Y empiezo con Miguel de Cervantes, un manco que ha escrito algunas de las mejores obras literarias del mundo, como Don Quijote de la Mancha, o al menos eso dicen de él algunos, aunque otros creen que no fue manco sino paralítico. Santiago Ramón y Cajal fue un navarro nacido en Petilla de Aragón y que murió en Madrid en 1852; seguro que sabe que le dieron el premio Nobel de Medicina, algo que en nuestro país tiene mucho mérito, pues así como debemos mucho a otros compatriotas, sobre todo en disciplinas artísticas o deportivas, no destacamos en el terreno de lo científico; no sé si conoce que fue catedrático de la Facultad de Medicina de Valencia, y sobre todo cuál fue su contribución para el mundo. Modificó un método de tinción que había iniciado su amigo Golgi, introduciendo sales de plata, y usando las lupas que el holandés Leuveenhoek había montado construyendo el microscopio pudo conocer la estructura de nuestro cerebro, sus células, las neuronas, y cómo conectan entre sí (sinapsis); en resumen, puso al descubierto la clave de nuestros movimientos, cómo sentimos, cómo vemos o nuestros pensamientos. Lo que muchos no conocen es que a los 18 años estaba fuertemente obsesionado por el culturismo. Sin duda está a otro nivel, pero dedicaré unas palabras a Félix Rodríguez de la Fuente, quien con su presencia en la radio y televisión y por el programa «Aquí la tierra» nos hizo, a los de su generación, conocer mucho más del mundo animal; a través de sus ojos volamos con águilas y corrimos con pumas; su influencia fue tan grande que consiguió que fuéramos amigos de los lobos. Félix tenía como segundo nombre Samuel, igual que su padre; era dentista, odiaba volar y trabajó como asesor de la película «El Cid».Steve Jobs fue el creador de Apple. Le diagnosticaron un tumor maligno y a pesar de ser muy inteligente cayó en la heterodoxia, se orientó a medidas de herbolario y homeopatía. Tiempo después se dio cuenta de su error, rectificó, cambio de actuaciones, pero ya era tarde. El tumor se había extendido y poco tiempo después murió. Era muy inteligente, pero como nos puede pasar a todos, se equivocó, y lo suyo fue en un terreno importante.Quizá no conozca la historia que algunos han contado de que Francisco de Asís y Borbón, el día que se casó con su esposa, Isabel II, llevaba él muchas más puntillas, encajes y bordados que ella. Era pequeño, delgado, de gesto amanerado, de voz atiplada y andares de muñeca mecánica. En la intimidad le llamaban Paquita. Le gustaban los baños, los perfumes, las joyas y las telas finas. Pero al parecer él y su esposa fueron los padres de Alfonso XII.Fidel Castro, el revolucionario, acabó viviendo como un capitalista, rodeado de lujos. Uno de los secretos mejor guardados de la dictadura cubana es su vida de lujo. Para disfrutar de placeres negados a la mayoría de los cubanos, y algo que choca con la ideología que propugnaba, el expresidente poseía una paradisíaca isla privada, más de veinte mansiones, una marina con yates, cuentas bancarias cifradas, una mina de oro, criadas, cocineros uniformados y hasta una fábrica de quesos para su uso personal. Todo esto lo acaba de revelar su exguardaespaldas Juan Reinaldo Sánchez en un libro que el próximo otoño se publicará en España y otros países Iberoamericanos, y en el que se ofrece un inédito testimonio del círculo más estrecho de Castro.Hemos vivido días atrás la muerte de Quini, que además de un magnífico jugador de fútbol, fue capaz, después de haber sido secuestrado, de reunirse con los que lo habían hecho y perdonarles.Merece la pena comentar la gesta de Balmis, que impidió la llegada de la viruela al nuevo mundo. Sabía que los que ordeñaban vacas podían tener unas lesiones en las manos que llamaban vacuna, pero nunca padecían la viruela. Hizo una expedición cargando su barco de muchachos, que iban pasándose de unos a otros las lesiones de la vacuna, así hasta llegar a América, donde la traspasaron a jóvenes de allí, y siguiendo la rueda evitaron que esa enfermedad mortal llegara al continente.No sé si conoce la historia de Helen Keller. A la edad de diecinueve meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. Era sordomuda y ciega, pero ello no le impidió ser una brillante escritora, oradora y activista política.No sé si sabe la historia de Victoria Eugenia de Battenberg, bisabuela por línea paterna de nuestro rey Felipe VI. Sabemos que Alfonso XIII estaba enamorado de Victoria Eugenia de Battenberg, a la que llamaban Ena, y se entrevistó con el rey británico Eduardo VII, que era tio de Eugenia, quien le advirtió de la posibilidad de que Ena pudiera ser trasmisora de la hemofilia como descendiente que era de la reina Victoria del Reino Unido, quien se cree fue la trasmisora de la enfermedad en las cortes europeas. El compromiso continuó y se anunció la fecha de la boda: el 31 de mayo de 1906. El hijo mayor de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, Alfonso, fue hemofílico y el más pequeño, Gonzalo, también lo fue. Ambos fallecieron en circunstancias parecidas, por accidentes de coche, en los que no se pudieron evitar las hemorragias. Juan, conde de Barcelona, nació exento de la enfermedad, por lo que Juan Carlos, hoy rey honorífico de España, sus hermanas y descendencia están genéticamente exentos de padecer la enfermedad dado que descienden de un hijo sano y la transmisora de dicha enfermedad tiene que ser una mujer.Son circunstancias curiosas que nos rodean a todos, también a los famosos. Nadie está libre de ellas.
