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Propuestas para una ética universal

Se discute si procedemos del homo sapiens, viendo que a lo largo de nuestra historia nos matamos unos a otros, e incluso ideamos instrumentos para hacerlo; a lo mejor venimos del homo stupidus. Las diferentes religiones no sólo no lo han evitado, sino que lo han favorecido, y lo siguen haciendo, a pesar de que predican lo contrario.

Es muy posible que mantener en orden nuestro planeta necesite mucho dinero: parlamentos, ejércitos, políticos,etc.. Son gastos que hacen que nuestra libertad se vea mermada, tenemos que pasar muchas horas al día trabajando, es decir, haciendo con nuestra vida lo que los demás nos dicen; un mundo más rico nos permitiría disponer de más tiempo, para dedicarlo a lo que deseemos.

Creo que debemos elaborar una ética muy respetuosa con las diferentes religiones, pero limitando éstas al terreno de lo privado. Una vez formulada esta ética, debe enseñarse en la familia, en la escuela y en la sociedad, demostrando que su aceptación nos aportará mucho, viviremos en un mundo mejor.

En ella se debe reflexionar sobre valores: acordar aquellos principios que podemos aceptar todos, extraídos de la razón y basados en las experiencias previas, dejando otros contenidos para lo privado. Los valores éticos respetan la multiculturalidad y no son inmutables, se pretende que sean duraderos, pero no atemporales. Como decimos, responden al aquí y al ahora, pero pueden cambiar, por ej., por una catástrofe de dimensiones mundiales.

La ética es una rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado en el comportamiento humano. Busca el fundamento teórico para encontrar la mejor forma de vivir, el mejor estilo de vida, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. La moral se basa en obedecer a normas sociales previas.

Comentamos aquí cuál serían nuestras sugerencias para esa ética universal. Constaría de una serie de tres principios y once compromisos. Los principios, que definen conductas, son valores, que serían como óptimos, y los compromisos serían como reglas, que determinan lo que se debe o no hacer.

Como Principios estarían:

La dignidad de la persona. Es algo que todos poseemos, en realidad es parte del concepto de persona, pero incluso los muertos tienen dignidad.

La libertad, aceptando que nuestro cuerpo nos impone limites, y que parece solo podemos vivir en este planeta, pero debemos ser libres, poder elegir en todos y cada uno de los momentos de la vida entre las opciones posibles.

Y el respeto por la vida. Desde que nacemos se nos debe reconocer: nos gustaría ir un poco más allá, y decir que desde el momento en que nos conciben. Pero entendemos que es un terreno complejo pues ese que va a nacer puede poner en peligro la vida de la madre, o incluso nacer con una tara que le condene a vivir una vida terrible.

Y entre los Compromisos estarían:

El de beneficencia, y no el de maledicencia. Debemos hacer el bien a todos, y a la vez todos nos harán el bien a nosotros. Nos gustaría más llamarle el de la bondad, que supone desear a los otros lo que quieres para ti.

El de responsabilidad. Supone dar cuenta de algo ante alguien; es el contrapeso de la libertad. Pero no lo olvides, haz sólo aquello que querrías que te hicieran a ti.

La justicia permite el equilibrio entre derechos y deberes; todos los tenemos, pero sabe que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás. Es una buena herramienta para construir una sociedad mejor.

La tolerancia: es una aceptación al hecho de que somos todos distintos y, por tanto, diferentes de los que nos rodean. Nos acerca a ellos, y hace que sea más fácil que los amemos.

La honestidad, o la honradez, es importante, y no queda limitada al terreno de lo económico, sino en todos los otros aspectos de la vida: supone no fingir, no mentir ni falsear. Todos ellos son pesados lastres que dificultan el andar por la vida.

La confidencialidad: no debemos pregonar lo que pensamos o sabemos de los demás; respetarla nos permite establecer una relación adecuada con ellos y a ellos con nosotros.

La serenidad nos mantiene en calma y hace más feliz nuestra vida; por otra parte, nos aleja de todo tipo de violencia, sea ésta física o psíquica, algo que desdichadamente está de moda ahora por los muchos casos en las que se sigue de muerte de la pareja. Matar siempre ha estado presente con nosotros, y continúa.

El amor. Querer a otros nos permite fundirnos con ellos, aliviarles todos sus problemas; tiene gotas de empatía; es decir, nos permite ver el mundo a través de los ojos del otro, y darlo tiene un efecto rebote, pues cuanto más damos más recibimos.

El altruismo, que pretende que el bien del otro sea lo más importante. A él se le acerca la solidaridad y en cierta manera la caridad, si bien ésta a veces coloca a las personas en un nivel distinto, y algunas actúan esperando una recompensa futura, cosas que no están presentes en el altruismo.

Hay además que sellar un compromiso con la razón y la ciencia; entre ellas y la fe asumir las primeras; esa decisión ayudará a reforzar nuestras decisiones y sentimientos, y a la vez el mundo progresará. Y debemos añadir que ante las decisiones hay que elegir lo importante frente al urgente.

Debemos comprometernos con la proximidad, la cercanía; no referido al terreno sino a los demás. Suele ser más fácil si son la familia, amigos, vecinos, del mismo país, etc. Pero aquí se incluyen todos; sería magnífico que estuviéramos tan cerca que pudiéramos ver a través de sus ojos; es decir, con un alto nivel de empatía.

(*) Con Javier García Conde, también catedrático de Medicina jubilado.

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