La isla del niño
En la isla suculenta
del entendimiento
se halla el niño del sombrero,
que todo lo mira,
que todo lo prueba,
que rueda y rueda
por los cristales de su reflejo.
El niño del sombrero
no toma café para despertarse,
lo toma por lo que es.
No encierra la luz
en lámparas,
la quiere libre
y nunca, nunca quieta.
Por eso lleva sombrero:
la luz pura, a veces, quema.
Y, mientras,
él mira, prueba y rueda,
usa la enciclopedia
para la pata coja de la mesa
y se asoma por la ventana.
Por no saber nada,
lo sabe todo.
Fábula de la oruga
Tener una coraza
es hacer de tripas corazón,
le dijo la oruga al caracol.
Es erigir a solas una muralla,
cargar todas las piedras
hasta tu boca, morderlas,
nutrirte de lo indigesto.
Las olas lo arrastran,
restos de una tormenta,
un cielo sin nubes
a menudo esconde
una alta presión atmosférica.
El candado de tu sonrisa
terminará rompiéndotela.
La marea llega silenciosa
y las piedras pesan,
cada vez un poco más,
la luz contraída de una vela
puede generar incendios.
Todo lo que no cuentas
no encoge en el centrifugado
de tu vértigo.
Las bestias atacan
cuando se sienten enjauladas,
quizá deberías liberar
a las que te arañan la garganta.
Tal vez, deberías soltar
el peso de tu espalda,
le dijo la oruga al caracol
mientras desplegaba las alas.
Sombras
Son las sombras
un intento frustrado
de espejo,
nos imitan sin copiarnos,
nos siguen sin alcanzarnos.
Son, tan opacas,
síndrome de nuestros ojos,
ese por el que ignoramos
el rastro negro
de nuestros pasos.
Son consecuencias,
son pasado,
son decisiones que se arrastran,
son lo que no iniciamos.
Son el contrato
de nuestro cuento a medias.
Son nosotros
sin cara,
son los otros,
sin voz ni voto.
Son sombras
todo lo que dejamos de lado:
las oportunidades,
el oxígeno,
el Sahara,
Monsanto.
Tapar la luz
para alcanzar nuestros logros.
Al final, más que sombras,
son retratos.
Mundo café
Los posos del café
se me antojan
un mapa del tesoro,
de un tesoro olvidado.
Observo su recorrido
de penínsulas grumosas
y lagos vacíos,
lenguas de espuma
escalando las paredes de la taza,
valle de cerámica.
Un mundo contenido
en el giro de peonza de una u,
el mundo cogido por un asa,
el mundo entre mis manos
y entre las de cualquiera.
Un mundo olvidado,
decía y por tanto,
no tan distinto
del que nos rodea.
Antes
Antes, término impreciso
y certero como un dardo
amazónico.
Antes, que cíclicamente es
el mañana,
que ayer fue presente,
que hoy ya es olvido.
Antes, siempre rodando,
siempre volviendo,
siempre congelado
en plena huida.
Es el preso más carcelario,
la jaula más abierta,
la trampa más astuta.
Efimerismos
Percibo en el ser
una caducidad volátil,
como si a cada respiración
nos despidiésemos definitivamente
y regresáramos siendo otros.
Percibo una sonrisa
las arrugas de muchas otras
que ocuparon su puesto
pero que nunca serán las mismas.
Percibo el aleteo
de otros versos
sobre el pulso del escritor,
mas jamás dirá
lo que ya dijo
con una única palabra.
Percibo y recibo el traspaso
de mis mil identidades,
todas ellas con los mismos tics,
todas con instantes diferenciales.
Me siento continuamente efímera
y, por ello, eterna,
renacida una y otra vez
bajo esquemas similares
pero con una visión
un poco más nueva.
Al alba, las ideas vienen
desordenadamente frescas,
mi cuaderno espera,
la tinta ruge: ven y crea..
ACTIVIDADES.
1.- ¿Te ha gustado la lectura de estos poemas de Hiedra? ¿Qué te sugieren? ¿De qué crees que hablan?
2.- Cómo crees que se sentía el caracol del poema «Fábula de la oruga»? ¿Te has sentido alguna vez como él acarreando un gran peso sobre la espalda? Todos nos hemos sentido así en algún momento de nuestra vida. Si te ocurre ahora, recuerda el sabio consejo de la mariposa.
3.- ¿Alguna vez has soñado con ser escritor o escritora? Pues como dice Hiedra, «la tinta ruge: ven y crea». También puedes dejar volar tu imaginación y dibujar lo que te inspiran estos poemas.
4.- ¿Te atreves a escribir algún relato o poesía? Envíalo, acompañado de un dibujo y con tu nombre, apellidos, curso, colegio y número de teléfono, a grupoleoalicante@gmail.com.
Extraído del libro «Ayer ya será tarde»
Autora e ilustradora: Hiedra
Editorial La Poesía Mancha