Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Qué hemos inventado los españoles?

Pienso que los españoles somos imaginativos y eso favorece el innovar o inventar. ¿Pero en qué terrenos lo hemos hecho? No se sabe quién ideó el fuego o la rueda, sí el que creó la imprenta, y no era español.

¿Qué hemos inventado los españoles?

Creo que hemos sido más creativos en el terreno del arte. Posiblemente se debe a un español la guitarra, que surgió entre los siglos XIII y XVIII por transformación de la antigua vihuela; y quizá también la pandereta o las castañuelas. También muchos tipos de bailes, que pueden ir desde el pasodoble a las sevillanas o bulerías, o cantos como el jondo. Para la academia de la lengua su origen es el pueblo gitano, pero es posible que el mestizaje cultural que por entonces se dio en Andalucía (lo que incluía los oriundos, musulmanes, gitanos, castellanos y judíos) propiciara su creación.

Somos especialmente creativos en la cocina, en la que hemos conseguido que un ingrediente habitual en muchas de ellas como es el arroz, pero que servía de acompañamiento, se ha transformado en el protagonista cuando elaboramos las paellas o nuestros arroces. Hemos difundido los pinchos, y el jamón, pata de cerdo curada, es aclamado en el mundo por su sabor. Está claro que no hemos inventado el aceite, pero hemos hecho de él, un ingrediente clave en la dieta mediterránea; aporta energía, pero también hace subir el colesterol bueno y bajar el colesterol malo. Es difícil imaginar la cocina andaluza sin sus fritos. En ese sentido comemos rabo de toro o criadillas de animales, es decir sus testículos.

Nuestras tradiciones, creadas por nosotros, son únicas. Hay lugares donde se camina sobre el fuego, como en San Pedro Manrique, en otras se camina sobre zancos, lo que sucede en muchos pueblos, pero su origen es maya. Otras poblaciones gastan mucho dinero en construir unas estructuras muy imaginativas y bellas, a veces irónicas, que llamamos fallas u hogueras. Todo ello para unos días después hacerlas desaparecer en minutos con el fuego.

No me atrevo a llamar tradición a las corridas de toros, pero de lo que no cabe duda es que, sin entrar en los valores de los animalistas, muchos de los que comparto y respeto, como espectáculo tiene una estética única. Fue una creación que sirve para identificar a los españoles entre los extranjeros.

Puede que en otros terrenos nuestra aportación haya sido menor. Estaba pensando en la ciencia y en Santiago Ramón y Cajal, que fue capaz de cambiar un sistema de tinción de un coetáneo suyo llamado Camilo Golgi, con el que compartió el premio Nobel y que contenía sales de plata y, con ello consiguió ver al microscopio las neuronas, las células que pueblan nuestro cerebro y a su través descifrar las claves de su funcionamiento. No puedo olvidar tampoco las aportaciones de un murciano, Isaac Peral, que inventó el submarino, un sumergible impulsado por energía eléctrica, y el invento aún se exhibe en Cartagena.

O el también murciano Juan de la Cierva, que creó el autogiro en 1920 que permitía la ascenso o despegue y el descenso o aterrizaje en espacios muy reducidos. Leonardo Torres Quevedo en 1887 registró su primera patente sobre «Un sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples». Es decir, el teleférico.

La navaja surge a finales del siglo XVI en España tras la prohibición de Carlos V de llevar armas de hoja larga (sobre todo espadas) a aquellos que fueran ajenos a la nobleza. La navaja era un arma de hoja corta y además permitía ocultar dicha hoja.

En esa línea, aunque quizá a otro nivel no sé si sabe que fue el ingeniero español Manuel Jalón quien inventó la fregona, a la que quizá no debamos considerar algo pequeño pues liberó a muchas mujeres de la esclavitud de fregar los suelos de rodillas. También ideó la jeringa desechable.

Blaise Pascal fue el inventor de la primera calculadora, que funcionaba a base de ruedas y engranajes, pero fue el español Leonardo Torres Quevedo el que creó la primera calculadora digital sobre el año 1914. Realizaba los cálculos de forma autónoma, algunos de ellos bastante complejos.

A los españoles se nos atribuye otro gran invento, la siesta, que hoy muchos consideran que es una magnífica manera de desconectar, descansar, relajarse y poder seguir luego con actuaciones plenas.

Debe saber que el cigarrillo surgió de los mendigos de la ciudad de Sevilla, que en el siglo XVI empezaron a aprovechar los desperdicios del tabaco y a liarlos en finas hojas de papel de arroz.

En el terreno del arte nuestro Picasso ideó un nuevo estilo de pintura, el cubismo, y de la mano de su compañero Georges Braque el collage, y Salvador Dalí el surrealismo.

Tampoco inventamos la convivencia, pero en un periodo largo de nuestra historia fuimos capaces de hacer que tres culturas, la cristiana, la judía y la mahometana, convivieran. Si no que se lo pregunten a Toledo. No estaría nada mal que ahora aprendieran y pudieran hacerlo. Las guerras por religión aún nos acosan y matan al año a miles de personas. La mayoría inocentes y a muchísimos niños.

Algunos nos atribuyen las peinetas y las mantillas. Si nos fijamos en los retratos y pinturas de Velázquez, podemos ver mantillas de encaje, que se empezaron a utilizar en el siglo XVII. Eran empleadas en un principio por doncellas o pueblerinas y hubo que esperar hasta el siglo XVIII para verlas en las cabezas de las damas más influyentes y poderosas.

No crea que todos estos inventos son historias del pasado, el futbolín lo creó un poeta, escritor e inventor gallego llamado Alejandro Campos Ramírez, que lo patentó en 1937, y el chupa-chup lo inventó Enric Bernat en 1957; al parecer este caramelo con palo fue diseñado por Dalí.

Para ser España una aldea pequeña del mundo no está mal , yo ambicionaría más, pero la realidad es que yo no he creado nada.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats