15 lunes. UNA SENTENCIA CONTUNDENTE
Así califican los titulares la sentencia sobre el «caso Palau», una trama de sobornos de la constructora Ferrovial al partido de Pujol, Mas y Puigdemont para la adjudicación de obra pública que se prolongó durante diez años. La «sentencia contundente» absuelve a los directivos de la empresa por prescripción (para entendernos, la justicia llegó tarde) y condena a los gestores del «Palau», un variopinto grupo de ancianos y familiares que tramitaban el célebre 3% que Maragall arrojó sobre Mas en un pleno parlamentario. Es interesante que Maragall reculara cuando Mas reaccionó, no negando los hechos, sino amenazando con retirar su apoyo a la reforma estatutaria. La indiscreción de Maragall dinamitaba la «omertá» nacionalista y el consenso tácito de que el batiburrillo de esteladas, embajadas internacionales, adoctrinamiento escolar, control informativo y subvenciones propagandísticas sólo pretendía asegurar una mayoría sociológica que perpetuara el «status quo». La ficción de una Cataluña oprimida siempre ha requerido agravios, llámense transferencias, otro estatuto o el «procés», como título de propiedad del cortijo que unos han saqueado desvergonzadamente mientras el resto cantaba «Els Segadors» mirando el techo.
16 martes. EL MENSAJERO
Está descartado que el periodismo sea un cortafuegos de los excesos del poder por vocación angelical y espíritu de servicio. Sencillamente, es otro poder (qué otra cosa podía ser en un sistema de opinión pública) con conexiones subterráneas e intereses compartidos con la política y dividido en facciones como ésta. Lo que garantiza que la sociedad será suficientemente informada es esta pluralidad de sectarismos que resalta unas noticias y diluye otras según el afectado, pero garantiza que alguien siempre informará de cualquier abuso. Olviden las monsergas sobre «ideario» o «línea editorial»: para una mitad de los medios, Rita Barberá fue prácticamente asesinada; para la otra, mil euros la convertían en una peligrosa corrupta. Trump, un presidente que hace buena la frase «la democracia tiene a veces episodios de mal gusto», ha celebrado las navidades con un tuit en el que enumera las diez noticias más escandalosamente falsas que sobre él han publicado algunos medios de postín. Es un catálogo de embustes groseros que desmiente su credibilidad y propósitos cívicos, esa nana del poder independiente que fiscaliza a los restantes. No crean a Hollywood: Nixon no dimitió por haber mentido, sino por ser republicano.
17 miércoles. LOS NUESTROS
La fotografía que hoy publica el periódico de varios acusados en el «caso Gürtel» confirma que la arrogancia es inmune a los grilletes. La imagen muestra desapasionadamente a un grupo de pícaros que detectaron el maná de la logística política, esa maraña impenetrable de financiación pública, donaciones «do ut des» (en lenguaje castizo, qué hay de lo mío) y cuentas parcheadas, y la exprimieron con la complicidad, retribuida o negligente, de la primera bancada de las Cortes valencianas. Según el fiscal, la cuadrilla delinquió gravemente y su petición de penas hace pensar más en una célula terrorista que en una reata de trileros engominados que prosperó porque el país del pelotazo publicado en el BOE también es forzosamente el país de los pelotilleros de la caja B. Esa fotografía muestra el reverso de un clan de eccehomos con túnicas de marca y un aire mucho más retador que piadoso, pero expuestos al fin y al cabo en la picota de nuestro folclore más genuino: regalar trajes y estilográficas para organizar eventos pagados con dinero público que también servía para pagar los trajes y las estilográficas. Y cierra España.
18 jueves. ESCUELA DE GENIOS
Leo que, en su indestructible afán por entretener, Tele5 ha descubierto la versión mamaria de la danza del vientre en un programa de captación de talentos artísticos. La protagonista fue Wendi Superstar, una oronda señora que bamboleaba su busto inabarcable cubierto sólo por unas pudorosas «pezoneras» (así las denominan los estilistas del libido), mientras público y jurado jaleaban convulsiones pectorales que sólo podían compararse con las aspas de una torre eólica a pleno rendimiento. Wendi Superstar arrasó en las votaciones y mi curiosidad se ha desplazado entonces a los perdedores por un motivo casi teológico: ¿qué podría ser peor que la danza de Wendi? La respuesta es Sumbao Huang. Sumbao cantó con acento mandarín «Cuando nadie me ve» de Alejandro Sanz y, aunque no conozco el acento mandarín, poco importa ya que nadie puede asegurar si Sumbao imitaba a Alejandro Sanz o a Juanito Valderrama. El jurado prefirió a Wendi por política de empresa: unas tetas epilépticas son más rentables que un chino desafinado. El verdadero talento es conseguir que los idiotas paguen por seguir siéndolo.
19 viernes. LOS MUROS DE BABILONIA
Al PP le ha brotado una joroba llamada Ciudadanos, un partido específicamente catalán en sus orígenes que intenta convalidarse en el resto de España con residuos de PP y PSOE y el auxilio mediático y financiero de cierta élite madrileña. A las encuestas siempre les seduce el entusiasmo desinhibido del recién llegado frente a la apatía acomodada del funcionario con manguitos. España es uno de los países europeos cuyo sistema de partidos no ha variado esencialmente en los últimos treinta años. Al escribir «esencialmente» me refiero a la desaparición, refundación o fusión de los partidos tradicionales, no a la atomización del voto entre competidores de rasgos similares. Esto es el tránsito del bipartidismo al multipartidismo que inició Podemos a costa del PSOE y ahora se ha contagiado inevitablemente a la derecha. Sin embargo, entre Podemos y PSOE existen severas fricciones ideológicas mientras que PP y Ciudadanos son siameses con programas intercambiables. El PP cuenta con la inercia electoral del partido gobernante y cierta desconfianza hacia los aspirantes sin antecedentes; Ciudadanos incide en un liderazgo optimista y proactivo frente al discurso robotizado de un contable. Empate momentáneo.
