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El colesterol bueno, indicador del estilo de vida

Entre el 80 y el 90% de la población española tiene un riesgo cardiovascular bajo o moderado

El colesterol bueno, indicador del estilo de vida carlos rodríguez

Entre el 80 y el 90% de la población española presenta un riesgo cardiovascular bajo o moderado, y hasta el 80% de los eventos cardiovasculares se produce en este segmento de la población. Esta incertidumbre sobre el verdadero riesgo individual de las personas, unido a los malos hábitos de vida alimentarios y el cambio hacia un peor estilo de vida (íntimamente relacionados con la salud cardiovascular), han obligado a los expertos a buscar nuevas variables que añadir a las usadas hasta el momento para la estimación del riesgo cardiovascular de la población.

Los niveles de colesterol HDL o «colesterol bueno», como marcador objetivo adicional de estilo de vida y de salud cardiovascular es, entre estas variables, la más consolidada. Así lo indica un artículo publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), tras analizar los datos del estudio Di@abet.es, el primer estudio transversal y de base poblacional que ha tomado como ámbito de análisis todo el territorio español. La finalidad de esta investigación es determinar la prevalencia de diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular en España, y por tanto se trata de un estudio muy útil para estimar el riesgo cardiovascular en nuestro país.

El doctor Emilio Ortega, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic i Universitari de Barcelona, explica que «los cambios en los hábitos de vida de la población, en particular, una alimentación poco saludable y falta de actividad física han hecho que el cálculo de riesgo cardiovascular basado solamente en los factores de riesgo tradicionales (edad, género, colesterol elevado, hipertensión, tabaquismo, o diabetes) haya perdido progresivamente eficacia y fiabilidad. Por ello, hay que tener más en cuenta nuevas variables como la cantidad de colesterol HDL, los triglicéridos, la obesidad total y visceral, la práctica regular de actividad física, la cantidad y calidad de nuestra dieta, e incluso las desigualdades sociales y económicas, que van estrechamente relacionadas con estos factores de riesgo llamados "emergentes", y en consecuencia con cualquier patología cardiovascular».

«Gracias a la población del estudio Di@bet.es, se han evaluado por primera vez los niveles de colesterol HDL (un tipo de colesterol que protege y limpia las arterias) en la estimación del riesgo cardiovascular recomendada por la Sociedad Española de Cardiología. Además, lo hemos hecho en una población representativa del conjunto de la población española, sin excluir a aquellas personas con enfermedad cardiovascular u otros factores de riesgo ya conocidos», prosigue el doctor. Estos datos van acorde con un estudio que afirma que la dieta mediterránea aumenta un 10% los niveles de colesterol HDL.

La investigación estimó el riesgo cardiovascular de 2.310 personas con edades comprendidas entre los 40 (edad a partir de la cual se recomienda evaluar el riesgo cardiovascular en la población) y los 65 años. Se tuvieron en cuenta el género, la edad, la tensión arterial, el colesterol total y el HDL, y el hábito tabáquico. Además, se consideró la existencia de enfermedad cardiovascular documentada, el estado de diabetes y la existencia de enfermedad renal crónica. Teniendo en cuenta toda esta información, se observó que un 56% de los hombres presenta un riesgo moderado y un 32% tiene un riesgo alto o muy alto, mientras que más de la mitad de las mujeres se clasifican en un riesgo bajo (55%) y sólo el 14% tiene un riesgo alto o muy alto.

Riesgo por sexos

Ante estos resultados, el doctor Ortega encuentra curioso el hecho de que, «el hombre tiene durante toda su vida un riesgo de enfermedad cardiovascular más elevado que la mujer, sin embargo esta acaba muriendo con mayor frecuencia que el hombre por esta causa y es el grupo que acaba padeciendo un mayor número de eventos cardiovasculares. La mujer tiene peor pronóstico que el hombre tras haber sufrido varios eventos cardiovasculares porque se le aplican las mismas estrategias que las de su homólogo masculino, cuando en realidad es probable que se necesite abordar la enfermedad de una manera distinta al hombre, tal y como proponen algunas sociedades científicas. Además, con frecuencia, los objetivos de control no se consiguen tan eficazmente en mujeres con riesgo moderado o alto, quizá, en parte, por la creencia de su estado de protección "hormonal", y esto puede empeorar su pronóstico».

Existen datos epidemiológicos y estadísticos a nivel europeo que evidencian un mayor porcentaje de muertes por causa cardiovascular entre el género femenino. A pesar de la mejora observada en España en el control de la hipertensión o la dislipemia durante los últimos años, el estudio también incide en la necesidad de mejorar las estrategias de prevención en materia cardiovascular, no sólo en las mujeres, sino también en el hombre. Así, y tomando como referencia los valores de colesterol LDL, solo un 15% de los pacientes con riesgo muy alto alcanza los objetivos terapéuticos (niveles de cLDL

A través del estudio Di@bet.es, se pone de manifiesto que una primera y muy sencilla aproximación sería poder incorporar, o al menos considerar en la estimación de riesgo factores emergentes como la obesidad, el aumento del perímetro de la cintura, la baja adherencia a un patrón de dieta mediterránea que protege las arterias o el nivel de actividad física, todos sospechosos de un potencial repunte en la enfermedad cardiovascular futura, a pesar de la mejora experimentada en el control de los factores de riesgo «clásicos».

Primer paso, la prevención

La prevención es el primer paso a la hora de tratar cualquier posible patología y por ello, la SEC quiere resaltar la importancia de realizarse chequeos de manera periódica para que la población controle y conozca su estado de salud cardiovascular, y poder detectar a tiempo cualquier anomalía que pueda aparecer en los resultados de los análisis.

Más allá de realizar controles periódicos y vigilar los niveles de colesterol, triglicéridos o hipertensión, también es necesario seguir una dieta mediterránea y realizar un mínimo de 30 minutos de actividad física diaria para evitar el sedentarismo, diabetes u obesidad. El estudio EUREKA también demuestra que menos del 50% de los individuos alcanza los objetivos de prevención primaria de presión arterial, lípidos y diabetes mellitus.

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