Aperitivos que se convierten en almuerzos, cafés que derivan en tapeo, actividades que retrasan la hora de comer incitándonos a picar snacks poco saludables. Sobrevivir a estos maravillosos momentos es posible, pero solo si evitamos algunos errores:

1. Confundir sed con hambre: en verano nos deshidratamos con mucha más facilidad y más del 30% de las personas cometen el error de confundir la sed con hambre, ¿cómo diferenciarlo? Es muy sencillo: «bebe un vaso grande de agua y espera cinco minutos, y si la sensación vuelve, entonces escoge un snack saludable como un puñadito de nueces o un mini sándwich de pan integral con pavo para saciarte», aconseja la nutricionista, Laura Gallardo.

2. Barra libre de fruta: sí, pero no descontroladamente. No hay que olvidar que contiene azúcares, por lo que no se recomienda comer más de 4 o 5 piezas al día (aunque depende de la condición y ejercicio físico personal). «Lo ideal es consumir cuatro piezas: dos en el desayuno, una a media mañana y otra después de comer», apunta.

Para los que no sean muy amigos de las frutas, los smoothies son una opción fit que aglutina de un plumazo y en versión rica una buena cantidad de vitaminas.

3. Refrescos zero como bebida social: es verdad que este tipo de bebidas reducen el aporte de calorías, pero hay que dejar de pensar que por tomarlas nos estamos cuidando. Según Laura Gallardo «no hacen una contribución nutricional positiva al organismo, y además, hinchan el estómago».

Según la dietista-nutricionista, «si te apetece algo con burbujas o tener la sensación de estar tomando un refresco, es mucho más beneficioso inclinarse por bebidas como el agua con gas acompañado de una rodajita de limón».

4. Saltarse la cena: uno de los errores más comunes suele ser renunciar a la cena por haber hecho excesos a lo largo del día. Haber picado algo insano a media tarde no debería implicar saltarse una comida principal como es la cena, «aunque sí hay que adaptarla, reducir la cantidad, y optar por alimentos saludables como las verduras», explica la dietista-nutricionista.

5. Si lleva lechuga no engorda: llamar ensalada a cualquier comida que incluya lechuga es un error porque no siempre reduce su aporte calórico. «Debemos tener cuidado con incluir en nuestro plato ingredientes como el queso de cabra, el exceso de frutos secos, los crutones de pan o las salsas, ya que convierten las ensaladas en platos hipercalóricos».