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De jurásicos y otras glorias

De jurásicos y otras glorias

10 Lunes

Tanto vales

Con las partidas presupuestarias me ocurre desde siempre lo que Palmerston comentaba sobre el problema sucesorio en dos ducados daneses: «Sólo hay tres personas que hayan comprendido este asunto: el rey de Dinamarca, que acaba de morir; un profesor alemán, que se ha vuelto loco; y yo, que lo he olvidado por completo». De una forma u otra, la aprobación de las cuentas parece llevar aparejada la letanía napoleónica de «para hacer la guerra sólo hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero», aunque no puede ser casual que, de García Margallo a Mónica Oltra pasando por un indignado Ximo Puig que ha llegado incluso a arquear una ceja, todos entonen el Miserere en cuanto Montoro desvela las escuetas partidas destinadas a la Comunidad junto a la sarcástica previsión de que contribuiremos como nunca a los gastos comunes. Pero ellos lo llaman «maltrato» o «discriminación» cuando sólo quieren decir «política». Nunca ha existido un «poder valenciano» en el BOE, salvo algún ministro ornamental, cuneros de distinto pelaje y meritorios que han utilizado la plataforma doméstica para incrustarse en Madrid.

11 Martes

La buena muertes ( I )

Un jugador de baloncesto del Betis confundió ayer a dos nazarenos sevillanos con miembros del Ku-Klux-Klan (ojalá hubiese llevado razón: el KKK trasnocha menos y no utiliza tambores ni trompetas) y envió una fotografía estupefacta a sus amigos de Minnesota. Unas horas más tarde le aclararon la coyuntura sacra y rectificó: «No tienen ninguna relación con el pensamiento del KKK. Esta tradición nació varios siglos antes que el KKK». Aunque la anécdota revele mucho más sobre los estadounidenses que sobre nosotros, «una tradición de varios siglos» no deja de ser una expresión tacaña para describir algunas estaciones de nuestro vía crucis. Reproduzco el epitafio de las juventudes de la CUP tras la muerte de Carme Chacón: «Se va otra criminal, sin pagar por sus crímenes, bombardeos en Libia, desahucios express... no hay justicia para el pueblo». Es oportuno recordar que estos querubines son los socios indispensables de los palurdos que pilotan el trolebús suicida de la Generalitat catalana, la demostración antropológica de que no hace falta estar en Sevilla para sufrir el Calvario ni viajar a Alabama para toparse con tontos de capirote.

12 Miércoles

La buena muertes ( y II )

Debo pedir disculpas al yanqui que mencioné ayer y alabarle por su genial intuición de que España es un país fundamentalmente macabro que se autoabastece sin necesidad de importaciones exóticas. Como cada año, la Legión se ha presentado en Málaga para procesionar con esa solemnidad agreste de mentón alzado que parece invocar a espíritus sobrenaturales. Es un espectáculo vistoso y en cierto sentido emocionante si uno prescinde del matiz de que no deja de ser un grupo de soldados que custodia una efigie. Ocurre que un estratega del protocolo había incluido en el programa de actividades una visita a la sala de oncología infantil de un hospital y hasta allí desfilaron los legionarios para cantar, pásmense, «Soy el novio de la muerte». Ni siquiera Berlanga, el corresponsal más corrosivo de nuestra crónica esperpéntica, hubiese rodado una escena tan asquerosamente absurda como convencional en un país en el que se elogia la faena de un torero gritándole «¡Sólo te queda morir en la plaza!». «Se hará lo que se pueda», respondió Belmonte entre divertido y suspicaz.

13 Jueves

La bomba

Sería aconsejable que Trump decidiera cuanto antes si su política va a ser aislacionista o intervencionista para que los periodistas sepan si deben criticarle por lo uno o por lo otro. Aunque un analista socarrón ya ha acuñado el híbrido «aislacionista intervencionista», algo así como un tiburón vegetariano, la sensación dominante es de desconcierto y cierta precipitación conceptual: si lo que en Obama era clarividente pacifismo pero en Trump egoísmo supremo, ¿cómo criticarle cuando ha optado por la confrontación con EI y Siria al unísono, retando además con una mirada amenazadora a Irán? Son cuestiones necesariamente complejas que obligan a cierto esfuerzo intelectual. Es mucho más sencillo despacharlas con fogonazos anecdóticos como la «madre de todas las bombas», un proyectil que ya había sido utilizado y por otra parte no es el más potente del arsenal no nuclear, o la gélida expresión de un ministro ruso al estrechar la mano de su colega estadounidense. Por último, siempre cabe escandalizarse de que el bombardeo se haya producido en Jueves Santo. El tercer mandamiento era el único que todavía se respetaba.

14 Viernes

Victoria indecisa

No hay que despreciar la carga política de las palabras, advierte el lingüista Lakoff al recordar que el candidato Bush logró erosionar a los demócratas refiriéndose al impuesto de sucesiones como el «impuesto sobre la muerte». Nadie ha bautizado todavía la capitulación de ETA como «Abrazo de Vergara 3.0», aunque no descarten que tantas florituras sobre «conflicto», «paz» y «negociación» alumbren finalmente a un adefesio mimosamente asistido por mediadores que se desempeñan como siniestros peritos de parte. En realidad, las palabras están sirviendo para construir un relato conveniente que oscurezca algunas evidencias. La primera es que ETA aspiraba a un «Euzkadi socialista e independiente» y no ha logrado ni lo uno ni lo otro: ha ganado la Constitución de 1.978. La segunda evidencia es fúnebre: los buenos han sufrido casi novecientas víctimas (excluyo a mutilados físicos o psicológicos y exiliados) y los malos ciento cincuenta (incluyendo a quienes murieron mientras transportaban o manipulaban explosivos), que en consecuencia no pudieron reunirse con sus cuatrocientos camaradas encarcelados. La tercera, que el epílogo debería ser aplicar la legislación penitenciaria y esclarecer los crímenes pendientes. Es claro que hay vencidos, aunque nadie tenga ánimos para un desfile de la victoria.

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