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Luis Somoza: «Es contradictorio pero la energía verde dependerá de la minería marina»

Los recursos minerales empleados en numerosos campos comienzan a escasear en la superficie

Luis Somoza: «Es contradictorio pero la energía verde dependerá de la minería marina»

«Estamos ante una gran contradicción que es que para desarrollar tecnología verde como paneles solares, molinos eólicos o coches híbridos en un futuro, así como para seguir teniendo móviles, tablets y ordenadores los recursos en la tierra se agotan mientras que en el mar el telurio, el cobalto o el níquel se encuentran en una concentración muy superior», alertó ayer el investigador del Instituto Geológico y Minero de España Luis Somoza.

La minería marina podría ser una realidad en un futuro cercano puesto que ya hay países investigando aunque Naciones Unidas todavía no ha otorgado ninguna licencia de explotación y en España aún no se ha desarrollado ninguna legislación para poder extraer minerales del fondo marino, explicó este científico que ayer ofreció la conferencia «La exploración de los Océanos: recursos y derecho marítimo internacional», en el Aula de la Ciencia y Tecnología de la Universidad de Alicante (UA).

«La tecnología necesaria ya se está desarrollando y va en la línea de una extracción casi quirúrgica que tenga el menor impacto ambiental posible», indicó Somoza.

De hecho, informó de que Japón ya ha iniciado la primera prueba piloto de minería marina en sus aguas y de que Alemania, Reino Unido, Francia, Noruega y Polonia -España no ha entrado en la carrera- han comprado parcelas de 150.000 kilómetros cuadrados por 500.000 dólares en el Pacífico para empezar a investigar que les otorga un periodo de concesión de diez años prorrogables a quince. Y las siguientes serán las parcelas francesas y rusas en el Atlántico. «En la minería marina hay tres fases, investigación, exploración y explotación. De momento en aguas internacionales estamos en la primera», precisó, pero es lógico suponer que se avanzará hasta la explotación.

«Lo que hay que tener claro es que cada Estado es soberano en sus aguas pero las aguas internacionales son Patrimonio de la Humanidad y todos deberíamos poder opinar y que nuestra opinión cuente», indicó este experto.

Por eso urgió a que España desarrolle una legislación «tanto para explotación si es eso lo que queremos hacer, pero también para desarrollar una protección adecuada» y también a que «nuestro país tenga más peso en Naciones Unidas para influir en lo que se vaya a hacer en aguas internacionales porque al final si Francia por ejemplo se lanzara a explotar en un futuro podría repercutirnos en función de donde lo haga», reflexionó. A partir de ahí debería surgir también una legislación a nivel europeo que tampoco existe todavía, añadió.

Además, Somoza explicó que son consorcios quienes están detrás de la compra de parcelas marinas. Algunos de ellos formados por estados y empresas y otros sólo por empresas. «El peligro es que a veces ves consorcios un poco raros con domicilios en pequeñas islas y antes de dar licencias de explotación Naciones Unidas debería tener muy claro a quien se las está dando», advirtió.

Como coordinador científico-técnico del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación para la extensión de la Plataforma Continental española conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, comentó que precisamente en estos momentos se está formulando la que será la Constitución del Mar. España tiene una jurisdicción de 200 millas y con la ampliación que ha solicitado podría llegar a cerca de 400.

Conforme a este proceso, muchos de los reservorios de petróleo, gases convencionales y gases hidratados del subsuelo marino, así como de nódulos y costras polimetálicos, pueden pasar a soberanía de las jurisdicciones nacionales.

Extraer minerales del fondo del mar «al final es lo mismo que extraer hidrocarburos. Hay que decidir como país si se quiere realizar o no».

Preguntado sobre su opinión acerca de si sería conveniente que España explotara en un futuro sus aguas en este sentido, aseguró que «nuestra tarea como científicos se limita a informar de qué minerales tenemos en nuestros fondos, en qué concentración y dónde se encuentran exactamente, no puedo aventurarme a decir más». Hizo hincapié en que eso debe decidirlo la población «bien informada». «La gente debe saber lo que hay y decidir, si quiere energías verdes que sepa de dónde se pueden acabar sacando los materiales que necesita. Es un tema complicado la verdad», afirmó.

Por ejemplo, en lo se refiere a los depósitos de telurio (un elemento estratégico para paneles solares), las concentraciones presentes en las costras de fondos marinos son 50.000 veces más que las existentes en tierra, con lo cual a una empresa le resulta más ventajoso extraerlo del mar. Y en Canarias se ha descubierto un importante yacimiento de este elemento.

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