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Jorge Olcina: «La sequía debe solucionarse desde la inteligencia y la ciencia, no desde la política»

«El problema debe remediarse en los años de bonanza de lluvias. Ahora es tarde», lamenta

Jorge Olcina, en su despacho de la Universidad de Alicante. ISABEL RAMÓN

El catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante y director del Laboratorio de Climatología, Jorge Olcina, es desde esta semana presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles tras ser elegido por unanimidad por sus compañeros. Su reto: hacer más visible una disciplina académica que pasa, injustamente, desapercibida, pese a ser clave en aspectos como la ordenación del territorio.

¿Por qué se presentó a la Presidencia de la Asociación?

Cada cuatro años se lleva a cabo una renovación de la junta directiva de la asociación y un grupo de compañeras y compañeros de toda España pensamos que podríamos preparar una candidatura para poder ayudar a difundir a la sociedad las excelencias de nuestra disciplina científica y a defender su necesaria presencia en el sistema educativo de nuestro país.

¿Tan invisibles son?

La Asociación de Geógrafos Españoles lleva más de cuatro décadas de promoción de la ciencia geográfica. Vamos a intentar mantener ese espíritu y adaptarnos a los nuevos tiempos marcados por las nuevas tecnologías y los nuevos problemas territoriales que van apareciendo (cambio climático, riesgos naturales, inmigración, encaje territorial, big data, globalización). La Geografía es una de las materias básica que forman el sistema de referencia vital del ser humano. Es "el ¿dónde?" de nuestra escala de valores necesaria para poder vivir en sociedad y en la superficie terrestre.

Siempre ha criticado que la figura del geógrafo ha sido ignorada en temas urbanísticos. ¿Cómo podría aumentar su participación?

Depende de la Administración, especialmente la local. Igual que se crean plazas para otras especialidades técnicas, sería necesario la creación de la figura del geógrafo municipal, debido a su alto grado de conocimiento de las cuestiones territoriales con una óptica amplia (cuestiones del medio físico, riesgos naturales, aspectos sociales, económicos, de ordenación territorial, gestión de bases de datos territoriales y productos cartográficos). Como suele decirse, a los geógrafos se nos conoce menos que a otros profesionales, pero cuando se nos conoce se nos valora por nuestra profesionalidad y rigor en el trabajo. Y también por nuestra versatilidad para afrontar cuestiones territoriales y sociales diversas. Varias administraciones regionales sacan plazas de geógrafos en su oferta pública. Queda que los municipios hagan lo mismo. No se arrepentirán.

Usted se ha mostrado siempre prudente con temas como los del Cambio Climático. 26 grados de máxima en noviembre en Alicante ¿Qué está pasando?

La prudencia no significa falta de preocupación por el tema. Todo lo contrario. Cada vez hay un margen menor para la incertidumbre. Los datos están ahí para corroborar que vivimos en un Tierra cada vez más cálida. Además, en los últimos años los registros climáticos (temperatura, precipitación, vientos) nos sorprenden por su carácter cada vez más extremado. Se ha perdido la regularidad normal de nuestras condiciones climáticas. Lo único que queda es actuar. Preparar los territorios para la transición energética y para los extremos climáticos que serán más frecuentes en las próximas décadas. Hay que ser prudente en las formas, pero contundente en el mensaje: tenemos un problema y comienza a ser muy serio.

¿Nos ha pillado una vez más la sequía sin hacer los deberes?

Una vez más. Ya nos pasó en las sequías de los años 80 y la de los años 90. Esta secuencia de sequía ibérica ha tardado más en desarrollarse pero está siendo muy intensa. Es cierto que en nuestro territorio hemos tenido un año hidrológico 2016-17 excepcionalmente húmedo y podemos vivir de las reservas acumuladas. Pero la intensidad de la sequía ha terminado por afectarnos directa o indirectamente (cierre del trasvase Tajo-Segura). Por tanto, a partir de ahora las soluciones van a llegar tarde y seguramente van a generar conflicto entre territorios. La sequía debe solucionarse en los años de bonanza de lluvias. Ahora es tarde.

¿Cómo debiéramos afrontarlo en una provincia donde contamos con el sol pero no el agua?

Con inteligencia y desde la ciencia. No desde la política. Desde la racionalidad y la sensatez ambiental y territorial. En nuestro país, grandes trasvases ya no se van a poder hacer. Hay que pensar en otras soluciones que ya funcionan desde hace años (recursos subterráneos y no convencionales), para mitigar la escasez en territorios con pocas precipitaciones. Y habría que acompañar la planificación hidrológica, con una imprescindible planificación agraria y energética. Tres planes en uno o mejor tres planes para regular el aprovechamiento de un mismo recurso natural. Esta es la única manera de alcanzar un pacto nacional del agua, como ahora se quiere llamar. Y siendo conscientes de las alteraciones importantes que va a suponer el calentamiento climático en los volúmenes de agua disponible para regar y beber.

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