Los riesgos: las quemaduras solares, los problemas de circulación, las picaduras de insectos y la deshidratación son solo algunos de los peligros que se pueden sufrir. Ya sea verano o invierno, a muchos deportistas les gusta entrenar al aire libre sin importar el tiempo que haga.

Sin embargo, las altas temperaturas de estos próximos meses pueden conllevar ciertos peligros: cualquier entrenamiento que se realice aumenta el pulso, el metabolismo y la temperatura corporal a altos niveles en un breve espacio de tiempo.

Si, además, hace mucho calor, en muchos casos aumenta la propensión a tener problemas de circulación o peor, insolaciones. Además, las altas temperaturas pueden causar dolencias menos graves, como náuseas, mareos o calambres, perjudicando así el rendimiento. Desde Freeletics ofrecen unas claves para poder entrenar en verano sin preocupaciones.

Entrena a primera hora o por la noche

Mientras que en invierno se recomienda entrenar a mediodía para poder aprovechar la luz solar y el momento más cálido del día, en verano hay que evitar justo ese periodo de tiempo y entrenar a primeras horas de la mañana o por la noche.

Las temperaturas son más agradables y la exposición solar es mucho menor. A primeras horas de la mañana el aire es más fresco y, si entrenas al inicio de la mañana, además de hacerlo con menos contaminación, empezarás el día con energía y vitalidad.

Equilibrio hídricos

El sudor provoca que la pérdida de líquidos aumente, por eso en verano es tan importante una buena hidratación: hay que beber aproximadamente un litro más de lo normal. El rendimiento corporal se resiente a partir de un déficit de líquidos del 2 % del peso corporal, ya que el agua es el medio de reacción y transporte principal de nuestro cuerpo.

A través del sudor se pierden sustancias minerales que garantizan, entre otras, la capacidad de funcionamiento de la musculatura y como consecuencia, la aparición de calambres. Como el peligro de deshidratación y calambres es especialmente alto tras el entrenamiento, es recomendable tomar más líquidos antes de empezar cualquier tipo de ejercicio. Al mismo tiempo, entrenar con el estómago lleno de agua no es lo más recomendable, por lo que se aconseja beber unos dos vasos media hora antes de comenzar el entrenamiento.

Ropa funcional

Se recomienda llevar ropa cómoda y funcional durante el entrenamiento. Son recomendables los materiales que te hacen transpirar y que permiten la ventilación, así como cortes ceñidos para evitar al máximo los rozamientos con la ropa.

Las prendas también deberían cubrir una gran parte del cuerpo para protegerlo de las picaduras de insectos y de los rayos de sol. Respecto a la cabeza, es una zona delicada de ahí que sea mejor cubrirla bien del sol. Una gorra es ideal para repeler la mayor parte del calor y, a la vez, proteger algo la zona de los ojos.

Siempre protección solar

En verano, nuestra piel está sometida a los rayos UV del sol incluso en zonas con sombra. Aunque nos recuerdan siempre lo importante que es ponerse protección solar, se insiste en su importancia ya que los peligros causados por quemaduras solares y similares son conocidos por todos y deben tomarse muy en serio.

Usa aerosol contra picaduras de insectos

Llega el calor y con él los mosquitos, avispas e insectos varios que además de distraer también pueden producir heridas y molestias en la piel. Para los insectos, el verano es su época de más trabajo, por lo que es aconsejable aplicar espray contra las picaduras de insectos y, en caso necesario, también sobre la esterilla y la ropa, de manera que puedas concentrarte en el ejercicio sin distracciones.

Tómate un respiro, práctica Yoga

Salir de la rutina y cambiar de aires en verano se convierte en necesidad de primer orden y en una de nuestras prioridades. Necesitamos un respiro que nos haga alejarnos por unos días de las preocupaciones diarias y del trabajo, y que nos permita disfrutar de tiempo de ocio. Pero eso no significa que debamos dejar de cuidarnos o de hacer ejercicio ¡el yoga puede viajar con nosotros allá donde vayamos!.

Busca un lugar tranquilo y silencioso al aire libre o en interior: En el yoga es fundamental concentrarse en la respiración, y no dejarse llevar por los pensamientos, de ahí que sea fundamental buscar un lugar que te transmita paz.

Para practicarlo puedes poner una música que te guste, relajada, suave... O puedes tan solo escuchar y conectar con los sonidos de la naturaleza.

Practícalo a primera hora de la mañana o última hora de la tarde. El yoga aporta multitud de beneficios tanto por la mañana como por la tarde, pero de una forma diferente según el momento del día.

Aconsejan practicarlo por la mañana para empezar el día con energía y con una actitud más abierta, e incluso practicar el Surya Namaskar, o lo que es lo mismo, el Saludo al Sol, antes del amanecer.

Sin embargo, quienes prefieran pueden practicarlo por la tarde, siendo ideal para dejar atrás el estrés y la tensión, tanto física como mental, que se ha ido generando durante todo el día, y contribuyendo a tener un descanso más profundo y reparador.

Desconecta tu móvil durante unas horas: Dejar de lado o no la tecnología durante los días libres es una opción completamente personal, pero para hacer yoga es imprescindible ya que se necesita una atención plena al momento presente. La mente también necesita vacaciones, así que aprovecha la práctica de esta disciplina para regalarle el descanso que se merece.

Practícalo descalzo y siente ese arraigo a la tierra. Aunque no te gusten tus pies, o te dé cosa pisar la esterilla, intentar hacer yoga con calcetines te hará pasarte la clase patinando y te impedirá adoptar la técnica correcta en cada asana.

Practicarlo descalzo te proporcionará mucha más seguridad, estabilidad y agarre. Los pies son la mayor base de apoyo, y descalzarte te hará sentir liberado, conectar con la Tierra, cargarte de energía, y ser sensible a las texturas de la naturaleza.