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Área de descanso

Holocausto caníbal

Holocausto caníbal

1 Lunes

BARRICADA LOW-COST

Hace años que el Primero de Mayo amanece como otra tradición con la rutina estandarizada de las fiestas patronales o del Domingo de Ramos, donde abundan más los chándales fucsia que las mantillas o las palmas y cuya ofrenda genuina es el aperitivo y no una ceremonia con banda de música. La desangelada manifestación y sus eslóganes de catacumba traducen el retroceso del asalariado inquieto que refunfuñaba tras la pancarta y el avance de un magma difuso de consumidores, parados o precaristas, para quienes la justicia social equivale a convivir desahogadamente con su flamante iPad y no a embadurnar cerraduras con silicona. Queda un resabio menguante de aquella época revoltosa en la élite sindical, que no pisa una fábrica desde el Estatuto de los Trabajadores, y en los nuevos jabalíes de la revolución permanente, que no lo han hecho nunca, pero el plano general de la escena es tan exótico como una procesión en nuestra era postcristiana o un desfile de trajes regionales frente a un cartel de rebajas de Zara, la ONU del «prêt-à-porter».

2 Martes

MÁS VALE NUNCA QUE TARDE

«Quien la hace la paga». La implacable determinación de Rajoy al ser preguntado durante su viaje a Uruguay por la «operación Lezo» quizás hubiese impresionado a los periodistas uruguayos. El problema es que no había ningún periodista uruguayo por los alrededores, sino un alud de corresponsales españoles a quienes la respuesta sonó a otro muletazo del presidente para aliñar faenas insalvables. Una de las características menos decorosas de nuestra idiosincrasia es el silencio cómplice desde que en Fuenteovejuna fue imposible descubrir al asesino del comendador: todos conocemos a concejales que llegaron al Ayuntamiento en vespa y ahora conducen un descapotable, pero a nadie se le ocurriría presentarse en Fiscalía con su certeza íntima. Nosotros les llamamos «chorizos» o «mangantes» y les dispensamos una mezcla de rencor y envidia que en el fondo es halagadora; más allá de los Pirineos los llaman «corruptos» y les dispensan el Código Penal. Es posible, e incluso probable, que Rajoy sea un político honrado; lo improbable, casi lo imposible, es que desconociera la cuenta suiza de Granados, la doble contabilidad de Bárcenas o el ático de González. No hizo nada y ahora intenta taponar el boquete con un póstumo «se van a enterar» .

3 Miércoles

PASITO A PASITO

Comienzo a entender por qué el «conseller» Marzá pretende salvarnos del castellano. Los diablillos informáticos descubrieron hace un par de semanas un pariente femenino del viril «apocalipsis» y titularon esta columna «la apocalipsis que nos rodea». La anécdota podría confundirse injustamente con el soponcio diario de los rótulos televisivos. En aquel caso es evidente el despiste, pero la melancolía asoma cuando uno lee «a partir de mayo va a ver un giro a la izquierda en los ayuntamientos» o «sería inimaginable que digera que no lo va a apollar», inolvidables frases de un informativo de aspecto riguroso que a continuación descubrió a los «palencianos», una raza mestiza de valencianos y palentinos. La heroicidad de entender la propia lengua ya no está reservada a la taquigrafía adolescente ni al páramo de las redes sociales, sino que ahora también afecta a los educadores oficiosos de la plebe e incluso ha contagiado a «Los cuarenta principales»: Justin Bieber ha comenzado a canturrear el fatigoso «sabe suavecito» con acento canadiense, que no existe. Es la apocalipsis.

4 Jueves

ABRACADABRA

Mientras Montoro abroncaba a la derrochadora oposición como los maridos de antaño a las esposas manirrotas, he temido que ilustrara sus apuros presupuestarios comparándolos con el milagro de los panes y los peces en las bodas de Caná. El ministro debe cuadrar el cupo vasco, el cupo canario y, si Cataluña no sufriese una epidemia de insuficiencia neuronal, todavía seguiría atormentándonos el cupo catalán. Se comprende entonces su levitación contable en la tribuna. Descontando los peajes vasco y canario, el remanente a disposición del Gobierno recuerda la situación financiera del cantante de ópera a quien representaba Groucho Marx: si no cantaba mucho, tal vez podría cenar alguna noche. Traducido a la coyuntura macroeconómica, es posible que el Gobierno cumpla el objetivo de déficit si no trabaja demasiado. Uno se maravilla de que los constituyentes idearan algo tan divertido y sus sucesores hayan logrado prolongar el guateque durante treinta años. Hasta que han comenzado a cuartearse las paredes del salón y los vecinos alemanes han avisado a la Policía.

5 Viernes

ESCUADRÓN SUICIDA

Asegura la baronesa Díaz que el número de avales obtenidos supera todas sus expectativas y me queda la duda de si se refiere a los suyos o a los de Sánchez. Ha sido el presagio ominoso de un zafarrancho sísmico o el recordatorio de la fragilidad estratégica de algunos propósitos, pero en cualquier caso resulta innegable la risueña expresión de Sánchez y la apurada euforia de Díaz tras la apertura en canal del partido: el norte contra el sur o, en términos de geopolítica minimalista, las comunidades donde se gobierna frente a aquellas en las que se ejerce la oposición. Con dos excepciones pintorescas: Asturias y Valencia. En la primera, patria querida del presidente de la gestora, parece seguro que los sindicatos han sido decisivos; en la segunda, el guirigay histórico del socialismo y la flema gestual de Puig hacen casi irrelevante que a partir de hoy dirija en minoría el partido además del Gobierno. Un dato entrañable para clausurar la primera fase del holocausto caníbal: César Luena, el último de los «sanchistas», ha apoyado en La Rioja a Patxi López y ahora es el último de los «patxistas». Elemental, doctor Freud.

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