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La UE sobrevive a otro año de crisis existencial

La ardua negociación del Brexit, el ascenso de gobiernos populistas y los constantes roces con EE.UU marcan 2018

La UE sobrevive a otro año de crisis existencial

En la última parte del año, Italia entró en disputa con la Comisión Europea al negarse a cambiar su plan presupuestario para 2019, que viola las normas comunitarias de disciplina fiscal porque no cumple con el ajuste del déficit ni con la reducción de deuda que exige Bruselas. En una decisión sin precedentes, la CE rechazó las cuentas italianas y recibió el apoyo de los países de la UE para expedientar al país por su elevada deuda.

Como Roma, tampoco pasan por su mejor momento de relaciones Bucarest, Budapest y Varsovia. En vísperas de la asunción por Rumanía de su presidencia rotatoria de la UE, el 1 de enero de 2019, el Gobierno de centroizquierda del país desafió a Bruselas con una controvertida reforma judicial que beneficiaría a numerosos políticos investigados por corrupción. También en septiembre el Parlamento Europeo llamó a aplicar el artículo 7 a Hungría por la débil salud de su Estado de Derecho y separación de poderes, aunque en el Consejo se resisten por ahora a penalizar las reformas llevadas a cabo por el primer ministro Viktor Orbán. Asimismo, Bruselas mantiene un pulso con Varsovia por su reforma del Tribunal Supremo que ha provocado un debate ciudadano sobre una hipotética salida de Polonia de la UE, bautizada en medios como Polexit.

La mirada puesta en mayo

Por otro lado, este 2018 fue el año de la confirmación de la disputa comercial entre la UE y EE UU por los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio, que terminó con la UE manteniendo activos sus propios gravámenes como contrapartida.

En julio, eso sí, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, viajó a Washington para rebajar las tensiones y consiguió al menos convencer a Donald Trump de que no siguiera adelante con su intención de gravar las importaciones de coches europeos con un arancel del 20 %.

Los socios europeos de la OTAN y el presidente estadounidense también vieron enfriadas sus relaciones por las contribuciones al presupuesto de la Alianza que Trump ve insuficientes. Lejos de achicarse ante las críticas, el eje franco-alemán que todavía conforman el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel abogaron públicamente por poner en marcha un ejército europeo «complementario» a la OTAN.

Diez años después de la gran crisis económica que afectó a la eurozona y alimentó tanto el Brexit como los populismos que ahora llegan a varios gobiernos, la UE sigue sumida en un periodo complicado y con un euroescepticismo creciente que medirán las elecciones europeas del próximo mayo.

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