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Vivir: ¿Una maravillosa odisea?

La enfermedad en personajes famosos

Es indiscutible que la enfermedad nos acompaña a todos, y es la causa de nuestro final. He comentado a veces que por muchos años que vivamos, no morimos de viejos, sino que damos más tiempo a que alguna enfermedad acabe con nuestra vida.

ilustración de PABLO GARCÍA

Quiero repasar aquí algunas circunstancias, alteraciones de la salud, que fueron claves en algunos ilustres. Es una especie de crónica social, que nos ayuda a valorar nuestra salud. Las expongo porque son de conocimiento público.

Todo el mundo conoce que Beethoven desarrolló una sordera relativamente joven. Se estima que fue una otosclerosis, pero que hizo que tuviera que componer sin oír lo que elaboraba.

Algunos están convencidos de que Tchaikovski se deprimió al final de su vida, y ello le condujo al suicidio.

Un grupo importante de personas famosas puede que padezcan síndrome de Asperger, dentro del espectro autista. Entre ellos estarían Einstein, Newton; algunos incluyen al mismo Beethoven y hay incluso duda sobre Mozart, también Bill Gates, Charles Darwin, Andy Warhol, Steven Spielberg y Woody Allen, o deportistas como Messi y Michael Phelps.

Parece evidente que Doña Juana I de Castilla y Aragón, hija de los Reyes Católicos y conocida como Juana la Loca , padecía un trastorno mental; unos se inclinan hacia la esquizofrenia y otros más hacia el trastorno bipolar.

Se cree que Carlos II el Hechizado padecía un síndrome de Klinefelter, había nacido con un cromosoma de propina, tal vez por la endogamia que habían tenido sus antepasados, y cursaba con escaso desarrollo genital, aspecto o eunucoide (talla alta, extremidades largas, escaso vello facial y distribución de vello de tipo femenino) y mamas grandes.

Todos recordamos la imagen de Napoleón Bonaparte con su mano sobre el abdomen. Se cree que padecía una enfermedad glandular llamada síndrome de Zollinger Ellison que justificaba dolores en esa zona, y que le iba produciendo una transexualización, es decir convirtiéndole en mujer; tuvo una úlcera gástrica y al igual que su padre un cáncer gástrico del que falleció.

Fue una diabetes la que se llevó a Miguel de Cervantes el 22 de abril de 1616, cuando el escritor tenía 68 años. Se le llamó el manco de Lepanto, pero nunca lo fue. «Manco» en el siglo XVII no era solo aquel que al le faltaba un miembro sino aquel que tenía inutilizado parcial o totalmente un brazo, que fue lo que le pasó debido a los tres disparos que recibió en la batalla de Lepanto. Además, llevaba gafas como Quevedo.

Felipe II, padre del imperio español, padeció de gota, es decir, su sangre tenía elevado el ácido úrico que cristalizaba formando tofos, que era como bultos dolorosos, tanto que no soportaba siquiera el roce de las sábanas, y un tumor maligno le afloró en una pierna. Por si no fuera suficiente, sufrió luego llagas por todo el cuerpo por no moverse y una incontinencia que llevó a abrir una abertura en su lecho para que no tuviera que levantarse permanentemente.

Alfonso de Borbón y Battenberg fue alguien a quien nadie quiso. Ni sus padres, ni el pueblo, ni su mujer, ni los monárquicos. Quizá en esa falta de cariño tuviera que ver la hemofilia que su madre, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, trajo a la familia real española. La hemofilia se la descubrieron al practicarle una circuncisión siendo aún un bebé, aunque hay autores que lo dudan al no existir documentos sobre el tema.

María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, más conocida como Cayetana o duquesa de Alba ; era descendiente directa del rey Jacobo II de Inglaterra a través del hijo bastardo James Fitz-James, que dicho monarca tuvo con su amante, Arabella Churchill. Según el Libro Guinness de los récords, poseyó más títulos legalmente reconocidos que ningún otro noble en el mundo, y es muy largo su historial de enfermedades.

En 2007 fue intervenida en Sevilla por una antigua lesión de columna que con la edad le provocaba un problema de movilidad en las piernas, resultado de un traumatismo, una caída montando a caballo a los 14 años, no dio el resultado esperado y empeoró su situación. Un año después se atragantó con un zumo, luego se le complicó con un encharcamiento de los pulmones, que le condujo a un fallo cardíaco, por lo que tuvo que ser intervenida de urgencia.

Además, estando a la espera de una operación para solucionar la hidrocefalia que padecía, implantarle una válvula en el cerebro, debieron intervenirle para quitarle ocho piedras que tenía en la vesícula.

Es sabido que Buteflika, presidente de Argelia, sufrió en 2013 un derrame cerebral, tiene las facultades afectadas y acaba de dimitir por ello.

El segundo hijo de Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia de Battenberg, el infante Jaime de Borbón, quedó sordomudo tras una intervención por una doble mastoiditis a los cuatro años.

Y ¿que padeció Franco?

La salud del dictador a los ochenta años era delicada, con un mal de Parkinson avanzado y las secuelas de los muchos estragos que en su juventud le había dejado la guerra de Marruecos. En 1916, en una rafia cerca de Ceuta, fue herido de gravedad en el bajo vientre y casi muere en un hospital días después.

Parece haber pocas dudas de que Dalí era un voyeur, en su vida sexual disfrutaba viendo el sexo de otros. También ha habido ninfómanas, es decir adictas al sexo, famosas como la actriz Joan Crawford, Cleopatra o Catalina II, zarina de Rusia. Hay quien incluye a María Antonieta, e Isabel I de Inglaterra, a la que curiosamente se la conoce como la reina virgen, pero de la que también se describe una larga lista de relaciones con cortesanos.

Jaime de Marichalar, esposo de la infanta Elena, sufrió un derrame cerebral, un ictus isquémico, cuando practicaba con la bicicleta estática en un gimnasio, y se cree que guardaba relación con el consumo de cocaína. Tenía 38 años.

La actriz Carmen Sevilla falleció a los 88 años arrastrando durante diez años la enfermedad de Alzheimer. El presentador Carlos Sobera es diabético como Isabel Pantoja, que lo es desde hace años y ha desarrollado una nefropatía diabética, es decir insuficiencia en el funcionamiento de ambos riñones.

Brad Pitt padece agnosia visual, en decir, que es incapaz de reconocer rostros. El príncipe Guillermo de Inglaterra tiene dificultades de salud mental, y se mueve entre la desesperación, la tristeza y el dolor. El actor Daniel Radcliffe, famoso por interpretar a Harry Potter, sufre una dispraxia, que le condiciona torpeza y dificultad de los movimientos.

El Viti, un gran torero, no murió por una cogida de toros. El torero y ganadero salmantino estuvo gravemente enfermo, aquejado de un tromboembolismo pulmonar, producido por haber guardado reposo tras la operación de una hernia inguinal.

Podíamos decir que las enfermedades son muy demócratas, nos afectan a todos, y ser famoso no es una vacuna para padecerlas. Es muy difícil encontrar alguien que no haya padecido una enfermedad, eso es más raro que los que han padecido seis o siete distintas.

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