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Entrevista

Mireia Orgilés: "Las críticas y opiniones negativas pueden afectar a la autoestima de los niños"

La psicóloga valora los riesgos a los que se enfrenta un menor por una sobreexposición en internet debido al fenómeno de los niños youtubers

La psicóloga Mireia Orgilés. M.A.R.

-Un niño youtuber está expuesto a continuas valoraciones y críticas del resto de internautas. ¿Cómo puede afectarle a su desarrollo emocional o a la autoestima? ¿Es posible gestionar esa cuestión a edades tan tempranas como 7 u 8 años?

Un niño de 7 o 8 años no tiene la madurez emocional para poder hacer frente a todo lo que implica estar en primera línea en las redes sociales. Las actividades de un niño de esa edad deben ser las propias de la infancia, y es obligación de los adultos protegerle y evitar que esa exposición pública perjudique a su desarrollo. Entre otras consecuencias, las críticas y las opiniones negativas de los demás pueden afectar a su autoestima. Aunque en un principio el niño pueda tener una alta autoestima por el éxito que tienen sus vídeos, es fácil que su autoestima se vea mermada al recibir críticas de los demás o al dejar de ser tan exitoso en la red (recibir menos comentarios, menos likes, menos seguidores). Los niños no tienen la suficiente madurez cognitiva para entender las críticas que reciben ni la madurez emocional para poder gestionar sus emociones. Su autoestima depende de lo que los demás piensan de él y eso le puede llevar a tener una necesidad constante de aprobación por parte de otros; es decir, la valoración de ellos mismos, y en resumen su felicidad, depende de lo que los demás piensan de él, no de cómo él se percibe o se valora a si mismo. Están sometidos a una presión grande: dedican mucho tiempo a grabar contenido para su canal, están pendientes de los seguidores que tienen, no tienen privacidad, llega un momento en que deja de ser un hobby y ocupa gran parte de su tiempo. El niño puede acabar aislándose del mundo y llevando una vida muy irreal, dejando de lado su vida de niño.

-Numerosas empresas, por ejemplo de juguetes, regalan continuamente productos a estos menores, que graban vídeos contando lo felices que son con ese nuevo artículo. ¿Se distorsiona de alguna manera el valor del esfuerzo al acostumbrarlos a tenerlo todo?

Con ese exceso de juguetes y privilegios el niño no valora lo que tiene y llega un momento en que nada es suficiente para él. Es fácil que se frustre cuando no pueda conseguir algo de forma rápida y sin esfuerzo. Se acostumbra a una vida fácil, y a una vida irreal. Es probable que tenga problemas para adaptarse cuando esté con otros niños, o en el colegio, ya que no le será posible conseguir todo lo que necesita de forma tan inmediata a lo que está acostumbrado y con poco esfuerzo.

-¿Qué podría pasar si, cuando sean mayores de edad, consideran que ese contenido no debería haberse publicado?

La exposición pública del niño implica riesgos a corto y a largo plazo. Cuando son pequeños, los niños no tienen la madurez cognitiva suficiente para poder tomar decisiones. Son los padres los que deciden por ellos. Aunque ellos digan que les gusta grabar esos vídeos y difundirlos en la red, no saben el alcance que esto puede tener, son muy inmaduros para poder asumir los riesgos que esa exposición pública conlleva. Es posible que siendo adultos se arrepientan del contenido que circula por la red y su estabilidad emocional se vea afectada. Pueden culpar a sus padres por permitirles difundir esos videos, o culparse ellos mismos por haber grabado esos contenidos. Ese material puede servir para que otros se burlen de él cuando sea adolescente o adulto, y eso le puede llevar a tener problemas sociales y problemas de autoestima. Un video de un niño de 6 o 7 años que a los padres les pueda resultar gracioso, puede ser muy incómodo o molesto para el niño cuando tenga 12 o 13 años.

-¿Cómo se debería trabajar con ellos para desarrollar tolerancia a la frustración? ¿Qué consejos o pautas le daría a los padres o tutores de un niño youtuber?

Es obligación de los padres proteger a los niños de la sobreexposición pública. Ser youtuber debe ser un hobby y no un negocio. No debe ocupar tiempo excesivo en la vida del niño. Además, los padres deben mantener al niño cercano a la vida real: mantener a sus amigos de siempre, darle privilegios solo cuando se esfuerce por conseguirlos, asegurarse que cumplan sus responsabilidades escolares, y tratar de transmitirles valores que le ayuden a mantener los pies en el suelo. Los padres también deberían reflexionar sobre los contenidos que el niño graba y pensar si cuando sea adulto va a sentirse avergonzado o molesto por esas grabaciones. Por ejemplo, deberían evitar vídeos que puedan ser objeto de burla hacia el niño o que transmitan una imagen de él como un niño caprichoso o prepotente. Siempre deben trasmitirle la idea de que en la vida real no va a poder conseguir todo lo que tiene a su alcance en su vida digital. Además, ese éxito en youtube y en las redes sociales puede acabar de momento, ya que internet es un entorno muy cambiante y el niño debe estar preparado para dejar de tener privilegios y el reconocimiento social que tiene.

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