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Semana y media

La Trinidad diabólica

Repaso a las noticias más destacadas que ha dejado la última semana

La Trinidad diabólica

15 lunesLa Tríada

Un tertuliano ha llegado a la conclusión de que los votantes de Vox son unos borrachos porque sólo una ingestión masiva de gin-tonics puede explicar que haya tanto zoquete cavernícola. La elección de la bebida es discutible. La España cañí de suela de esparto, camisa almidonada y tirantes deshilachados bebe tintorro del botijo y no gin-tonics. Conocí a dos tipos durante un viaje en autobús que comenzaron a hablar con desasosiego de «la cuñá». Pensé que se referían a una pariente malvada pero, tras un par de interminables kilómetros, comprendí que «la cuñá» era «el coñac». Supongo que hoy votarían a Vox siguiendo la caricatura etílica del progresista lumbreras. El gin-tonic con ginebra añeja, tónica afrutada y copa de Murano es más propio de esa izquierda glamurosa con caseta para el perro en una rumbosa urbanización madrileña que, ante las evidentes dificultades para elogiar un porvenir presidido por Sánchez e Iglesias, ha rescatado la matraca de la trinidad diabólica: Satanás (el pérfido Casado con sonrisa de arcángel), el Anticristo ( Abascal y su legión de beodos) y el Falso Profeta (el impostor Rivera).

16 martesAlgo tuyo se quema

El techo en llamas de una catedral nos aturde doblemente si a la fascinación que ejerce el fuego añadimos que se ceba sobre un monumento tan simbólico como Nôtre-Dame, el hogar de Quasimodo pero también escenario de coronaciones, exequias y atentados (a De Gaulle le dispararon durante una misa tras la liberación de París). Es interesante nuestra vinculación sentimental con los edificios. Paul Valery consideraba la arquitectura como la más completa de las artes porque era la única que altera la naturaleza. Hay una viñeta de Asterix en la que vemos a dos campesinos galos paseando por el bosque. A lo lejos, unos albañiles están erigiendo un acueducto y uno de los galos comenta disgustado: «Los romanos sólo saben estropear el paisaje». Puedo imaginar un diálogo semejante entre dos esclavos egipcios a los pies de una pirámide y yo mismo lo escuché hace unos meses frente al rascacielos Bujr-Khalifa de Dubai. Pero el gigantismo no explica completamente el impacto emocional de la destrucción. Existe una relación inconsciente más profunda que tiene que ver con el transcurso del tiempo. Un monumento es indicio de eternidad, un indicio falso por supuesto pero gratificante.

17 miércolesLos telegénicos

Quienes escucharon el debate entre Kennedy y Nixon pensaron que había ganado Nixon; quienes lo vieron, que lo había hecho Kennedy. Había más espectadores que oyentes y el dilema quedó sentenciado. No tenía pensado ver el debate a cinco en la cadena de los concursos y tampoco lo veré en la pública tras la decisión de la Junta Electoral de prohibir la presencia de Vox. Para entretenerme con espectáculos trufados de eslóganes y consignas y con más trampas que una película de chinos prefiero cualquier serie norteamericana donde nieva en Sevilla durante la Semana Santa por necesidades del guión. Anecdóticamente, el nuevo formato arruina la estrategia del PSOE de presentar a los tres partidos de derechas como siameses indeseables. Un anticipo de lo que ocurrirá ha sido el debate entre teloneros que no he podido resistirme a rastrear en internet tras leer algunos comentarios. Tres mujeres se despedazaron mientras los dos varones del plató contemplaban la masacre con la expresión morbosa de quien asiste a un combate de boxeo femenino sin tongo.

18 juevesLa madrugá

Anteanoche desfilaron los legionarios por mi calle escoltando al Cristo del Perdón, una cofradía que promueve el indulto a un preso. Hace años, Sara Montiel, invitada de honor, se arrancó a cantar una saeta frente al Ayuntamiento y las saetas, la cofradía y Elche no han vuelto a ser lo mismo desde entonces. La elección del preso graciable genera de vez en cuando polémica, pero no así las pisadas que percuten sobre el asfalto de los legionarios arremangados, con el barboquejo ceñido y cierto aroma a salvaje marcialidad. El desfile lo cerraba una figura extraordinariamente menuda y supuse que era una legionaria poco crecida o el hijo del presidente de la cofradía. Desde que un emperador chino ideó los uniformes, a la gente le gustan los soldados y también los vozarrones que rugen «El novio de la muerte», una bella melodía con un título terrorífico. Es lástima que anoche no la entonasen porque así me habrían despertado los vozarrones y no las pisadas estruendosamente rítmicas. Ocurre que todo esto ocurrió de madrugada y, como comprueba el Miura antes de saltar al ruedo, algunas entrañables tradiciones pueden resultar molestas.

19 viernesPresos

El cabeza de lista en Barcelona por el partido de Puigdemont ha dado un mitin. Ustedes se preguntarán qué otra cosa puede hacer un candidato en campaña, pero sucede que este candidato está siendo juzgado y reside en la cárcel por un lamentable malentendido patriótico. Es Jordi Sánchez y ejerce sus derechos como candidato aunque no duerma en casa, el reverso de los candidatos catalanes de Ciudadanos, Vox y PP, que pernoctan en sus domicilios pero corren peligro si intentan hablar en público. Hace un par de días, las autoridades penitenciarias habilitaron una sala con una mesa, una silla y una impertinente bandera española para que el orador expresara una evidencia sustancial: si conseguimos condicionar el gobierno de Sánchez, habrá referéndum tarde o temprano. Con cualquier otro inquilino en Moncloa, esto parecería una extravagancia inverosímil; con Sánchez es simplemente una perogrullada que temen incluso algunos grupos que le apoyan. De ahí la exquisitez con que tratan a Podemos, el socio forzoso, y al PNV, la guinda imprescindible. Por cierto, Sánchez (el español, no el catalán) quería un debate con la presencia de Abascal y ahora tendrá dos sin él. Un plan magnífico.

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