El color es un campo de investigación con un importante potencial de innovación en el que la Universidad de Alicante (UA) participa en estos momentos con dos proyectos europeos sobre el desarrollo de nuevos pigmentos y la fijación de medidas de estandarización de los colores.
El primero de ellos se centra en la búsqueda de colorantes a partir de residuos agrícolas, principalmente frutas, que ofrezcan tonalidades y texturas diferenciadas, para su empleo en sectores como la automoción o la construcción. Además, se busca que los resultados puedan aplicarse también en otras actividades industriales.
Estos proyectos se mostrarán hoy a una veintena de altos directivos de diferentes empresas internacionales, de áreas como la fabricación y aplicación de pigmentos, el diseño y la cosmética, entre otros, en la visita que realizarán a los laboratorios donde el grupo de investigación de Visión y Color lleva a cabo su trabajo, en el edificio de Óptica y Optometría de la UA.
Se trata, tal y como explica el profesor del Instituto Universitario de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías Francisco Miguel Martínez Verdú, uno de los responsables de estos proyectos y de la iniciativa, de la primera ocasión en que se realiza un encuentro con tantos profesionales al mismo tiempo, para «dar a conocer nuestro potencial y que ellos tengan capacidad para valorar si podemos serles útiles para proyectos novedosos». Estos directivos participarán miércoles y jueves en unas jornadas de trabajo en el Palacio de Congresos.
En el caso de la investigación en nuevos colores a partir de residuos agrícolas, Martínez Verdú señala que los restos proceden principalmente de frutales como el limón, la granada o la almendra, que se combinan con arcillas para obtener «un pigmento híbrido que se puede incorporar a la coloración de bioplásticos».
De esta forma, indica, «se obtiene un plástico basado en fuentes naturales», que puede ser «igual de atractivo y con costes baratos» que otro convencional. Los salpicaderos de los coches y los moldes para la construcción son algunas de las principales aplicaciones que puede tener el desarrollo de esta técnica.
El proyecto comenzó el pasado mes de mayo, por lo que todavía no hay ningún resultado concreto. En él, añade el docente, participan expertos en otras propiedades como los olores y las texturas, combinando así las propiedades ópticas con otras físico-químicas. El responsable agrega que la firma automovilística Fiat y la constructora Acciona, que forman parte del proyecto junto con otras instancias públicas y privadas, se han interesado por la posible aplicación de los materiales.
Sobre el otro proyecto, el de la estandarización de colores, Martínez Verdú comenta que se investiga «cómo medir exactamente los colores», definiéndolos de manera precisa y dándoles «un lenguaje científico». Esta cuestión, explica, «resulta útil para diferenciar colores vistosos que se encuentran en productos comerciales». De alguna forma, apunta, que la medición de una tonalidad en particular no sea una cuestión arbitraria, sino «un instrumento válido en todo el mundo».
Posibles aplicaciones diversas
En la jornada de trabajo que se desarrolla hoy con los directivos de empresas se expondrán los citados proyectos, así como el balance de «cómo se aprovecha muy bien desde el automóvil el color y la textura de las carrocerías», y cómo eso se podría trasladar a otros sectores, según Martínez Verdú. Entre otros, el docente e investigador señala los cosméticos, los plásticos en general o la cerámica, donde el color es un factor identificador de importancia.
El responsable incide en que «innovar siempre es buscar la diferencia, y el color es una de las formas de hacerlo». Asimismo, destaca que se trata de «un proyecto multiescala», que va desde el hallazgo de nuevos pigmentos hasta su aplicación en productos concretos, y en el que «ningún experto controla toda la cadena».
En la jornada con estos directivos, por otra parte, también intervendrá una empresa surgida desde la UA, a partir del grupo de investigación de Adhesión y Adhesivos, sobre el desarrollo de resinas autorreparables, cuyas propiedades químicas hacen que las partes rotas puedan volver a unirse.
