Guerra al plástico en la Universidad de Alicante (UA). El Plan de Responsabilidad Social contempla la estrategia Plástico.0 para reducir este material. Sólo el año pasado en el campus se vendieron un total de 153.458 unidades de botellas de plástico para más de 25.000 alumnos, 2.200 profesores y cerca de 1.300 trabajadores de administración y servicios.

La mitad de estas botellas fueron de agua, vendidas en las máquinas distribuidas por todo el campus. Otro de los productos que más envases plásticos generan son los vasos de bebidas calientes de máquinas expendedoras con 452.332 unidades en 2017. De hecho, en los primeros meses de este año, la UA ha sustituido estos vasos por unos de papel para reducir residuos. También se da un elevado consumo de alimentos envasados en plástico, con casi 400.000 unidades vendidas. La universidad es como una pequeña ciudad y a través de esta campaña quieren concienciar a la comunidad universitaria sobre este problema además de incorporar medidas como la mejora de las fuentes y la instalación de más puntos de reciclado de estos envases.

Estrategias

La campaña va de la mano del primer Plan de Responsabilidad Social que ha puesto en marcha la UA y que ayer el rector, Manuel Palomar, presentó a la comunidad universitaria. Para Palomar, este plan supone «todo un giro cultural en la gobernanza de la Universidad». El plan se estructura en siete ejes de intervención que incluyen 20 objetivos de los cuales se derivan las 72 acciones a implementar hasta 2020 y van en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Y afectan a todos los ámbitos universitarios, desde la investigación al campus, pasando por la docencia y la gobernanza.

Palomar señaló que el plan «es una apuesta institucional para instaurar una relación ética y transparente de la institución con la sociedad e implica el establecimiento de estrategias para la acción orientada a contribuir al desarrollo sostenible de la comunidad, preservar los recursos naturales, el patrimonio artístico-cultural, respetar la diversidad étnico-cultural y promover la reducción de las desigualdades sociales por cualquier causa». Por ello, añadió, el primer paso es ser conscientes del impacto que genera la propia universidad, tanto en el entorno como en la formación de los jóvenes sin olvidar el «liderazgo social» que debe ostentar la institución.

El plan fue aprobado en el consejo de gobierno del pasado mes de julio. La vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, María José Rodríguez, explicó que el plan «plantea la hoja de ruta de una gobernanza socialmente responsable» y puso como ejemplo que las últimas contrataciones para el servicio de limpieza son mujeres víctimas de maltrato.