar el proyecto», añade.

Además, tras ver el resultado el director de la EPS se muestra convencido de que dejando a un lado la utilidad, el edificio también ha «revalorizado su estética».

Los alumnos que lo han llevado a cabo junto a los dos profesores realizaron el proyecto en su último año del grado y ahora los cuatro están ya trabajando como arquitectos, dos de ellos en el extranjero.

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