La Universidad de Alicante ha aprobado un programa de estudios pionero cuyo objetivo es que los primeros 15 estudiantes con discapacidad intelectual que lo cursen, ingresen en el mercado laboral ordinario con todas las garantías.
El alcance de esta iniciativa, que parte del vicerrectorado de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad que dirige María José Rodríguez, le ha hecho acreedor del segundo premio nacional de la convocatoria pública de la ONCE para subvencionar este tipo de cursos que favorezcan el empleo juvenil.
Con la propuesta de formación en este nuevo título propio de Especialista en «Competencias personales y laborales en entornos de empleo con apoyo», la Universidad ha obtenido 60.000 euros aportados por la Fundación ONCE y desde el Fondo Social Europeo, la segunda mejor calificada entre los 14 centros que han participado de la convocatoria.
«Es la primera vez que creamos un título para empoderar al colectivo discapacitado, con el objetivo de sacarles de un círculo del que no pueden salir porque el sistema educativo les expulsa demasiado pronto», apunta la vicerrectora.
Plazas
El próximo mes de enero se hará pública la oferta y posterior selección de las primeras 15 plazas para que jóvenes discapacitados intelectuales se formen y especialicen en la aplicación de las materias de cualquier rama del saber en actividades profesionales.
El curso, finalmente, se impartirá entre los meses de febrero y junio del año que estamos a punto de estrenar.
El programa de estudios contempla que dispondrán de un aula propia en alguno de los aularios donde se imparten los grados de Trabajo Social, Sociología o Relaciones Laborales y Recursos Humanos, que son los más cercanos a las paradas del tranvía y del autobús.
Aunque es la Facultad de Ciencias de la Educación la que imparte la docencia vinculada con las titulaciones de enseñanza, los responsables del campus han descartado ubicar a estos jóvenes en alguna de sus aulas porque el edificio está fuera del recinto del campus, y para acceder desde el tranvía hay que cruzar una carretera «con mucha afluencia de tráfico».
Los aularios en los que estudiarán este curso se encuentran, por contra, en pleno campus libre de tráfico y dotado con todos los servicios de bibliotecas, instalaciones deportivas y fotocopiadoras en el mismo recinto.
No obstante, para favorecer la integración de estos estudiantes, algunos contenidos se impartirán en las aulas ordinarias donde se cursan los grados citados relacionados con contenidos sociales.
Requisitos
Para ser seleccionado hay que cumplir una serie de requisitos: tener entre 18 y 30 años de edad; una discapacidad intelectual igual o superior al 33%; estar inscrito en el programa de garantía juvenil antes de empezar el curso; tener autonomía para desplazarse por el campus; no padecer problemas de salud mental grave; disponer de habilidades académicas básicas en competencias de lecto-escritura y de cálculo; desear formarse y tener una conducta social ajustada.
La formación que obtendrán todos ellos les capacitará para el «desempeño de tareas profesionales que les permita una plena inclusión social y laboral», destaca María José Rodríguez, sabedora de que padres de jóvenes discapacitados ansiaban algo así. «Hay un lamento callado porque llegara la hora de que sus hijos pudieran vivir las experiencias universitarias», recalca. «Es un salto cualitativo muy importante -añade la vicerrectora-porque valoran mucho que vayan a estar rodeados de otros 30.000 estudiantes en espacios distintos a los suyos habituales».
Asignaturas y empleos
Entre las asignaturas que impartirán en un 60% técnicos especializados de Upapsa, la Unión Provincial de Asociaciones pro minusválidos Psíquicos de Alicante, figuran Estrategias de aprendizaje y resolución de problemas; Habilidades sociales y emocionales; Legua Española: expresión oral y escrita y lenguaje audiovisual; Relaciones Laborales sobre contrato de trabajo, nóminas, y normativa jurídico-laboral para el colectivo con discapacidad; Recursos TIC para el uso de las redes sociales; Prevención de riesgos laborales; Matemática funcional para el trabajo y el manejo de dinero; Comunicación de la empresa para la gestión de conflictos; y Asesoramiento y orientación profesional para la búsqueda de empleo y presentación del currículum entre otras prácticas.
Las primeras salidas laborales previstas son trabajos de peonaje, producción y logística, o bien en el sector de la hostelería y el turismo en el que la UA «dispone de una amplia cartera de entidades para hacer las prácticas».
