La catedrática emérita de Historia de la Ciencia, Rosa Ballester Añón, ha recibido hoy el premio Igualdad 2019 de la Universidad de Alicante de manos del rector, Manuel Palomar, en un acto que ha reunido a los rectores eméritos de la UA y UMH, Antonio Gil Olcina y Jesús Rodríguez Marín junto a vicerrectores, decanos e investigadores.

Palomar ha destacado de quien fuera la primera Defensora Universitaria de la Universidad de Alicante, en el año 1995, que "ha sido una académica pionera al ocupar cargos de gestión universitaria relevantes en una época en la que la presencia de las mujeres era testimonial y también al introducir los estudios de género en las ciencias de la salud".

"Ha sido y es un referente que inspira la actuación de muchas generaciones de profesionales del sector y un modelo que ha guiado el avance del conocimiento con perspectiva de género en un ámbito clave en el desarrollo social como es la salud", ha añadido el rector.

"Las universidades debemos liderar la promoción de la igualdad a través del conocimiento", ha asegurado Palomar, quien entiende que "es tiempo de entrar en la recta final en la consecución de la igualdad".

Ballester, en su intervención, ha agradecido tanto a la UA como al "departamento de Enfermería Comunitaria, Medicina Preventiva y Salud Pública e Historia de la Ciencia este premio y quiero recordar a todos aquellos con los que he trabajado a lo largo de los años y que han hecho posible que yo hoy reciba este reconocimiento".

La vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, María José Rodríguez, ha sido la encargada de presentar el acto y de presentar el manifiesto de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas por la "plena igualdad de Mujeres y Hombres" con motivo del Dia Internacional de las Mujeres en que ha destacado el "papel primordial de la universidad en la transmisión de valores para construir una sociedad cada vez más tolerante, justa e igualitaria".

El texto denuncia que las desigualdades "nos hacen perder mucho talento", asegura que "el estudio de las desigualdades de género ha aportado un riguroso corpus teórico, avalado científicamente, que no merece ser puesto en duda con argumentos exclusivamente ideológicos, como se ha hecho en los últimos meses".

Rosa Ballester es licenciada en Medicina y doctora en Medicina por la Universidad de Valencia desde 1975. Su trayectoria académica la desarrolló en diversas universidades entre las que se incluye la Universidad de Alicante, donde fue la primera Catedrática de Historia de la Ciencia.

En la UA asumió, junto con su actividad docente, cargos de responsabilidad en un contexto en el que la presencia de mujeres era minoritaria. Así, en 1995 fue nombrada por el Claustro, Defensora Universitaria, la primera persona y mujer que ha desempeñado este cargo. Fue la primera directora del Departamento de Salud Pública. También directora de la Escuela Universitaria de Enfermería y secretaria de la Comisión de Doctorado.

Su dedicación a la universidad lo ha compaginado con su dedicación a la gestión en otros espacios académicos, nacionales e internacionales como la presidencia de la sociedad Española de Historia de la Medicina. Y, actualmente, es la vicepresidenta de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana.

Como investigadora, cuenta con seis tramos de investigación reflejados en la publicación de seis libros, y más de 60 artículos en revistas científicas y más de 60 capítulos de libros; entre los que destacan los orientados a la evaluación de los sistemas de recuperación de la información en temas históricos en relación a los estudios sobre salud de las mujeres.

La Comisión de Igualdad valoró como uno de los logros más destacados de la profesora Ballester, el trabajo desarrollado en la introducción, en la década de los noventa del siglo pasado, de los estudios de género en los programas de doctorado de salud pública, una tarea pionera en la formación de postgrado y que paulatinamente se ha ido trasladando a los planes de estudio de grado.

Este es, a juicio de la Comisión, uno de sus principales legados, pues su trabajo, décadas después, es un referente en lo que hoy conocemos como inclusión de la perspectiva de género en la formación universitaria, en general y, en particular, en la formación universitaria en ciencias de la salud.