La Universidad de Alicante (UA) negocia ya con clínicas privadas de la provincia para que los alumnos del nuevo grado de Medicina que quiere implantar el curso que viene puedan realizar sus prácticas del último año de carrera. La idea es que los estudiantes puedan realizarlas en hospitales públicos, pero tendrán que trabajar para que se aumente el número de plazas de formación al estar actualmente la gran mayoría ocupadas por los alumnos de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH). Así, a la oferta pública se sumará la oferta privada mediante convenios que se firmarían una vez que el Gobierno y la Generalitat den el visto bueno a la implantación del grado.

Precisamente ayer se dio un paso más en este sentido. El Consejo de Gobierno de la UA aprobó por unanimidad la Memoria del Título de Grado en Medicina para poder enviarlo a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) en Madrid para su aprobación.

Este proceso se alargará durante varios meses pero la Universidad confía en obtener el visto bueno. Otra historia será lo que ocurra cuando el Consejo Social de la UA ratifique la aprobación del grado para enviarla a la Generalitat que será la institución que tenga la última palabra para la implantación de los estudios de Medicina en el campus de San Vicente y que podrís convertirse en el principal escollo. Cabe recordar que la consellera de Sanidad, Carmen Montón, se mostró contraria al considerar que «el sistema tiene que ser sostenible y de calidad, y se tiene que garantizar también una buena formación, incluyendo el terreno de las prácticas». No obstante, será el departamento que dirige Vicent Marzà el que decida.

En cualquier caso, si finalmente la apuesta del rector, Manuel Palomar, sigue adelante, el Grado de Medicina en la UA constará de «360 créditos, en seis cursos académicos. Durante los dos primeros años los estudiantes reciben formación básica que luego les permite afrontar la formación clínica durante los cursos 3º al 5º, para acabar con el 6º curso totalmente dedicado a prácticas clínicas y al trabajo de fin de grado», explicó el vicerrector de Estudios, Enrique Herrero, encargado de presentar la memoria.

El vicerrector explicó que «aunque la fuerte regulación del grado implica que hay poco espacio para la diferenciación, se ha hecho especial hincapié en la formación en las bases científicas a la Medicina moderna, para que los futuros médicos estén preparados para aplicar las nuevas técnicas de diagnóstico y nuevas terapias». Así, además de las asignaturas obligatorias por ley la UA ofrecerá como optativas Biología de la reproducción humana, Medicina molecular, Psicoterapia comportamental y salud, Emergencias y Catástrofes y Nutrición Clínica.

La oferta de plazas de nuevo ingreso será de 75. Herrero destacó la importante «demanda potencial» de la formación en Medicina y destacó la «demanda creciente de facultativos que no está cubierta». «Hemos realizado estudios que nos indican, no sólo la demanda, sino también que, en la provincia de Alicante, la oferta de plazas de nuevo ingreso para este grado es aproximadamente la mitad de la media nacional, lo que nos sitúa a la cola». En su opinión, «los hospitales de la provincia tienen una excelente capacidad formativa de profesionales» y recordó que «se convocan más de 200 plazas nuevas de MIR cada año en la provincia, lo que contrasta con las 135 que se ofertan de nuevo ingreso en el grado en la provincia». Así, el vicerrector da respuesta a las voces que se alzaron en contra de la implantación de Medicina en Alicante cuando trascendió la intención de la UA. Los decanos del resto de facultades de Medicina de la Comunidad Valenciana y los representantes de los alumnos argumentaron que la creación de una segunda facultad en la provincia conllevaría problemas de masificación, pérdida de calidad, abaratamiento de la mano de obra e insuficiencia de plazas MIR.