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Mikel & Jon y la búsqueda de Faylinn

Mikel & Jon y la búsqueda de Faylinn

Aquel día nada era igual, las hadas estaban alborotadas, los elfos no paraban de llamar a las ninfas que se dedicaban a explorar las pequeñas grietas de cualquier escondite donde las hadas jugaban ocultándose de los humanos.

Habían echado en falta a Elga, la más pequeña, hermosa y traviesa de todas. Un hada aventurera que no había dormido en su hoja de roble y que no respondía a la llamada de sus hermanas: Xana, Diana y Naida.

-¿Habéis visto a Elga?- Preguntaban- al tiempo que chillaban llamándola.

Elga, aunque juguetona y un poco rebelde, nunca había faltado al baño de los rayos de Luna que le recargaban de energía.

Transcurrían las horas. No aparecía. Todos pensaban que algo raro había ocurrido.

La preocupación fue oscureciendo la alegría de Faylinn. Ninfas, duendes y elfos decidieron comunicarle a Mab, reina del lugar, la desaparición de Elga.

- Majestad-dijeron todos a la vez

- Decidme- contestó Mab

-Elga, la pequeña ha desaparecido.

- ¿Habéis buscado bien?

-Sí, Mab. Hemos buscado por todos los rincones.

- Debemos continuar.

-No hay que desesperar, aparecerá, dijo Mab.

Formaron pequeños grupos y se repartieron por todos los rincones del bosque evitando ser vistos.

Como cada mañana de aquel verano Mikel, Jon, Chloe, Liher y Luka corrían con sus amigos por los senderos y grutas del frondoso bosque. Por donde pasaban se encontraban insectos, aves y flores de mil colores. Mikel iba de la mano de su amiga cantando e intentando cazar alguna bonita mariposa, cuando vieron un pequeño arroyo.

Se acercaron y empezaron a tirar piedras para contemplar como el agua se movía como una serpiente silenciosa. Saltaron de piedra en piedra, pero a Cloe le falló el equilibrio. Mikel intentó sujetarla con fuerza, pero ambos terminaron en el agua, empapados.

¡Socorro! ¡So-co-rroooooo?!

Al escuchar el grito, Jon se acercó al arroyo para ver lo que pasaba. Al verlos en el agua intentó agarrarlos para tirar de ellos, pero el peso le venció.

Que me caigo?.Splashhhhhhhh??..

Mientras, al otro lado del bosque, el resto de amigos jugaban, corrían y se ocultaban detrás de los árboles. Todos chillaban con sus juegos y se escondían por todos los rincones.

Mikel, Jon y Chloe se tumbaron para secar sus ropas bajo las ramas de un viejo sauce entre las que pasaban los rayos del sol. No tardaron mucho en acercarse Luka y Liher para disfrutar de la sombra del viejo árbol.

Poco a poco, el sol comenzó a calentar y el sueño les fue venciendo. Somnoliento entre la tierra y la hojarasca como colchón, de repente Mikel creyó escuchar un lamento.

¡Ay!..¡Ay! ¡Ayayay!

Guardó silencio, estiró su brazo y zarandeó a Chloe para escuchar juntos aquel lamento.

¡Ayayay! Mpppfmmmmmmpppff...

Despertaron a los demás profundamente dormidos. En el silencio del bosque una lastimera vocecilla solicitaba ayuda.

¡Ayudadme! Por favor, que alguien me ayude - Decía Elga con lastimera vocecilla.

Era el llanto de una diminuta hada que se había enredado con los hilos de una enorme tela de araña .El pánico se había apoderado de ella al ver avanzar a una oscura y fea araña hacia donde sus alas se habían quedado quebradas.

Lo amigos corrieron siguiendo aquel hilo de voz que pedía socorro.

Buscando aquel inquieto lamento, Cloe observó una tenue luz, y comprobó que era el llanto de un hada con las alitas rotas, hipnotizada de unos ojos oscuros que se acercaban con ánimo de saborearla como el mejor manjar.

Tenemos que ayudarla.

Mikel estiró la mano y tomó con cautela al agonizante ser de poderes mágicos, cuya luz titilaba al ritmo de los tímidos latidos de su minúsculo corazón. Emitió un Graaaccc?Que no terminó. Su voz se apagó. Los amigos se miraron con interrogantes ojos.

¿Qué hacemos? ¿Dónde vivirá esta hada? ¿Cómo vamos a encontrar su casa? Ninguno conocía el paradero del lugar donde habitaban los seres de luz y color. Cogieron entre sus manos a la hadita esperando que despertara y les indicara adonde dirigir sus pasos para llegar a su casa, donde seguro, le esperarían sus amigas y hermanas.

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