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Universitarios gitanos rompen con los estereotipos

Grupos de alumnos ofrecen charlas a sus compañeros para explicar su historia y su cultura

«Los compañeros cuando se enteran de que eres gitana te suelen comentar 'pues eres normal' y eso es algo que da mucha rabia», afirma Sally Cortés, que estudia primero de Español, Literatura y Lengua en la Universidad de Alicante (UA).

Para acabar con los estereotipos Cortés y un grupo de los más de cuarenta alumnos de etnia gitana que estudian en el campus de San Vicente están impartiendo talleres a sus compañeros en los que explican su cultura y su historia al tiempo que abren el debate sobre la imagen que se tiene del colectivo.

En uno de estas charlas Cortés, Antonio Fernández -estudiante de Trabajo Social- y Carmen Marín -que cursa Magisterio Infantil- empiezan a romper barreras.

Los gitanos universitarios, explican Cortés y Fernández, muchas veces se sienten «en tierra de nadie» porque «en nuestro entorno nos ven diferentes por estudiar y les da miedo que perdamos nuestra cultura y en la Universidad nos ven raros». Por eso buscan normalizar su situación.

Abordan con humor las charlas y lo primero que hacen, tras presentarse, es invitar a sus compañeros a participar en el "Gitanómetro", una prueba en la que realizan distintas preguntas relacionadas con los gitanos con varias opciones de respuesta.

Desde la bandera de la etnia gitana y sus símbolos hasta la "Gran Redada", pasando por rostros más o menos conocidos para que los alumnos identifiquen a los que son de etnia gitana. También les preguntan por la procedencia del pueblo gitano y desde cuándo se tiene constancia de su presencia en España.

Ninguno de los alumnos contestó ayer a todas correctamente. Pocos sabían que los orígenes del pueblo gitano se sitúan en India y que Lola Flores es paya. Pero sí hubo varios que sorprendieron con una mayoría de aciertos.

Los universitarios gitanos, cuya presencia ha ido aumentando en los últimos años en el campus, quieren "normalizar" su situación en ambos sentidos, entre sus familias y entorno, y entre el resto de universitarios. Y quieren ser visibles para conseguirlo y para que otros jóvenes gitanos se animen a seguir estudiando.

Sally Cortés tiene tres hijos y se aprobó las pruebas de acceso para mayores de 25 años embarazada de ocho meses. "A mis padres les daba miedo que viniera a la universidad y con la edad para hacerlo me casé y tuve a mis hijos, pero después me di cuenta de que me faltaba algo, yo siempre quise seguir estudiando porque me encanta escribir, ya he publicado un libro "Cuando callan las estrellas" y quiero seguir escribiendo".

"Muchas veces somos los propios gitanos los que nos encasillamos, pero yo no me conformaba y decidí dar el paso", explica Cortés.

"Ahora mis hijos ya hablan con naturalidad de lo que quieren estudiar en la universidad cuando sean mayores", añade.

Antonio Fernández tampoco lo tuvo fácil para llegar a los estudios superiores. Su familia quería que dejara el instituto "pero a mí me gustaba estudiar y la vicedirectora del colegio les convenció".

"Cambiar las cosas es una tarea de todos y sobre todo en el caso de las minorías en barrios desfavorecidos deben ser los profesores los que den su apoyo para que podamos seguir estudiando", pide este alumno.

La Cátedra de Cultura Gitana de la UA realizará un estudio con los asistentes, a los que se les pasa un cuestionario antes de empezar la charla y otro después. La actividad se enmarca en el Día Internacional del Pueblo Gitano que se celebrará el próximo 8 de abril.

Desde esta cátedra y el Vicerrectorado de Responsabilidad Social de la UA se ha diseñado un amplio programa de actividades centrado en la formación, la sensibilización y la cultura, que se desarrollara entre los meses de marzo y mayo.

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