-Bueno, sí. Aunque lo resolvimos con un paseo de cuarenta años por el desierto. Ya sabes mi máxima: a grandes males? enviamos un diluvio.
-Eso estaba bien en los tiempos del Antiguo Testamento, Pa. Pero hoy en día no parecen esos los métodos.
-Pues cuéntame, porque te veo desencajado.
-En realidad es lo de siempre, Pa. Que los humanos progresan muy rápidamente, pero esa evolución no es siempre armónica, ni está exenta de problemas.
-Es conocido. Pero algo te preocupa especialmente.
-Sí... Verás. El mundo se enfrenta a un gran problema con la inmigración. Y persisten -si no aumentan„ las desigualdades económicas y sociales. A eso añádele el auge de los populismos, tanto de un lado como del otro, el integrismo musulmán, el cambio climático, las guerras comerciales entre China y USA, la amenaza de la Inteligencia Artificial y, recientemente, la reapertura del conflicto USA-Irán.
-Ufff... Vaya retahíla. Espero que, al menos, tu pueblo favorito esté algo mejor.
-Pues los españoles añaden a estos conflictos los suyos propios: la amenaza catalana, su peculiar pirámide de población, el improbable futuro de sus pensiones, el desempleo de sus jóvenes y la mediocridad de sus políticos.
-El panorama es como para exiliarse en Orión.
-Sí. Pero los humanos se tienen que quedar en la Tierra, por el momento. Y los españoles en España.
-Pues la pregunta que me surge es evidente: ¿tienen los humanos suficiente talento para resolver esa infinidad de problemas?
-Has dado en el clavo, Pa. Como siempre. Verás: hasta ahora parecía que lo habían ido consiguiendo, más o menos, aunque quedaran algunos cientos de millones de vidas por el camino. Pero recientemente, muchos pensaron que con las redes sociales se afloraría ese talento.
-¿En serio?
-Así fue. Aunque lo que ha resultado ha sido que las redes se han mostrado más eficaces en la movilización que en las ideas.
-Es lógico, JC. Una red de fanáticos producirá fanatismo. Y una de ignorantes no podrá generar talento.
-No seas injusto, Pa. Que hay de todo en tu viña.
-¿Has dado un repasito al facebook, o a twitter?
-Sí? de vez en cuando?
-Pues no hay más que añadir.
-Realmente, Pa, las sociedades humanas han avanzado desde tiempo inmemorial en positivo si han sido capaces de erradicar la pobreza, han promovido el conocimiento y han combatido el miedo al poderoso y el odio al vecino.
-Cierto. Y para eso son necesarias muy pocas cosas: educación, seguridad jurídica y una pizca de piedad.
-Muy cierto. Como lo es que es necesario eliminar obstáculos para resolver problemas. Pero la falta de información y sentido crítico está lastrando casi todos los conflictos del siglo actual. Y al final se impondrá, como siempre, la ley del más fuerte.
-Sí. Pero quizá ese sea el reto más importante del mundo actual. Ahora, cuando la información cabalga en un caballo de 140 caracteres, cuando no hay tiempo ni formación para pararse a reflexionar sobre argumentos largos o complejos, cuando los partidos políticos funcionan como empresas que pretenden atraer al votante con estrategias comerciales y convencerle de que su producto es imprescindible y donde la postverdad se ha erigido en una eficaz arma para luchar por el poder.
-¿Pero es que de eso se trata, Pa?
-Claro, hijo. Es lo de siempre. La lucha por el poder. Y lo conseguirán los de siempre, con la particularidad de que ahora el pueblo creerá que ha participado realmente en su gestación.