Dos científicos de la Universidad de Alicante (UA) y otros dos alemanes han diseñado un método nuevo que mejora en un 40 por ciento la precisión de las predicciones de los valores diarios de dos de los cinco parámetros de orientación terrestre.

Este logro ha sido publicado hoy por la prestigiosa revista online 'Scientific Reports', del grupo Nature, y está firmado por los investigadores Santiago Belda y José Manuel Ferrándiz, del departamento de Matemática Aplicada de la Escuela Politécnica Superior de la (UA), y por Robert Heinkelmann y Harald Schuh, del centro GFZ, institución de excelencia alemán de investigación de la Tierra.

Se da la circunstancia de que Schuh es el actual presidente de la Asociación Internacional de Geodesia (IAG).

Los dos parámetros estudiados por estos matemáticos se denominan CPO (en sus siglas en inglés) y el nuevo sistema permite alcanzar un año de predicciones oficiales con precisión, cuando las actuales solamente llegan a unos 40 días.

Según ha explicado a Efe Ferrándiz, estos valores son indispensables para el buen funcionamiento de los navegadores que habitualmente se utilizan, por ejemplo, en el teléfono móvil o en el mapa de un coche, y forman parte de los 5 parámetros de orientación terrestre (EOP en inglés) que se utilizan para el posicionamiento global.

Todos estos sistemas, como el GPS, el Galileo europeo o el chino Bei Du, utilizan estos cinco parámetros para que los satélites que vuelan en la órbita puedan conocer la orientación de la tierra con respecto al cielo.

El método de los científicos de la UA y de la GFZ permite mejorar un 40 por ciento las predicciones oficiales y, además de las aplicaciones más comunes y que ayudan a la vida diaria, contribuirá a perfeccionar los sistemas de alta precisión, en su mayoría científicos.

Por ejemplo, para la monitorización de la variación del nivel del mar, una cuestión ésta de gran importancia y actualidad a causa del cambio climático y el riesgo que supone la posible subida del mar para las zonas habitadas a cota cero.

El enlace al texto es http://www.nature.com/articles/s41598-018-32082-1 .