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Recetas para crecer

Si lo piensa, el cambio está presente permanentemente en nuestras vidas. Algunos se esfuerzan en cambiar su cuerpo, y para ello acuden a gimnasios, toman anabolizantes o acuden a la cirugía estética.

Recetas para crecer

Les comento algunas recetas que pueden serles útiles a algunos:

De la cocina tradicional vienen algunos remedios rápidos. Ya sabe que para mejorar la soberbia es clave la humildad; para la avaricia, la generosidad; en la lujuria, la castidad; para la ira, la paciencia; contra la gula,la templanza; la caridad anula la envidia, y contra la pereza es muy útil la diligencia.

Pero hoy aquí no quiero ocuparme de lo que algunos llaman pecados, sino de comportamientos o formas de ser, que si los cambiamos creceremos.

Aunque ofrezco sugerencias, deben tenerse en cuenta ciertas premisas: nadie puede cambiar a otro, es él el único que puede hacerlo, lo que sí podemos hacer los demás es contribuir a que lo haga a través de cambiar nosotros. Para ello nos ayuda el que el otro confíe en nosotros, que nos aprecie o, si quiere, que nos valore. También es útil que nosotros seamos empáticos, entendamos cómo él valora la situación, y sobre todo que actuemos con cariño, o si lo prefiere con amor.

¿A qué situaciones me refiero? Por ejemplo, algunos tienen una autoestima baja. Es una situación en la que tienen una mala valoración de su propia persona. En general se magnifican carencias, pero se favorece por un ambiente descalificador, o la toma de conciencia de las propias limitaciones, que en ocasiones se hipervaloran. Si lo piensa, la sociedad española penaliza lo que se hace mal o a los que lo hacen mal, pero no premia a los que hacen bien.

Conviene preguntarse: ¿quién te infravaloró?, ¿tus padres, compañeros, maestros?, ¿crees que algo que sucedió hace tantos años debe o puede influir ahora? Piensa que tú vales mucho. El espejo te enseña tus arrugas, pero no te deja ver la belleza interior de tu cuerpo. Estoy convencido de que si te compro por lo que crees que vales y te vendo por lo que vales, haré el mejor negocio de mi vida.

Es importante hacerles ver que todos tenemos limitaciones, que todos cometemos errores, que de ellos podemos aprender, que nadie es el chico o la chica diez, pues, aunque brillemos en algo, tenemos otras zonas oscuras. Incluso los católicos pueden pensar que están hechos a imagen y semejanza de Dios, es decir, son dioses en pequeñito y deben caminar felices por la vida, y sin embargo lo hacen entristecidos por el riesgo de caer en pecado. Pedirles que hagan una lista de sus valores o fortalezas, y luego comentarla puede serles útil.

En las rebajas no venden autoestima, pero basta con que te propongas cambiar para que la mejores. Busca en tu cuerpo un agujero por el que puede que se te esté escapando.

Hay quien camina por la vida con un sentimiento de culpabilidad. Puede incluso que hayan hecho daño, o algo mal, pero el que lo lamenten habla bien de ellos. Podemos decirles que errar es humano, que deben perdonarse. Decirles: siéntete fuerte, es mucho lo que puedes conseguir si te empeñas. No puedes llevar ese gran lastre toda tu vida, por un error que cometiste en un momento dado. Califica mejor a los que te rodean y tú métete en el lote. Soñar es desconectar, no estar alerta, y se puede conseguir en minutos y además estando fuera de la cama. Hay que actuar; obrar puede ser arrepentirse de algo que puede que hicieras mal, pero ese esfuerzo merece la pena.

Deja de machacarte, cambia tus pensamientos y piensa en positivo, pasa del no puedo al voy a intentarlo. Ponte metas realistas, no te compares, acéptate y perdónate, haz críticas constructivas hacia ti mismo, regálate tiempo y trátate siempre con respeto y cariño. Supera tus lastres, cada noche al acostarte recuerda las buenas cosas que te ha traído el día.

Es un error creer que sentirte mal puede compensar aquello que cometiste y de lo que te arrepientes. Lo que sí debe servirte es para aprender y no repetirlo. Hay personas que se sienten culpables y ni siquiera hicieron algo mal.

Has pagado con creces algo que hiciste, ahora aprende a quererte a ti mismo. Acéptate, redescubre y refuerza tus valores. Camina sin ese lastre. Si sigues con él es muy posible que la tristeza te acompañe y dañe tu vida. E incluso puede ocurrir que algunos se aprovechen de tu sentimiento para obtener beneficios.

Puede ser más útil que identifiques por qué lo tienes; pregúntate por qué te sientes mal y qué te ayudará a estar mejor. Luego expresa verbalmente y a nivel emocional tu arrepentimiento a las personas perjudicadas o implicadas: hazles saber que te sientes culpable y los sentimientos asociados a este malestar. Solicita su perdón y expresa tu intención de llevar a cabo una conducta reparadora del daño, así como la intención de que no se repetirá. Los afectados deben tener claro que no se va a volver a producir el daño.

En la soledad con frecuencia el corazón está roto por ausencias, y los ojos húmedos por las lágrimas, pero sólo los tuyos, también nuestra casa está falta de sonidos, de palabras. Nuestros sentimientos están aislados, y notamos frío por fuera; puede que aúlle el lobo y no haya pájaros que trinen. Sólo vemos campos yermos, caminos solitarios, incluso a veces ni hay caminos porque nadie los usa. Las aves emigraron y el lago está seco, en la plaza no hay cantos ni bailes, sólo el sonido de unos pasos, Pero no lo olvides, tienes mucho: puedes ver, oír, dar, sentir y gozar. Si sabes tocarla puedes rasgar la guitarra. Abre las ventanas, aún hay cielo, sol, nubes y estrellas. Puedes amar y tienes recuerdos; ellos no te abandonarán nunca.

¿Estás de acuerdo? Pues, ¡a seguir caminando!

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