Una indigestión de prejuicios

Cuando la cámara enfocó al comité de ministras sujetando una pancarta en la manifestación del viernes, me pregunté tontamente si tendrían secretaria o secretario. Probablemente, la prueba del carbono-13 de la igualdad no sea si hay tantos jefes como jefas, sino si su subalterno de confianza puede ser un hombre sin que se desmoronen los últimos tabúes. Pero resulta difícil seguir la pista al feminismo militante. Desde luego, había mucha más gente que en una manifestación de ganaderos o de autónomos. La diferencia es que los ganaderos protestan contra los animalistas y los autónomos contra el ministro de Hacienda. Al margen de que sean razonables o no, sus quejas son específicas, visibles y pueden ser atendidas si existe voluntad política. Echo en falta esta claridad en el feminismo. Los eslóganes del viernes eran injustos con los varones ingeniosos («menos piropos, más respeto»), salvajes hasta provocar el pánico («vamos a hacer con vosotros lo que vosotros habéis hecho con nosotras») o mayoritariamente difusos (¿cómo se legisla «la igualdad en la diversidad»?). Las grandes causas también necesitan letra pequeña para no quedar reducidas al juego de siempre: «No quiero ser princesa, quiero ser alcaldesa».

12 martesMemento mori

No ha sido exactamente el milagro de los panes y los peces, pero las papeletas se han multiplicado en las primarias de Ciudadanos para elegir candidato autonómico en Castilla-León. La beneficiaria del prodigio era la preferida de la dirección nacional, una destacada militante del PP que emigró cuando fue derrotada decisivamente en una guerra doméstica. Los dirigentes de Ciudadanos calcularon que su incorporación sería un movimiento táctico rentable y probablemente maniobraron para desmontar las críticas de los militantes con unas primarias que creyeron atadas y bien atadas. Desde que el Lazarillo gateaba, los españoles consideramos que la fórmula infalible del éxito es trampear y en política hemos acuñado el término «pucherazo» para describir ese impulso consuetudinario. Ahora bien, es esencial que el tramposo no sea descubierto y, lamentablemente, a Ciudadanos le ha ocurrido lo que al marido sorprendido por su mujer con los calzones a media asta en la habitación de la criada. El bochorno se agrava si el marido presumía de moral irreprochable e impartía cursillos de regeneración desde la tribuna. «Cuando señalas con un dedo, los otros tres te apuntan a tí», dice el proverbio inglés.

13 miércolesLa vida no es sueño

Como es imposible que el PSOE haya gobernado durante ocho meses gracias a un batiburrillo de golpistas, deduzco que sufro una pesadilla de la que me despertarán una procesión de Semana Santa, un desfile de motoristas o los niños de San Ildefonso. Hasta que llegue ese momento liberador, la pesadilla prosigue con una futura investidura de Sánchez con idénticos apoyos y dos opciones de gobierno: continuar en el poder sin propósito constructivo alguno y a expensas de la voluntad de terceros, o la ruptura con el régimen constitucional rompiendo el consenso básico con la mitad del electorado. Que Sánchez seguirá en Moncloa es muy probable dado que la derecha se presenta fragmentada en tres listas y las travesuras del sistema electoral convierten esta peculiaridad en una petición de suicidio asistido por monsieur D´Hondt. Ante un horizonte tan macabro, comprenderán que me encomiende a la hipótesis de la pesadilla aunque anoche soñé que la Juventus eliminaba al Atlético con tres goles de Cristiano y cuando desperté la Juventus había eliminado al Atlético con tres goles de Cristiano.

14 juevesEl paraíso perdido

Intuyo que comparto pesadilla con Casado, quien ha pedido a Vox que retire sus listas en una veintena de provincias donde no puede conseguir escaño pero sí impedir que lo obtenga el PP. Con la misma probabilidad de éxito, Casado habría podido pedir que Vox renunciara a presentarse a las elecciones o que Abascal se quemara a lo bonzo. Ya es tarde para estos cambalaches desesperados e incluso para fórmulas creativas como las listas conjuntas o un reparto de circunscripciones. Ignoro si la derecha española es trifálica o tricéfala (de los adjetivos se encarga la ministra de Justicia), pero parece evidente que sus cabezas o sus falos se reproducen por fisión: la mayoría de los dirigentes de Ciudadanos y Vox aparece en el libro de familia del PP y su árbol genealógico se remonta al patriarca Aznar. Los partidos políticos suelen atomizarse cuando vegetan indefinidamente en la oposición, pero no hay antecedentes de que un partido de gobierno sufra dos escisiones (Ciudadanos y Vox son rollizas criaturas engendradas durante el tedio marianista). La penitencia tras la autocomplacencia, y disculpen el pareado.

15 viernesTribu

No me intriga en exceso que proliferen paquistaníes e hindúes en el comercio minorista de frutas y verduras. Esa es tarea de las grandes superficies, que por cierto han tenido que variar su política de ventas. Mi tendero de Cachemira es un aceitunado mozalbete excepcionalmente amable que pesa con delicadeza «plátanas» y «bananos» y despide al comprador con un sintético «que tenga un bon día». No le imagino dando vivas a Alá antes de detonar un cinturón explosivo en una iglesia atestada de fieles. En contrapartida, tampoco consigo verme disparando un ak-47 en una mezquita. Ha ocurrido en Nueva Zelanda y el contador marca por ahora cuarenta y nueve muertos. Es una oportunidad excelente para descartar algunas generalizaciones y asumir otras. Los autores de la matanza neozelandesa son supremacistas blancos; los que se estrellaron contra las Torres Gemelas eran supremacistas musulmanes. Yo me parezco tanto a los primeros como mi tendero a los segundos. Una indigestión de prejuicios que navegan por una mente psicótica bastan para despertar a la bestia y esto poco tiene que ver con razas o religiones, dos casillas biográficas irrelevantes. Que tengan un «bon» día.