«La ciencia básica ha traído las tecnologías disruptivas que han cambiado el mundo». El catedrático de Física y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica Pedro Miguel Echenique ofreció ayer la charla «La Sublime utilidad de la ciencia inútil» en la Sede Universitaria de Alicante dentro del Aula de la Ciencia. El prestigioso investigador quiso poner de relieve la importancia de la ciencia básica, que en muchas ocasiones no llega o no es entendida por la sociedad y queda relegada tras la ciencia aplicada.
En su opinión, «es mucho más importante y más rentable dejar volar la curiosidad de los científicos con talento que fijar objetivos», porque, entre otras cosas, cuando se investiga en ciencia fundamental surgen en la mayoría de ocasiones descubrimientos que no estaban previstos. Echenique puso dos ejemplos elocuentes. El presidente norteamericano Richard Nixon destinó un programa billonario a la cura del cáncer a principios de los años 70 y no se logró porque en aquel momento no se conocía lo suficiente la ciencia básica que surgió después de avances en otros campos que no tenían ninguna relación, recordó el investigador. Sin embargo, la teoría de Einstein y el conocimiento de la estructura de la materia sí posibilitó el éxito, en este caso negativo, del proyecto Manhattan destinado a crear la bomba atómica.
«Pocos descubrimientos han cambiado más la economía del mundo que el cálculo infinitesimal o la física cuántica que representa el 30% de la economía mundial, el láser o la resonancia magnética nuclear. Y nunca hubiesen sido encontradas con proyectos millonarios destinadas a encontrarlas», advirtió.
En este sentido, aseguró que «cuanto más desarrollado es un país, más libertad tienen sus científicos en ciencia básica». Para Echenique, destinar entre el 15 y el 20% del presupuesto para investigación a ciencia básica es suficiente y aunque dijo desconocer los números exactos cree que en España «más o menos se cumple». De forma irónica responde a quienes no terminan de ver la utilidad de la investigación fundamental al no poder muchas veces obtener de ella resultados concretos que se destinen a un único fin, que «solo las ecuaciones de Maxwell justifican 300 años de investigación básica». Estas ecuaciones son las que describen por completo los fenómenos electromagnéticos.
Preguntado sobre las motivaciones de los científicos para iniciar una investigación se remitió al matemático Hardy para señalar la inquietud intelectual, el orgullo profesional y el deseo de poder, fama, vanidad o dinero porque «los científicos somos humanos». Echenique recomendó a los jóvenes científicos que a ello sumen la ética, la pasión, la voluntad y el espíritu colaborativo. «También que lean y que cambien cada cierto tiempo de tema de investigación».
Por otra parte, Echenique consideró que se debe mejorar la comunicación científica porque «una sociedad científicamente informada es más libre, toma mejores decisiones y es menos susceptible a la manipulación de los grupos de presión».
