22 lunesLos Comediantes
En Ucrania han elegido presidente a un comediante, aunque sus biógrafos resaltan que Volodymyr Zelenski también dirige, produce y escribe. Sin duda, el presidente electo es tan polifacético como Woody Allen, pero los ucranianos han elegido al comediante, no al actor, productor y guionista. Una consecuencia lógica de la era de la imagen con encefalograma plano es la incorporación de profesionales del espectáculo a la política. Los americanos fueron los pioneros, lo que permitió a Reagan interpretar el mejor papel de su carrera y desbrozar el camino para Schwarzenegger y otros (casi todo el reparto de «Depredador» probó suerte en las urnas tras fumigar a guerrilleros salvadoreños y alienígenas). Siempre más refinados, los europeos hemos alterado el proceso: si en Estados Unidos los actores entran en política, en Europa los políticos se convierten en actores melodramáticos ( Theresa May), costumbristas ( Angela Merkel), épicos ( Macron) o cómicos (el cuarteto español que durante dos noches va a actuar en televisión). No existe garantía alguna de que un político aficionado pueda mejorar la eficiencia del profesional, pero tampoco de que vaya a ser más divertido. Decide entonces la credibilidad sobre el escenario y es notorio que en España sobreactuamos insuperablemente.
23 martesDe interés turístico
En el pueblecito sevillano de Coripe celebran cada Domingo de Resurrección el «Día del Judas», en el que se tirotea hasta arder el muñeco de un personaje «especialmente negativo». Hace un año, el pelele representaba a Ana Quezada, la presunta asesina del niño Gabriel Cruz, y el alcalde fue acusado de un delito de odio racista. El asunto se archivó, lo que sin duda animó al Ayuntamiento a abandonar las sutilezas jurídicas ya que este año el elegido ha sido Puigdemont. El prófugo fue colgado de una higuera y sumariamente ejecutado por un pelotón de vecinos a los sones de la reglamentaria fanfarria. En España, la muerte siempre tiene banda sonora, sea en procesiones, corridas o paredones. Enterado el vicario Torra del linchamiento, su lánguida campaña electoral se ha revitalizado y algunas pintadas en la sede del PSC desvelan que el alcalde verdugo milita en el PSOE y no en Vox, que sería lo políticamente correcto. Puigdemont ha aprovechado el suceso para recordarnos que sigue en Waterloo. Elecciones en España, una experiencia inolvidable.
24 miércolesAnd the winner is...
Me comentan que anoche, cuando Rivera empitonó al presidente entregándole su tesis doctoral, éste le devolvió la cicuta con un libro de Sánchez Dragó sobre Abascal. A pesar de que nueve de cada diez electores no saben qué aspecto tiene una tesis doctoral ni que Sánchez Dragó ha escrito un libro sobre Abascal, estas tretas ridículamente burdas sintetizan con precisión la esencia de los debates. La trama sirve como pretexto para presentar dos desenlaces alternativos: hoy, los opinadores discuten si ha habido empate o Rivera ha ganado la eliminatoria a dos vueltas. Aquí aparece Hitchcock, que escribía en primer lugar el final de la película. Sánchez podría haber balbuceado durante horas sin que resintiera el veredicto previo del periodismo adicto y la perenne sonrisa de Casado podría haberse encasquillado sin que sus editorialistas dudaran de un liderazgo imparable. Uno de ellos escribió el lunes que los dos debates serían decisivos y un extraterrestre hubiese supuesto que se refería a la integridad territorial del Estado, la política laboral, la presión fiscal o las pensiones. Pero hablaba de planos, vestuario, gestos y frases memorizadas. De cine, vaya.
25 juevesEl bote del Titanic
Una de las peripecias electorales más indescriptibles de estos días es la de Ángel Garrido, el sustituto de Cristina Cifuentes aunque muchos madrileños todavía no lo sepan a quien el PP había premiado la interinidad con el número cuatro de la lista europea. Garrido ha sido candidato durante cinco minutos, los que ha tardado en llegar desde su casa a la sede de Ciudadanos, donde ha sido presentado como si Florentino Pérez hubiese fichado a Mbappé. Casado no tiene motivos para quejarse de una sorpresa traicionera: la familia de Garrido tampoco estaba enterada y comienzo a preguntarme si el propio Garrido lo sabía. Tal vez para blanquear su conciencia, ha remitido una nota napoleónica: «Han ejecutado a todo el que me rodea». Es el desplante del general vencido que exige respetar la vida de sus soldados pero huye a medianoche del campamento con ropas civiles. Si el escueto programa de gobierno de cualquier partido se reduce a cómo ganar las próximas elecciones, nada puede reprocharse a un estadista que aspira a seguir siéndolo.
26 viernesDama ciega
La noticia más importante de la semana no ha sido el ambiguo funambulismo del PSOE acerca de la «cuestión catalana»; ni la sospecha de que el PP ya es considerado definitivamente un partido que se abandona para ingresar en la competencia, en un consejo de administración o en la cárcel; ni que Podemos puede cambiar de género pero sigue pareciendo el «casting» para una película de Berlanga; ni que Ciudadanos tiene la impronta de un sucedáneo sin el cuajo del original; ni que a Vox le quedan muy cerca los Reyes Católicos y ha decidido remontarse hasta la Reconquista. No, la noticia mucho más que simbólica es la absolución de Sandro Rosell tras 242 días de prisión preventiva. En «Testigo de cargo», el abogado que interpreta Charles Laughton despacha así un error judicial: «Lamentable, pero el inocente recibió la disculpa de la Corona y una generosa indemnización». El error siempre es tan posible como inadmisible la negligencia. Si existe una viga maestra de esa pomposa construcción que llamamos Estado de Derecho, ésa es que nadie puede ser privado de libertad sin motivo. Por cierto, no es el caso de la cofradía del Tribunal Supremo.
