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El coctelero de la calle castaños

Sus cócteles están valorados en medio mundo. Premiado. Muchos sueños para un negocio basado en servir copas o combinados a la parroquia. Cree que sigue empezando en un oficio de mucho meneo, mezclas y pasión por el cóctel.

El coctelero de la calle castaños

Francisco Javier Gomis Iborra ha pasado la mayor parte de su vida detrás de una barra de bar. Sus manos han preparado miles de cócteles aromáticos. Javi, como todos lo conocen en Alicante, nació en 1960 en el Sanatorio del Perpetuo Socorro. La familia residía en El Campello hasta que Javi, el menor de los dos hijos, cumplió tres años. Los Gomis se establecieron en la barriada de San Blas. Vicente, el padre, siempre trabajó de marinero. Largos viajes al norte de África en busca de capturas para que la tripulación pudiese supervivir en un país donde acampó la pobreza.

Javi asistió hasta los 15 años al colegio Juan XXIII, donde, entre otros, compartió pupitre con el controvertido empresario Enrique Ortiz Selfa. Al acabar el bachiller elemental, siempre atraído por la hostelería, encontró trabajo como ayudante de camarero en el comedor del restaurante Dársena, entonces regentado por Antonio Pérez Molina, «Perete», padre del actual propietario. El establecimiento, de reconocido prestigio, estuvo situado entre 1961 y 1997 en el muelle del puerto, frente a la plaza Canalejas.

Cuatro años estuvo Javi sirviendo arroces y mariscos. Un buen día recibió la llamada de la propiedad del restaurante La Masía, entonces ubicado en el número 10 de la calle Valdés, regentado por Marcel y Max, dos «pied noirs» llegados de Argelia en 1962. Tres años más tarde, Javi cambió de actividad y fue contratado como barman en la recién inaugurada discoteca «Wilson», un clásico de la vida nocturna alicantina en los últimos años del pasado siglo. Estamos en 1981. Alicante era una ciudad concurrida y la sala se convirtió un referente del ocio. Javi ha servido combinados a los jugadores de la selección de fútbol de Argentina que participó en el Mundial de 1982, a cientos de deportistas de élite, a artistas como Francisco y Bertín Osborne y a decenas de actores que acudían a la «Wilson» al finalizar sus funciones en el Teatro Principal. Después de las más de mil noches que vivió en la discoteca, decidió establecerse por su cuenta y abrió el pub «Épsilon» en la calle Pintor Gisbert. Hizo sociedad con su cuñado Daniel. Ahí empezó en serio con la coctelería: participó en cursos de formación y aprendió el oficio con Joaquín Grau, su maestro.

Atrapado por la puesta en escena de los cócteles y combinados, Javi aceptó la oferta de Pepe Esplá y trabajó como barman en el desparecido café-bar «1915», emplazado en la plaza de Los Luceros. Y, de ahí, con Esplá, se fue con sus cachivaches y el devantal al «Nic» de la calle Castaños, templo del gin tonic.

Ahí sigue Javi con sus proyectos líquidos y aromáticos. Desde 2007 es propietario del negocio en sociedad con José Box, otro barman del «1915». Le apasiona salir a escena frente al publico. Ofrece casi un centenar de opciones. Campeón durante varios años del concurso nacional de gin tonic, en su haber tiene variados galardones como coctelero. Incluso ha representado a España en el campeonato del mundo por equipos celebrado en Burdeos.

A Javi le gusta el «Negroni», una combinación de vermú, Campari y ginebra. Sigue al pie del negocio como el primer día. Alicante ha cambiado. El tardeo Así es Javi, el coctelero que resiste en la calle Castaños.

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