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Semana y media

Vuelve... si ella quiere

Repaso a las noticias más destacadas que nos ha dejado la última semana

Vuelve... si ella quiere

4 lunes

Pasado imperfecto

Pasado imperfectoSi para derogar la presunción de inocencia de políticos, clientes de bancos suizos y manadas hemos sido capaces de convertir el secreto sumarial en una antigualla y las tertulias televisivas en un tribunal jacobino, el linchamiento retroactivo de una asesina no infringe escrúpulos insalvables. Pilar Baeza es candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila y cumplió condena por un asesinato cometido en 1985. Ella alega «impulsos juveniles» (afortunadamente, no todos los jóvenes sienten tales impulsos), pero estos antecedentes han comenzado a revolotear sobre su candidatura con una pregunta retórica inequívocamente maliciosa: ¿Puede ser alcaldesa una asesina? La respuesta legal no presenta dificultades (cualquiera, incluso el autor de la pregunta, puede ser candidato si no está inhabilitado) y por ello los adversarios intentan plantear la cuestión en términos de filosofía botijera, lo que les lleva inevitablemente a una conclusión moral absurda: Pilar puede criar a sus hijos, pero no presidir un pleno municipal. Aburren estos zafarranchos de encefalograma plano y las comparaciones escandalizadas de cola de supermercado: Podemos habría montado un escrache memorable si el alcaldable del PP hubiese asesinado a su novia de instituto.

5 martes

Poderosa Afrodita

Poderosa AfroditaLa musa de la campaña calza botas altas de cuero y chasquea una fusta. Es Sofía, una «dómina» («ama») en el argot sadomasoquista y evolución políticamente correcta del masculino «dómine» que enseñaba otra gramática, la latina. Sofía ha dedicado un indescriptible vídeo a Abascal, el líder de Vox, con propósitos artísticos pero también evangélicos: acepta esclavos progres para convertirlos a la derecha. Eso también lo intentó Ciudadanos antes de la epifanía andaluza, pero la terapia de Sofía es más drástica y exige sumisión bajo pena de azotes, la fantasía invertida de Pablo Iglesias con cierta presentadora de televisión antes de dedicarse a cambiar pañales. Yo no he visto el vídeo, pero Abascal sí y admite que no sabe si está a favor o en contra de Vox. Tal vez Sofía pueda ser considerada una feminista según los estándares de las mujeres que irán a la huelga el próximo viernes, día internacional de la mujer. Es indiscutiblemente frívola, pero al menos asegura que entre sus esclavos hay toreros y militares, dos súcubos o demonios con apariencia humana a los que muchas feministas no dudarían en azotar.

6 miércoles

Flaquezas

FlaquezasSiempre dispuestos a adecentar los aspectos mundanos de la política, los británicos llaman «cruzar el pasillo» a nuestro transfuguismo. La expresión deriva de la fisonomía de la Cámara de los Comunes, una sala rectangular con dos bancadas separadas por un pasillo donde gobierno y oposición se sientan frente a frente. Así, se dice que el diputado que cambia de partido «ha cruzado el pasillo». Todo esto es muy vistoso, aunque en Londres o Madrid el móvil sigue siendo la supervivencia y el pretexto los principios. Un tránsfuga reincidente como Churchill trató de justificarse aludiendo a una colisión entre la lealtad al partido y la conciencia individual, pero lo cierto es que Churchill abandonó a los conservadores para unirse a los liberales cuando se intuyó la victoria electoral de estos y regresó a las filas conservadoras cuando los liberales iniciaron su declive por la aparición de los laboristas. Quiero decir que Soraya Rodríguez, una capaz parlamentaria socialista que eligió el bando perdedor en las primarias, puede intentar convencernos de que deja el PSOE porque rechaza cualquier acuerdo con los independentistas, pero la «chuchilliana» sospecha es que lo hace porque Pedro Sánchez no captura prisioneros.

7 jueves

La donna è mobile

La donna è mobileDebo mencionar de nuevo a Churchill y Pablo Iglesias. Tras su permiso de paternidad, Iglesias se ha reincorporado a la dirección de Podemos y la gozosa nueva ha merecido un cartel en el que la cámara le enfoca de espaldas saludando a una multitud difusa junto a un escueto eslogan: «Vuelve». Algunos han percibido reminiscencias del «volveré» de McArthur, pero en realidad esto fue una promesa finalmente cumplida. No, el precedente más ajustado en espíritu y literalmente es el titular de «The Times» tras el nombramiento de Churchill como Primer Lord del Almirantazgo en 1.939: «Winston is back!» (¡Winston ha vuelto!). Expresa nítidamente un sentimiento de euforia colectiva provocado por la llegada del salvador, normalmente una personalidad carismática a la que se atribuyen poderes mesiánicos. La comparación entre Churchill e Iglesias se resiente comprensiblemente por este flanco. También padece de un obstáculo conyugal: nadie recuerda si Churchill estaba casado, pero todos sabemos que la vicaria de Iglesias en Podemos ha sido la madre de sus hijos, quien se ha postulado recientemente para liderar la formación. Parafraseando a Les Luthiers, el cartel debería rezar: «Vuelve...si ella quiere».

8 viernes

Fumando espero

Fumando esperoUn amigo asegura estar dejando de fumar aunque cada vez que nos vemos tiene un cigarrillo encendido en la mano. Ante un desmentido tan flagrante, su explicación sólo puede ser mágica: «Parece un cigarrillo encendido, pero en realidad no lo es». Durante esta semana, varios golpistas han intentado convencer a un grupo de escépticos magistrados de que jamás habían fumado a pesar de que les delatan las uñas manchadas, alguna camisa agujereada por la ceniza y el parche de nicotina en la muñeca. No hace falta doctorarse en Salamanca para comprender que una cosa es negar los hechos y otra discutir su relevancia. La diferencia se agranda si se descarta una inundación negando que haya llovido aunque uno esté empapado. Esencialmente, lo que algunas defensas sostienen es que no existe violencia organizada si miles de personas son convocadas para rodear un edificio donde una comisión judicial practica un registro, destrozan sus vehículos y fuerzan su evacuación en helicóptero tras varias horas de megafonía amenazante. Por muchos tuits psicopatrióticos que envíe Piqué, la sala apesta a caliqueño.

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