¿Cómo influye la tradición culinaria de nuestras tierras en los niños españoles? ¿Por qué les gusta cocinar? ¿Qué beneficios tiene hacerlo para su salud? Para empezar, es un excelente modo de conseguir que coman de todo y que sientan curiosidad por probar nuevos alimentos, algo fundamental en el camino de enseñarles el gusto por la comida sana y variada, y que sentará las bases de su alimentación adulta.

Y no solo les ayudará cocinar sino hacer la compra y sentarse a la mesa junto a sus padres. Sí, porque todo esto les permitirá adquirir patrones alimentarios más saludables que mantendrán cuando crezcan. Contar con conocimientos culinarios también les permitirá organizarse mejor y ahorrar en la cesta de la compra cuando sean mayores.

Cocinar les enseña a comer mejor

En concreto, lo que dicen las cifras es que los niños que comparten rutinas culinarias con sus padres mantienen una dieta más variada y sana, y comen casi un 80% más de verduras, un 30% más de pollo y consumen una tercera parte de calorías. Además, cuentan con una autonomía mayor.

Algo que no está nada mal si tenemos en cuenta las tasas de obesidad infantil que vienen manejándose durante los últimos años y que no dejan de aumentar a un ritmo disparatado. Según el último estudio del comparador de seguros de salud Acierto.com, aquellos que lo hacen no solo comen un 80% más de verduras, sino que se convertirán en adultos más sanos.

Más beneficios de la cocina

Más allá de los beneficios relacionados con la nutrición, es obvio que cocinar es una actividad que une y que estrecha los vínculos familiares. Requiere concentración, trabajo en equipo, paciencia, esfuerzo y también responsabilidad si, por ejemplo, necesitamos dejar algo en el fuego durante determinado tiempo. Además resulta entretenido y creativo.

Asimismo, favorece el desarrollo de sus destrezas psicomotoras y habilidades matemáticas como contar y medir -o distribuir el dinero de la compra-, así como la alfabetización -si leen las recetas con nosotros-. También les brinda la oportunidad de trabajar la memoria y les enseña a ser metódicos.

Escuelas de cocina y cocinillas caseros

Si quieres contagiarle a tu hijo la pasión por la cocina, existen varias opciones: hacerlo en casa o apuntarle a una escuela de cocina específica. El mercado ofrece un amplio abanico de centros especializados.

Hasta existen libros de cocina para peques, campamentos, y jornadas para familias. Si finalmente optas por hacerlo en casa, no olvides tomar las medidas de seguridad necesarias. Ten en cuenta que la mayoría de accidentes infantiles se producen en el ámbito del hogar.

Adapta las labores a su edad y no les dejes utilizar los cuchillos ni utensilios más peligrosos. Puedes plantearlo como un juego, con zonas prohibidas o similares que les resten «puntos», sobre todo si tu peque es muy competitivo. Eso sí, incúlcales siempre las normas de seguridad antes, y evita hacerlo sobre la marcha. Las reglas del juego han de quedar claras.

Por edad

De 4 a 6 años: Cascar y batir huevos, pisar con el tenedor patatas o similares, distribuir harina o mantequilla por un molde, ensartar carne o fruta en una brocheta, decorar dulces, moler con el mortero.

De 6 a 8 años: Pesar, exprimir cítricos, rallar pan, estirar masas, hacer figuritas, usar las tijeras, recoger los utensilios, guardarlos y secarlos.

Más de 8 años: Emplatar, cortar con supervisión, usar manga pastelera...