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«El cambio tecnológico puede ayudar a acelerar la creación de empleo»

«El cambio tecnológico puede ayudar a acelerar la creación de empleo»

Una de las bases de la jornada es la incidencia que puede tener la digitalización como respuesta a algunos problemas existentes a nivel macro, como el desempleo o la baja productividad. ¿Cómo se traslada eso a la práctica?

Para la economía española, la digitalización puede ser una herramienta para dar respuesta a algunos retos importantes que se plantean. En primer lugar, una de las prioridades hacia adelante será la reducción de la elevada tasa de desempleo existente. Este problema es especialmente relevante para la sociedad española, con niveles de paro promedio en 2016 cercanos al 18%, más de dos veces por encima del nivel de la UEM. Buena parte de esta diferencia se debe a ineficiencias en el diseño institucional del mercado laboral. Sin embargo, el cambio tecnológico puede ayudar a acelerar la creación de empleo en la medida en que el aumento en la productividad que se produzca mejore la eficiencia de las empresas españolas, reduzca los precios, impulse el poder adquisitivo de las familias y con ello se incremente la demanda interna. Por otro lado, las nuevas tecnologías pueden ayudar a mejorar la eficiencia del proceso de emparejamiento entre trabajadores y empresas reduciendo los costes de búsqueda en el mercado laboral. Finalmente, el avance tecnológico creará nuevas profesiones y sectores, lo que impulsará la creación de empleo. En segundo lugar, España presenta un problema de crecimiento de la productividad. Reducir la brecha que existe entre la productividad de las empresas españolas y las alemanas disminuiría en un 50% el diferencial en PIB per cápita entre ambas economías. La digitalización puede convertirse en una de las palancas para generar esta convergencia en términos de productividad y de bienestar económico. Por ejemplo, un estudio del Banco Mundial estima que un 10% de penetración adicional de banda ancha incrementó en 1,2 puntos porcentuales el crecimiento del PIB en países desarrollados.

¿En qué medida esa digitalización puede suponer, al menos a corto plazo, más destrucción de empleo?

No todo el mundo es optimista a este respecto. Recientemente se ha producido un debate académico sobre el impacto que está teniendo en el desempleo la adopción de nuevas tecnologías y, especialmente, la automatización. En todo caso, la evidencia de los últimos 150 años parece apoyar los beneficios del progreso sobre la creación de empleo, y aunque hacia adelante no tiene por qué continuar dicho patrón, la investigación reciente parece mantener la tendencia positiva. Por ejemplo, según algunos estudios, por cada trabajo creado en la industria de alta tecnología se crean cinco empleos complementarios. En todo caso, la experiencia nos enseña que, aunque los beneficios para la sociedad son positivos en el agregado, a nivel individual puede haber ganadores y perdedores. España tiene que continuar reforzando los mecanismos que permitan que el impacto sobre los trabajadores afectados por el cambio tecnológico sea moderado y temporal. En particular hay que tener un sistema de formación de parados con una mayor cantidad de recursos y con instituciones que aseguren el mejor uso de los mismos. Sólo así la educación que se provea efectivamente corresponderá a la que demandan las empresas exitosas que van adaptando sus procesos a las nuevas tecnologías.

¿Por qué España y, en particular, la Comunidad Valenciana están por debajo de la media europea en digitalización?

De acuerdo al Índice Global de Digitalización de BBVA DiGiX, España se situaría en el puesto número 30 sobre el total de 100 países, siendo Luxemburgo el país que obtendría la máxima puntuación, que se normaliza a 1 para facilitar la comparación. Los primeros diez países del índice formarían lo que podría considerarse el máximo desempeño tecnológico que es capaz de alcanzar un país. Es necesario tener en cuenta que esta frontera no es fija, sino que varía en el tiempo. Las regiones orbitan en torno a la posición que ocupa el agregado nacional, pero existen algunas diferencias. La Comunidad Valenciana muestra un valor por debajo de la media española. En general, lo que se observa es que tanto empresas como familias muestran un retraso en la adopción y uso de nuevas tecnologías. Por ejemplo, sólo un 22% de las empresas en la Comunidad Valenciana emplean especialistas en TICs (26% en España), un 21% utilizan TICs para relacionarse con otras empresas (26% en España) o un 48,6% disponen de catálogos web (3 puntos porcentuales por debajo de España). Asimismo, un 75% de la población utiliza internet (frente al casi 80% en España), mientras que el uso de las redes sociales también es menor (64,9% frente al 67% en España).

¿Está preparada esta zona en cuanto a la ciberseguridad para afrontar una transformación digital de entidad?

El índice BBVA DiGiX CC.AA. parece dejar claro que existe espacio de mejora para acelerar el proceso de adopción de las nuevas tecnologías tanto por parte de consumidores, como de empresas y sector público. Respecto a cuáles son los principales obstáculos que impiden un mayor uso de las nuevas tecnologías, buena parte tiene que ver con factores relacionados con la oferta (infraestructuras, accesibilidad, etc.) o de mejor regulación, fuera del ámbito de control de los consumidores. Asimismo, será clave para el sector público garantizar y facilitar la protección de los usuarios en materia de comercio electrónico (a nivel internacional, en la medida de lo posible) o ciberataques. Además, las administraciones públicas deberán poner especial énfasis en la mejora de las infraestructuras que permita el desarrollo de la digitalización en igualdad de condiciones dentro del país. Adicionalmente, las administraciones públicas podrían tomar un papel de liderazgo en la provisión de servicios a través de medios digitales, mejorando su eficiencia y contribuyendo a la formación de las personas. Más aún, habría que propiciar un marco regulatorio homogéneo que garantice la igualdad de oportunidades y la competencia en condiciones similares. Por último, es necesario avanzar en la mejora del capital humano que permita a familias, empresas y sector público la adopción de las nuevas tecnologías. De hecho, aquellas regiones españolas que muestran un mayor nivel de capital humano, medido por el número de años de escolarización, son las que muestran una mayor puntuación en BBVA DiGiX CC.AA. Por eso, en este proceso de digitalización que afrontan tanto oferentes como demandantes y administraciones públicas, resulta especialmente importante realizar una apuesta decidida por invertir en un capital humano productivo y de calidad. En este sentido, las administraciones públicas también juegan un papel fundamental: mejorar la calidad institucional será una de las claves en este proceso de digitalización.

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